La radio y la televisión de la isla sólo
destacaron la petición del fin del bloqueo
Censuran medios cubanos el discurso de Carter
El líder del Parlamento, Ricardo Alarcón,
acompañó al ex presidente en varias actividades
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 15 de mayo. Después de haber
difundido en vivo, en cadena de radio y televisión, un polémico
discurso del ex presidente Jimmy Carter, el martes anterior, los medios
informativos cubanos censuraron hoy las palabras del visitante, que se
dispone a reunirse este jueves con un amplio grupo de activistas de la
oposición.
Cuba trazó con tiralíneas los límites
de la apertura informativa sin precedente, que permitió al ex mandatario
demócrata criticar la víspera ante el país entero
y sin cortapisas el régimen político de la isla, abogar por
el pluralismo, la economía de mercado y respaldar un proyecto de
referéndum de la disidencia interna.
En un inmediato retroceso, los noticieros de televisión
de la noche del martes y los de este miércoles reseñaron
y reprodujeron el discurso sólo en los tramos en los que Carter
se manifiesta por un entendimiento entre Washington y La Habana y condena
la ac-tual política estadunidense hacia Cuba. En forma similar reaccionaron
los espacios noticiosos radiales.
El diario oficial Granma fue elocuente en la disposición
editorial de su reporte. Contra el habitual despliegue que suele dar a
visitantes ilustres, en un titular de plana entera, esta vez la información
sobre el discurso de Carter ocupó sólo dos tercios del encabezado
principal.
El titular fue escéptico y distante: "He venido
en busca de una respuesta para una relación positiva EU-Cuba". El
diario omitió en sus encabezados el hecho de que Carter había
hecho una propuesta, si bien polémica, para la normalización
de relaciones entre ambos países.
Carter, relató Granma en su nota de portada,
agradeció la oportunidad de hablar ante la opinión pública
cubana, "que en boca de algunos de los asistentes transmitió sus
puntos de vista, en muchos casos discordantes, acerca de diversos temas".
El periódico dijo luego que tras el discurso hubo
"un franco intercambio de preguntas y respuestas en el que el ex jefe de
la Casa Blanca escuchó las concepciones que más de una generación
de cubanos defienden en cuanto a democracia, derechos humanos, el sistema
legal en Cuba, la injusta prisión de los cinco héroes cubanos
en Estados Unidos (los presos por espionaje), entre otros temas".
La reseña en una página interior también
relató en forma elíptica las opiniones críticas de
Carter y al enfrentamiento argumental que tuvo con universitarios que lo
interrogaron: Cuba lo "escuchó con respeto y, de igual manera, le
respondió con su verdad" (...) "se repitieron algunos de los argumentos
esgrimidos desde Washington para justificar su política hacia Cuba"
(...) "tuvo lugar un franco intercambio de preguntas y respuestas".
Juventud Rebelde, el otro diario nacional, reseñó
en forma similar la conferencia del ex gobernante estadunidense en la Universidad
de La Habana y el debate que le siguió.
Despedida de Castro y reunión con opositores
A pesar de que la visita de Carter, iniciada el domingo,
tiene carácter privado, su programa y desempeño ha tenido
los más altos rangos protocolares. Sólo la falta de una revista
militar y acaso un comunicado conjunto la diferencian de una visita de
Estado.
Si se admite que hay una parte del programa más
formal que otra, la primera terminó esta noche, con una cena que
el presidente Fidel Castro ofreció a su invitado, en el Palacio
de la Revolución.
Al menos hasta donde está previsto, es la última
oportunidad en la que ambos dignatarios conversarán.
No estaba claro aún esta noche si Castro permanecerá
en La Habana para despedir a Carter el próximo viernes o viajará
a la Cumbre Europa-América Latina, que sesiona este fin de semana
en Madrid, donde ya se encuentra el vicepresidente Carlos Lage al frente
de la delegación cubana.
En el programa oficial de la visita privada, el jueves
está reservado para "actividades personales".
Poco después del mediodía, Carter tiene
ya previsto reunirse con su comitiva y unos 15 activistas de la oposición,
en una residencia diplomática en alguno de los exclusivos barrios
del oeste de la capital.
Carter llega al encuentro con las mejores credenciales
que un dignatario extranjero pudiera tener ante la minúscula e ilegal
pero tolerada oposición cubana.
Como nadie lo había hecho, el ex mandatario estadunidense
abogó ante cámaras y micrófonos de la cadena nacional
por el Proyecto Varela, iniciativa disidente para someter a referéndum
una profunda reforma política en el país, al amparo de mecanismos
legales.
El ex mandatario pidió incluso que la propuesta
se publique en Granma para que sea conocida y debatida por la población.
El proyecto fue entregado el viernes pasado a la Asamblea
Nacional del Poder Popular, el Parlamento unicameral, al que co-rresponde
conocer del asunto.
El presidente de ese cuerpo legislativo, Ricardo Alarcón,
quien acompañó hoy a Carter en varias actividades, dijo a
la agencia Reuters que había conversado del tema con el visitante,
"entre otras cosas".
Oswaldo Payá, principal animador del proyecto y
líder del Movimiento Cristiano de Liberación; Elizardo Sánchez
Santacruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos
y Reconciliación Nacional, y el recién liberado Vladimiro
Roca, estarán entre los interlocutores de Carter el jueves.
