Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 19 de mayo de 2002
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Espectáculos
La gente, inmutable: ni cantó ni bailó; tampoco hubo lleno

Celia Cruz y Rubén Blades ante un público apático en el Acapulco Fest

MARIANA NORANDI ESPECIAL

Acapulco. Este viernes el Acapulco Fest recibió a dos de los más grandes exponentes de la música afroantillana, en un foro un poco más lleno que los anteriores días: Rubén Blades y Celia Cruz.

Cuando faltaban 20 minutos para las 8 de la noche, el panameño salió al escenario del salón Teotihuacan totalmente vestido de negro, incluidos gafas y sombrero. Con una banda de 10 músicos, todos muy jóvenes, Blades abrió el concierto con los temas La rosa de los vientos y Juan Pachanga. A pesar de que esa música es muy sabrosa y de ritmo contagioso, el público no bailaba, ni siquiera hablaba. Durante todo el concierto la gente estuvo sentada escuchando lo que les decía Blades en cada canción.

Los temas que interpretó fueron los más representativos de los momentos de su carrera, como Ligia Elena y Pedro Navaja -con la que despidió el concierto-, que llegaron a un público menos joven que el que ha estado acudiendo, pero que siente un gran respeto y admiración por el cantante.

A estas alturas de su trayectoria, Blades ha demostrado que ya tiene un lugar irrebatible dentro de la música latina, el cual se ha ganado a lo largo de los años con mucha profesionalidad y talento.

Para no hacer esperar a la reina

Tras hora y media de concierto, Blades dio por acabada su participación en el Acapulco Fest para "no hacer esperar a la reina" de la salsa, Celia Cruz.

Con un vestido negro cubierto de flecos de colores brillantes, la veterana cantante salió al escenario acompañada de una orquesta de músicos mexicanos y, como siempre, de su esposo don Pedro, quien dirigió la banda. Celia se mostró contenta de estar en Acapulco, lugar al que "hacía cuatro o cinco años que no venía". Muy simpática y comunicativa, la cantante presentó el disco que acaba de lanzar, llamado La negra tiene tumbao. El primer sencillo homónimo promete ser de esos temas de Celia que luego se bailan y suenan por todos lados. Pero fue esta la única canción que tocó del disco, ya que el concierto se centró en los grandes éxitos de la cantante, así como temas clásicos de la música tropical.

En su repertorio pudimos disfrutar de El yerberito, Guantanamera, El manicero y el tema de Carlos Santana Oye cómo va. A pesar de la sabrosura que tiene la música de Celia, el público no se mostró muy receptivo. Nadie bailaba y se respiraba un ambiente poco emotivo y festivo. Solamente cuando la cantante cantó su mega éxito La vida es un carnaval, algunas personas se levantaron de sus sillas y bailaron hasta el final del concierto. Apenas una hora duró el concierto de Celia, la cual regaló un pilón ?sin que le fuera excesivamente solicitado por la audiencia? con Bemba colorá y nuevamente La vida es un carnaval.

El concierto de Blades y Celia contó con un sonido impecable, ambos artistas realizaron una intervención de primerísima calidad, sus voces demostraron que ganan con el pasar de los años, pero estos artistas dejaron un gran vacío en el público al no cantar juntos. Todo el mundo esperaba ver salir a Blades por un lado del escenario para cantar con Celia, pero eso no se produjo, perdiéndonos la oportunidad de ver a estos dos gigantes de la música caribeña juntos. Con este concierto, el festival despidió a la música tropical, así como a la norteña en el Jardín Sur, donde Los Huracanes del Norte y la Arrolladora Banda Limón pusieron punto final a la undécima edición del Acapulco Fest muy grupera.

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