ASTILLERO
Julio Hernández López
HOY SERAN EXHUMADOS los restos de Guillermo Vélez Mendoza, el presunto cómplice de una banda de secuestradores que murió el pasado 29 de marzo a manos de policías de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI). Totalmente inoportuno será el desenterramiento, a juicio del litigante que asesora al padre del asesinado, pues acaba de cumplirse el plazo máximo en el que podrían obtenerse datos criminalísticos confiables a partir de esos restos mortuorios. Oportunísima, en cambio, ha resultado la detención de Jaime Orozco Maciel, el supuesto líder de Los Antrax, la gavilla que había secuestrado a Massiel Islas, dueña de un gimnasio en el Distrito Federal en el que trabajaba Vélez Mendoza, quien, para decirlo en el argot del caso, habría "puesto" a su jefa para una más de las operaciones comerciales de intercambio de dinero por libertad que con tanta frecuencia e impunidad se realizan en la ciudad de México, aunque las estadísticas oficiales digan lo contrario.
A LA HORA DE REDACTAR la presente columna apenas estaría dando inicio la conferencia de prensa anunciada por el subprocurador A de la Procuraduría General de la República (PGR), Gilberto Higueras, quien habría de dar más datos respecto a la captura del citado jefe delincuente. No sería absolutamente necesario esperar las palabras del subprocurador para entender el mensaje dado a conocer desde horas antes en ese mismo ámbito policiaco: el líder de la banda con nombre de "inflamación confluente de varios folículos pilosos, de origen bacteriano, con abundante producción de pus" había declarado a las primeras de cambio que Vélez Mendoza había sido cómplice del secuestro de la señora Islas, toda vez que dio información confidencial y participó en la evaluación del proceso negociador de la libertad de la empresaria.
OPORTUNISIMAS SERAN, PUES, para la causa de la PGR y la AFI, esa detención y sus consecuentes declaraciones, pues le ayudarán a reinsertar la discusión pública en un punto estratégico: Vélez Mendoza sería un secuestrador y, por tanto, su muerte, así hubiese sido por tortura policiaca y no por accidente, como originalmente se dictaminó, no debería perseguirse ni castigarse como si se tratara de un ciudadano común y corriente, libre de culpas, al que los agentes federales habrían ultimado al "pasárseles la mano".
MEDIANTE ALHARACAS informativas que exhiban especialmente los aspectos turbios que pudiera haber tenido el asesinado, se pretenderá diluir el problema central: un ciudadano fue asesinado por agentes federales que tenían una orden de presentación, no de aprehensión, y esa muerte no se debió a un accidente, como originalmente fue presentado por la PGR, sino a múltiples actos violentos intencionalmente cometidos a los que la estructura institucional quiso encubrir y atenuar hasta que la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió una directísima recomendación que ha hecho a la procuraduría federal cambiar su postura original hacia la aceptación del homicidio, aunque no necesariamente por tortura (la figura del ombudsman, José Luis Soberanes, genera recelos naturales en la estructura de la PGR, pues se le entiende como parte del grupo de Jorge Carpizo. En el ajedrez del poder parecería que la recomendación de Soberanes sobre el expediente Vélez Mendoza sería un contrataque por los movimientos de la subprocuradora María de la Luz Lima Malvido, quien estaría preparando un informe especial sobre la muerte del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, al cumplirse el noveno aniversario de su ejecución, lo que sucederá el próximo viernes 24).
SABIDO COMO ES QUE A las autoridades policiacas les sobran elementos para convencer a los delincuentes para que actúen en los términos que les sean indicados (y no sólo frente a la prensa, sino incluso firmando declaraciones judiciales que les son adversas, las famosas incriminaciones bajo tortura), las palabras del líder antráxico deberán atenderse con reservas. Pero, aun cuando fueran ciertas, no debe caerse en la tentación de justificar la tortura y el asesinato en la persona de los peores criminales, pues ello no resuelve de fondo los problemas de la seguridad pública y, en cambio, abona el camino para la comisión de iguales o peores agravios sociales por parte de la autoridad, en nombre del combate a la delincuencia.
ASTILLAS: EL PRESIDENTE DE la República y el vicepresidente de Relaciones Exteriores andan dolidos con los periodistas. El primero se negó en reciente conferencia de prensa a contestar varias preguntas que desde su punto de vista no eran pertinentes, porque no correspondían a los temas para los que él había citado a una conferencia de prensa que, así restringida, se convirtió en una especie de lectura en público de un boletín informativo de los grandes y maravillosos éxitos logrados durante el más reciente de sus viajes al extranjero. El segundo, de apellido Castañeda, consideró una mera banalidad informar a los periodistas de Los Angeles que iba a recibir un doctorado honoris causa de una institución educativa de Eagle Rock, y por tanto no anunció a los reporteros su presencia ni por medio de su oficina central de prensa ni por el consulado siempre atento a la visita de su jefe. En todo caso, y para que no hubiera preguntas incómodas ni por casualidad, del acto de entrega del reconocimiento académico y del discurso sin sobresaltos del canciller se informó por la puerta trasera de Notimex, que dio cuenta del hecho... Onésimo ya no sabe ni contra quién arremeter. Ahora ha sugerido que tras las protestas de sus fieles rebeldes está quien fue nuncio apostólico, Justo Mullor, de corta estancia en México debido a las grillas en su contra del llamado Club de Roma, al que de manera destacada pertenece el obispo cornado que en sus ratos libres gusta servir al Señor como cronista taurino. šAh: Onésimo, Onésimo!... N'ombre, Ƒquién dice que no se puede? šClaro que podemos pagar a Estados Unidos el agua que le debamos! šFaltaba más! Si no lo cree, o si algún aleteo patriótico le dice que México debería pelear por el líquido que ahora nos reclaman desde las tierras que alguna vez fueron nuestras, escuche las entusiastas palabras pro yanquis del patroncito de hacienda que funge como secretario Ƒmexicano? de Agricultura, mister Javier USAbiaga (léase iuesei-biaga): claro que no es imposible pagar esa deuda de agua a Estados Unidos, pues con orden y buena administración se podrá lograr. Con esos funcionarios locales, para qué quiere embajadores la potencia norteña...
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