Siete décadas de verte, princesa nuestra
La escritora y periodista Elena Poniatowska, una de
las personalidades decisivas de la cultura mexicana contemporánea,
cumple 70 años este domingo. Entre las muestras de regocijo que
se multiplican en el medio cultural por la efeméride, presentamos
a continuación algunas voces, mientras el poeta José Emilio
Pacheco le escribió unas coplas, que envió a La Jornada
y aquí reproducimos
Bárbara Jacobs y Augusto Monterroso, escritores:
¿Qué nueva podría decirse sobre Elena Poniatowska
que no se haya dicho ya? Todo mundo conoce su amplísima trayectoria
como escritora y periodista comprometida con las mejoeas causas, a más
de autora de libros que han marcado momentos dramáticos de la historia
de México. En medio de todo esto, que la hace admirable, Elena encuentra
tiempo para expresar simple afecto desinteresado a los demás, cosa
que la hace para nosotros una persona particularmente querible, por lo
que celebramos su cumpleaños setenta con entusiasmo.
Jesusa
Rodríguez y Liliana Felipe, actriz y compositora: Adorada Elena,
sin ti el mundo sería muy desabrido. Qué bueno que eres la
oveja negra, la princesa prófuga. ¡Tú no eres ni mínimamente
palacio, tú eres lo máximo! En los silloncitos de nuestra
casa siempre hay un lugar que te espera. Siempre haremos ensaladas marinas
y seguiremos reproduciendo siemprevivas negras, ovejas negras y tú
siempre, siempre viva. Tú cumples con todo y con todos. Cumples
años, cumples libros, compras colchones para los que no tienen colchones
y les haces más duros los colchones a los que los tienen muy mullidos:
Elena La Colchonera. Ahora te toca cumplir lo que nos has prometido,
que es descansar y hacer lo que se te pegue la gana. Elena, Elena, se nos
llena la boca sólo por decir Elena. Te pondremos un laurel, una
milanesa, un tinaco de chocolate, un vinito, un piano, unas granadas chinas
en la frente, tus amigos, parientes y yo, y yo. ¡Elena, agüita
fresca, feliz cumpleaños! Tuyas, siempre.
Sergio Pitol, escritor: La felicito por los años
que cumple, por las labores que ha hecho, por la presencia que tiene, por
los compromisos que ha asumido, por su valentía, por su intensidad,
por su sentido del humor. Creo que es uno de los personajes más
entrañables en México. Hoy en la mañana me dijeron
que estuvo hace poco aquí (en España), en una entrevista
de una hora, y que conmovió y divirtió y entretuvo y la gozaron
tanto los entrevistadores como el público. Es un personaje notable;
la he visto en un sinfín de ocasiones y partes. La conocí
en Polonia, tierra de sus antepasados, y desde entonces, hace 40 años,
somos amigos. Donde va y está presente trae consigo una sensación
de verdad, de autenticidad y de confianza. Es además un clásico
de nuestro tiempo. De su obra amplísima hay dos libros extraordinarios
que trascenderán la historia: La noche de Tlatelolco y Hasta
no verte Jesús mío.
José Agustín, escritor: Desde que
la conocí, en casa de Gustavo Sainz, en 1965, la quise mucho. Desde
entonces he tenido la suerte de estar cerca de ella y de sus hijos. La
visité con frecuencia durante muchos años, coordinamos talleres
juntos y hemos viajado extensamente en Europa. Nos echamos dos tercios
de Francia en tren y otros tantos de Alemania, platicando sin parar. También
compartimos una semana de conferencias en Puerto Rico, y recorrimos juntos
la isla. Siempre la admiré como escritora, como periodista, como
luchadora, como princesa con alma campesina y como mujer generosa, inteligente,
con gran sentido del humor y humanidad de las que ya no se hacen. La felicito
con mucho cariño en sus setenta, ciertamente poco aburridos, años.
Margo Glantz, escritora: Felicito enormemente a
Elena, que es una gran amiga y una gran escritora que ha tenido la valentía
de trabajar con temas poco trabajados antes, de una manera muy profunda
y valiente y con una calidad de escritura muy alta. Es, de igual manera,
una periodista incansable, de la cual es imposible prescindir, porque se
ha relacionado con todas las personas importantes, desde su juventud, pero
también con las personas anónimas, y nos ha contado lo mismo
catástrofes que cosas maravillosas. Son fundamentales sus libros
La noche de Tlatelolco y Hasta no verte Jesús mío,
así como muchas de sus entrevistas. Me parece importante su manera
de estar presente siempre en las cosas que son esenciales para la vida
de México. Y su enorme generosidad, solidaridad y entrega. Nunca
está buscando reconocimientos, lo que hace es espontáneo.
Alberto Ruy Sánchez, escritor: Elena es
la maga de la palabra amiga, que sabe descubrir en quien dialoga con ella
los secretos de lo bueno, de lo profundo, de lo que a veces también
duele, o da alegría. Elena es un privilegio que hemos tenido quienes
nos hemos iniciado a muchas dimensiones de la vida, por su palabra y por
las palabras que ha sabido sacar de aquellos con quienes dialoga. Me sorprende
con alegría su cumpleaños, y la felicito con 70 besos y un
abrazo grande como la sonrisa que siempre en ella me recibe.