Pide Latapí Sarre no satanizar universidades públicas
Hermosillo, Son., 15 de mayo. La educación en México es de "baja calidad" a consecuencia de la doble jornada laboral que realiza el magisterio y a la creciente tasa demográfica del país, sostuvo hoy aquí el investigador Pablo Latapí Sarre.
Al recibir de manos del rector de la Universidad de Sonora, Pedro Ortega Romero, el reconocimiento de doctor honoris causa, el investigador dijo que México enfrenta el reto de mejorar los estándares de calidad de la educación.
Asimismo, manifestó que no se debe "satanizar" a las universidades públicas como instituciones de educación superior rezagadas y a las privadas como de alta calidad, porque en ambos casos existen excepciones, asentó.
El autor del primer plan de desarrollo institucional que tuvo la Universidad de Sonora recordó que fue en 1959 cuando se acordó que la jornada magisterial fuera de cuatro horas y media, situación que obligó a los maestros a tomar doble plaza dividiendo la atención a los alumnos.
"Nuestro sistema educativo se ha visto bajo enorme presión por el crecimiento demográfico que fue extraordinariamente fuerte y que obligó a sacrificar la jornada completa de trabajo a partir del plan de 11 años", apuntó el experto en pedagogia.
El también ex delegado permanente adjunto de México ante la UNESCO sostuvo que esta masificación obligada de las plazas escolares ha conducido a que hoy en día la educación en el país sea de baja calidad.
Manifestó que el personal docente ha sido una figura dentro de la estructura educativa que no ha recibido apoyos desde su formación inicial y actualización, por lo que su desempeño en la actualidad no es de buena calidad.
Latapí Sarre refirió que de acuerdo con los resultados más recientes del examen de PISA, que realizó la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, (OCDE), México ocupó el penúltimo lugar de los 32 países que participaron en el estudio.
Hay esquemas de calificación de actualización magisterial "perversos", porque pierden su objetivo final, que consiste en el mejoramiento cualitativo de los maestros, dijo que, en cambio, termina convirtiéndose en un proceso que redunda sólo en el mejoramiento de la calidad de vida del maestro, y no en el desempeño profesional. CRISTOBAL GARCIA BERNAL, CORRESPONSAL