Payá dijo a periodistas extranjeros que estaba
agradecido por el respaldo que había dado Carter a la propuesta,
"pero es penoso que tenga que venir un ex presidente de Estados Unidos
para que los cubanos se enteren de esa iniciativa".
El líder opositor dijo que los promotores del proyecto
seguirán buscando firmas de apoyo al referéndum, y subrayó
que la Asamblea Nacional está obligada a publicar la propuesta y
auspiciar su debate.
Silvio, Amaury, el auditorio
Es difícil aún saber en qué medida
han calado las palabras de Carter en los cubanos y en qué dirección.
Un discurso de Castro el lunes, en forma anticipada, las réplicas
de los universitarios al ex mandatario y la reacción de la prensa
indican que la primera respuesta oficial es de rechazo íntegro.
Sin embargo, como muchos fenómenos en este país,
quizá el tiempo permita que se asienten las aguas y se mida con
mayor precisión tanto la contundente y directa crítica de
Carter como el gesto de Castro de permitir su difusión, aunque sea
sólo por una vez.
En la conferencia de prensa en la que Silvio Rodríguez
presentó este miércoles su reciente álbum, en la Casa
de las Américas, el corresponsal de La Jornada preguntó
al cantautor sus impresiones del discurso del ex mandatario estadunidense.
Antes de que respondiera el célebre autor de Unicornio
azul, el atiborrado auditorio, compuesto por intelectuales, artistas,
estudiantes y gente de la cultura, lanzó un "Uuuuuuuuhhhhh", que
quizás ponía a la pregunta bajo la etiqueta de lo "políticamente
incorrecto".
Pero Silvio respondió pausada y reflexivamente,
aunque, muy a su modo, con metáforas: "Yo no esperaba menos. Ni
más tampoco. La verdad. Me parece que es un hombre que ha respondido
a sus orígenes, a sus ideas, a su ideología, a su condición
de político de ese país extraordinario en todos los sentidos.
Yo no esperaba menos ni más. Me parece muy coherente lo que él
plantea. Y me parece que es algo que merece una respuesta colectiva pero
también una respuesta individual de parte de todos nosotros".
"A mí no hay nada que me sorprenda a estas alturas.
Yo quisiera alguna vez ser sorprendido por algo. Es como si todo hubiera
envejecido. El mundo entero. Todo lo que dice cualquiera, todo lo que dicen
los políticos, todo lo que dice todo el mundo, es de esperar. ¿Por
qué alguien no nos dice algo que nos sorprenda? Que sea joven y
que sea maravilloso. Y yo todavía estoy esperando por eso", agregó
Silvio, aplaudido por la concurrencia.
¿Es que Carter trajo más de lo mismo?
Amaury Pérez, presente en el auditorio, fue más
directo al responder la misma consulta: "No se debería meter en
un proyecto que dice que le fue presentado el día anterior. Creo
que es bastante complejo que ande en una cosa como ésta. Qué
bueno que venga con respeto, qué bueno que venga con una actitud
no imperial, qué bueno que lo hayamos recibido... pero él
a lo suyo y nosotros a lo nuestro".
El último tramo
Carter entra este jueves en el último tramo de
su estancia en Cuba. Después de la reunión con los opositores
hablará con integrantes de la Conferencia de Obispos de Cuba. El
viernes tiene previsto ofrecer una conferencia de prensa y regresar de
inmediato a su país.
Este miércoles se inició muy temprano para
Carter. Visitó el centro de rehabilitación La Castellana,
de tratamiento siquiátrico. Luego estuvo en la Escuela Especial
Solidaridad con Panamá, centro para niños con retraso mental.
Más tarde conoció el Consejo Popular Las Guásimas,
una unidad administrativa, equivalente a gobierno de zona, una escala inferior
a la de municipio.
Por la tarde visitó el Centro Martin Luther King,
donde se reunieron representantes de más de 40 comunidades evangélicas
y movimientos ecuménicos, pertenecientes al Consejo de Iglesias
de Cuba.
Carter compartió ahí oraciones y cantos
y escuchó un encendido discurso de Raúl Suárez, diputado
y presidente del organismo, quien centró su alegato en la necesidad
de que Estados Unidos elimine las represalias económicas contra
la isla.
Carter habló brevemente en español y apeló
a la defensa de los valores espirituales por encima de la vida material.
Su esposa Rosalyn ya no asistió a la celebración, agotada
por el rigor del recorrido y el sol, que cayó a plomo en una mañana
típicamente tropical.
Aún acogiendo con disciplina el denso programa
de actividades, Carter y algunos miembros de su comitiva pudieron cenar
el lunes pasado en un paladar (restaurante privado). Fue en uno de los
más famosos de La Habana, frecuentado por diplomáticos y
gente de la farándula, El Comedor de Lilian, ubicado en el municipio
de Playa, en el sector oeste de la ciudad.
Carter compartió las frituras de malanga (tubérculo
típico de la mesa cubana) y la ropa vieja (carne de res deshebrada)
con el representante de Naciones Unidas, Luis Gó-mez, y los embajadores
de Canadá, Michael Small; de España, Jesús Gracia,
y de México, Ricardo Pascoe.