Presentó su más reciente cinta,
Hollywood ending, en el festival de Cannes
Si de Hollywood sale una buena película, es
casualidad: Woody Allen
Es una industria que carece de inspiración
y sólo está interesada en el dinero, asegura
Lamenta que su arte sea más apreciado
en Europa que en su propio país
DPA
Cannes, 15 de mayo. "Si de Hollywood sale una buena
película, es casualidad". Así de claro habló hoy el
realizador estadunidense Woody Allen en Cannes, donde su película
Hollywood ending pone en marcha la gran cita del cine mundial.
El
realizador neoyorquino no deja muy bien parada a la meca del cine por excelencia
en su última cinta, en la que incluso se parodia un tanto a sí
mismo al dar vida a un neurótico director que, después de
haber conseguido dos Oscares, acaba dirigiendo comerciales para poder comer
porque su creatividad no va más allá de sus fantasías
hipocondriacas.
"Hollywood es una industria y siempre ha estado interesado
en hacer dinero", señala el director, quien explica que allí
los filmes están calculados de antemano y el cine que se hace carece
de inspiración porque todos están pensando en cómo
hacer un negocio rentable sin asumir riesgo alguno.
En todo esto no deja de ser paradójico que esta
comedia romántica haya sido coproducida por Dreamworks Pictures,
la productora del rey Midas de Hollywood: Steven Spielberg.
Hollywood Ending, que no ha gozado de buenas críticas
en Estados Unidos, se presenta fuera de concurso en la sección oficial
del Festival de Cine de Cannes, donde ha sido aplaudida por periodistas
y críticos de todo el mundo, que acuden a cubrir el certamen.
Un hombre serio, un genio del humor
Cuesta un poco creer que este hombre serio, de 67 años,
que esconde casi medio rostro detrás de las inconfundibles gafas
de pasta oscura y viste con una sencilla camisa azul claro y unos pantalones
de pana marrones, sea un genio del humor cuyo talento haya conseguido arrancar
millones de risas en todo el mundo.
A Allen le pasa lo mismo que al protagonista de la película,
Val Waxman: su arte es más apreciado en Europa que en su país.
"En Estados Unidos siempre pensamos que los franceses descubren nuestros
artistas antes que nosotros. Eso ha pasado en el cine, en la literatura,
en el jazz, en la música en general", comentó el realizador.
Allen, en un "gesto de gratitud por el apoyo de tantos
años", estrena su película en Europa en esta ciudad de la
costa sur francesa. El director, que apenas sale de su adorado Manhattan,
y cuyas apariciones en público son contadas, acude por primera vez
al festival francés, tras años de presentar su trabajo en
la Mostra de Venecia.
El director de Annie Hall, Manhattan, Hannah
y sus hermanas y Balas sobre Broadway, entre otras, considera
que la crítica siempre ha sido muy generosa con él y, según
asegura, nunca lee las reseñas sobre su trabajo, ni las entrevistas
o los artículos que sobre él se escriben.
El estilo de Woody Allen, considerado un director de culto
en Estados Unidos, también ha ido cambiando desde que en 1965 debutase
como guionista y actor en What's New Pussycat?
Sin dejar de actuar, se hizo un nombre como director y
en los 80 y principios de los 90 solía trabajar prácticamente
con los mismos actores, pero desde hace algunos años sus películas
son cada vez más corales y las estrellas de Hollywood dejan de lado
sus astronómicos cachés para trabajar con él.
Combinación de actores
En esta ocasión Woody Allen se ha fijado en Tea
Leoni (Impacto profundo y Hombre de familia, entre otras),
quien interpreta brillantemente a una ejecutiva de unos estudios de Hollywood;
en Treat Williams (Hubo una vez en América) y en el icono
de Hollywood George Hamilton (Amor a la primera mordida), así
como en las actrices de televisión Debra Missing (conocida por su
papel en la comedia Will y Grace) y Tiffani Thiessen (Beverly
Hills 90210), entre otros.
Una vez más la combinación funciona y el
resultado no es ?según dijo Allen? fruto de su dirección,
sino de la libertad que deja a los actores a la hora de interpretar el
papel. Al respecto dijo que le sorprende cuando le dicen que hace un buen
trabajo de dirección actoral, porque sencillamente sólo les
da instrucciones si ellos las piden.
Con este director modesto, quien asegura que no cree que
sus más de 40 películas hayan influenciado al público
o a otros directores, se ponen en marcha los proyectos de Cannes, donde
durante 11 días más se mostrarán cientos de producciones,
entre ellas las 22 que compiten por la Palma de Oro, el máximo galardón
del certamen.