Rinde frutos una labor ''hecha con el ojo y
el gusto''
Blaisten comparte colección mediante su museo
virtual
Colocó en Internet 245 piezas creadas por 63
artistas
El gobierno mexicano debe comprar obra, sugiere
MERRY MAC MASTERS
Hace poco más de dos décadas, Andrés
Blaisten comenzó a formar una colección privada de arte moderno
mexicano con el propósito de que se mostrara lo más posible.
En el medio de los museos, Blaisten es conocido por prestar obra ''por
lo general a todos los proyectos de interés y serios", ya que ser
el único espectador de las piezas le parece ''egoísta".
Fiel
a su modo de pensar y para fomentar la lectura de la obra de arte, Blaisten
acaba de colocar la totalidad de su colección en red. El museo virtual
Andrés Blaisten, con 245 obras en catálogo y un listado de
63 artistas, fue presentado hace casi un par de semanas en el Museo de
Arte Moderno (MAM), y se puede visitar en www.museoblaisten.com.
Para Blaisten, la idea de un museo resulta atractiva para
todo coleccionista porque, después de un trabajo de años
con el ojo y el gusto, ''pues, gustaría verla en conjunto". Cuando
surgió Internet al entrevistado le pareció un espacio perfecto
para difundir el arte mexicano que, en su opinión, se conoce poco
fuera del país.
El museo virtual Andrés Blaisten tiene seis salas
divididas. La primera, Del modernismo a la vanguardia, abarca de 1897 a
1932. Allí, mediante 20 obras se relaciona la plástica mexicana
con las estéticas europeas del impresionismo, posimpresionismo y
simbolismo; la segunda, Del campo y la ciudad, de 37 piezas, gira en torno
de los paisajes preindustriales en tránsito a la vida urbana.
La tercera sala, Diálogos y propuestas, parte de
obras capitales de Rufino Tamayo, María Izquierdo, Manuel González
Serrano y Alfonso Michel, entre otros, para mostrar la personalidad definida
de la moderna pintura mexicana. Los nombres de los apartados fueron tomados
de una curaduría hecha hace unos años por Luis-Martín
Lozano, actual director del MAM, para una exposición de la colección
Andrés Blaisten que viajó a España, Alemania y Japón.
Sin ser su "fuerte" en la colección, las salas
cuatro y cinco se destinan al siglo XIX y la pintura novohispana, respectivamente.
La sexta es una sala temporal dedicada a exposiciones monográficas.
Debuta con 30 obras de Alfonso Michel, uno de los favoritos de Blaisten.
La obra de los 63 creadores se puede ver por orden alfabético y
la idea es que toda esté comentada, lo cual está en proceso
y para ello se recurre a especialistas y a la vez se incluye una breve
biografía de cada uno.
El coleccionista no gasta, invierte
El museo virtual es el primer proyecto de la Fundación
Andrés Blaisten -otro consiste en elaborar un catálogo razonado
en Internet de la obra de María Izquierdo-, creada hace un par de
años con la idea de difundir el arte mexicano y propiciar el coleccionismo
privado y oficial, para que las obras capitales del quehacer artístico
nacional se conserven en el país.
Hay gran interés, anota el entrevistado, por comprar
obra mexicana, sobre todo en Estados Unidos, donde se están formando
muchos museos. Aparte de asesorar a coleccionistas privados, por medio
de la fundación, Blaisten pretende influir para que el gobierno
mexicano cambie su política en cuanto a la adquisición de
obra artística. Apunta: ''En México no está legislada
la posibilidad de adquirir obras para su patrimonio, por lo menos de lo
que tengo conocimiento".
Blaisten, quien al iniciar su colección sabía
qué artistas y, en gran parte, qué obras quería incluir,
buscó que éstas fueran de ''propuestas personales", más
allá de modas o de corte político, explica que antes en el
medio gubernamental y político de México había coleccionistas
de relevancia. Sin embargo, esta tradición se ha ido perdiendo.
En cambio, hoy existe una nueva generación de jóvenes coleccionistas.
Para Blaisten antes que nada el coleccionismo debe ser un gusto personal.
En una obra de arte, dice, ''no se gasta, se invierte", ya que es un dinero
que se deposita en algo que siempre valdrá, tal vez más o
tal vez menos: eso depende de la suerte del artista. No recomienda, sin
embargo, comprar como inversión, porque para esto ''habría
que tener una visión de lo que puede pasar en el mercado, que es
casi imposible".