Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 21 de mayo de 2002
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CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Código penal: chantaje azul

EN LA Asamblea Legislativa del Distrito Federal parece que se llegó a un acuerdo, actitud de verdad plausible, para recomponer algunas de las omisiones, confusiones o simplemente errores que se dieron al aprobarlo.

PERO ANTES de eso se tendrán que desfacer algunos entuertos que se crearon poco antes de dar por grillada la ley que reponía el precepto anterior y paso entonces a contarles la historia.

RESULTA QUE en eso de lograr los cambios que dieran al Código Penal vigencia frente a ciertas nuevas situaciones donde la justicia apenas asomaba la nariz, de entre las propuestas que iban y venían resultó una que llamó a escándalo a las buenas conciencias panistas.

DESPUES DE mucho pensarlo, la diputada Margarita González Gamio decidió proponer la despenalización del aborto. Los argumentos de la diputada eran tan solventes como los que ya se han discutido una y otra vez y a los que se han opuesto una y otra vez los panistas, más que por convicción por no perder a su clientela más fiel.

LO RARO del asunto es que en cierto momento los diputados de varios partidos, incluidos los verdes, estaban por apoyar el punto. Hasta allí los panistas no sabían nada, el sigilo había acompañado a la idea de la diputada. Parecía un triunfo.

NO OBSTANTE, como es costumbre, alguien corrió hacia las filas azules y contó las intenciones perversas de González Gamio. Los panistas pusieron el grito en cielo. El asunto armó el escándalo esperado y los panistas aseguraron que sólo sobre sus cadáveres pasaría tal punto.

ANTES, ENTRE diputados de varios partidos, entre ellos algunos del PRD, se corría la voz de que ese punto sería un avance fundamental, importantísimo, para el ejercicio de la justicia en la capital. Las opiniones a favor parecían llegar en cascada.

PERO EL PAN iba al contrataque. Inmediatamente después de conocer las intenciones de la priísta González Gamio, los azules se fueron a la yugular de las presas fáciles: los verdes, que en verdad se habían mostrado entusiasmados con la idea. Entonces cambiaron de postura y en cosa de minutos dieron su apoyo a los panistas.

LA PROPUESTA se había enredado y el tiempo empezaba a alargarse sin que hubiera un acuerdo para reformar el código. Las posturas parecían inamovibles. Los panistas dijeron que si se proponía tal punto no habría código, mientras la legisladora priísta argumentaba con datos, cifras y razones su postura.

SIN EMBARGO, el punto propuesto por González Gamio empezó a debilitarse. Uno a uno, casi todos los diputados que habían ofrecido apoyo fueron tornándose al lado panista. Las cuentas, entonces, ya no salían, la propuesta sería rechazada.

AL FINAL, en el ánimo de todos pesó la amenaza panista. El código no saldría si entraba el punto de la priísta y con este chantaje el posible avance se trabó; no era posible ir más adelante. Ya no hubo más discusión ni análisis, se aprobó como estaba aún a costa de la justicia. El PAN ganó.

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