Ni mayorías ni minorías, el partido
sale unido para ganar en 2003: Rosario Robles
Quedó integrado el nuevo CEN perredista
El miércoles repartirán las carteras entre
los nueve rosaristas y los ocho amachuchos
RENATO DAVALOS
El presagio de desacuerdo perredista se diluyó
en un listado unitario y equitativo de 17 aspirantes al Comité Ejecutivo
Nacional (CEN), por quienes finalmente se votó, luego de un retraso
de dos horas que arriesgó el consenso entre rosaristas y
amachuchos, propiciado por Camilo Valenzuela, quien súbitamente
fue borrado de una de las planillas, y hasta entonces habló de "acuerdos
cupulares, ilegales y de elite".
El
quinto consejo perredista puso fin al largo periodo electoral que se inició
el 17 de marzo. Los consejeros empezaron sus trabajos sin arreglo entre
las principales corrientes para integrar el nuevo CEN. Los 17 integrantes
del comité electos recientemente serán asignados a las carteras
hasta la reunión de este miércoles.
El partido sale unido con la única tarea de ganar
en 2003, dijo Rosario Robles, presidenta perredista. No hay ni mayorías
ni minorías. Necesitamos levantar la mira y poner en el centro las
tareas nacionales.
No asistieron al consejo los gobernadores perredistas,
ni Cuauhtémoc Cárdenas ni Martí Batres, coordinador
de los diputados. La apertura de los trabajos tenía agendada la
elección de la nueva mesa directiva del consejo, pero Javier Hidalgo,
titular saliente del órgano, llamó a receso.
La negociación en paquete -comisiones de Fiscalización
y de Garantías, Servicio Electoral y mesa directiva del consejo-
llevó al sacrificio de Valenzuela. Su lugar fue ocupado por el amalio
Elpidio Tovar.
Los perredistas se enfrascaron en una votación
que hacía peligrar el arreglo por las deserciones e inconformidades
que pudiera arrojar la concurrencia a las urnas, entonces evitada por la
"planilla de unidad".
Una hora después, los 241 consejeros escogieron
a los nuevos integrantes de la mesa del consejo, paso previo a la elección
del comité. La votación para la nueva mesa directiva quedó
con la fórmula que había propuesto el acuerdo previo: Elpidio
Tovar, Saúl Vicente, María Cruz López, Gerardo Fernández
Noroña y Maricela Vargas, quien entró por el principio del
género, que obliga a evitar que haya más de 70 por ciento
de representación masculina.
Javier Hidalgo pidió que se aprobara la votación
y el asunto de género se dirimiera en la comisión de garantías.
Pablo Gómez la rechazó, pero luego la defendió. Subió
Robles y dijo que no podía permitirse que se empezara a rebasar
esta norma estatutaria, pues las mujeres "estarían en desventaja".
En la nueva directiva quedaron Ramón Sosamontes,
Juan Guerra, Rosendo Marín (higinista), Javier Hidalgo, María
Eugenia López Brun -de la Corriente de Izquierda Democrática
(CID)-, Mario Saucedo (cívico), Daisy Castillo (cívica) y
René Lobato (de Misol, que encabeza Héctor Sánchez).
En los ocho amachuchos la distribución fue
de tres para los amalios y cinco para los chuchos. De los
primeros, Martha Dalia Gastélum, José Luis Jaime y Claudia
Corichi, hija de Amalia García. De los segundos, Guadalupe Acosta
Naranjo, Trinidad Morales, Silvia Gómez-Tagle, Mauricio Toledo y
Carlos Sotelo.
El solitario José Antonio Rueda, quien en principio
iba con los amachuchos, será el fiel de la balanza entre
los nueve rosaristas y los ocho amachuchos en el comité.
En tribuna pidió no ser incluido para presentar una propuesta propia
con Camilo Valenzuela. La mayoría le dijo que el registro de planillas
ya se había cerrado. Al fin, protestó con el resto del nuevo
comité.
La Comisión de Fiscalización quedó
configurada con Ricardo García Sáinz, Ifigenia Martínez
y Carlos Payán. El nuevo Servicio Electoral lo integran Miguel Angel
Granados Chapa (ausente), Mauricio del Valle y Rosario Tapia, y en la Comisión
de Garantías están Margarita Guerra, Juan Carlos Krauz, Adrián
Mendoza y Alejandro Martínez.