CARTER EN CUBA, VISITA HISTORICA
La
visita que inició ayer el ex presidente de Estados Unidos James
Carter a Cuba es, por diversas razones, un parteaguas en la historia de
las relaciones bilaterales entre ambos países, además de
un suceso positivo para el entendimiento entre las dos sociedades, para
la convivencia internacional y para las perspectivas de los propios estadunidenses
de resistir y desactivar la escalada belicista y paranoica en la que se
han aventurado las actuales autoridades de Washington.
Debe recordarse que, entre 1976 y 1980, el político
de Georgia fue prácticamente el único mandatario que se empeñó
--sin éxito-- en eliminar el bloqueo comercial impuesto contra la
isla y sus habitantes desde los primeros años de la década
de los sesenta, y el que más hizo por normalizar las siempre hostiles
y tensas relaciones bilaterales; en ese sentido, logró la apertura
de sendas oficinas de intereses en Washington y La Habana y anuló
la prohibición a los ciudadanos de su país de viajar a Cuba,
que es, a fin de cuentas, una violación a los derechos humanos de
los estadunidenses.
Más de dos décadas después de haber
salido de la Casa Blanca, Carter se convirtió en el primer mandatario
estadunidense --en activo o en retiro-- que visita Cuba desde que lo hiciera
Calvin Coolidge en 1928, aún en ejercicio de su mandato. El ahora
promotor de derechos humanos llegó con una actitud respetuosa que
debe resaltarse, en la medida en que descartó que su presencia tenga
por objetivo inducir cambios políticos en la isla y, en cambio se
fijó el desafío de disminuir la hostilidad estadunidense
contra los cubanos de la isla.
Desde el lado cubano, el presidente Fidel Castro recibió
a su visitante con gestos excepcionales de cortesía, moderación
y apertura: con el himno estadunidense y la bandera de barras y estrellas
desplegada junto a la de Cuba en el aeropuerto José Martí
de La Habana, alfombra roja y la limusina que se reserva para recibir a
jefes de Estado en visita oficial. Adicionalmente, el veterano dirigente
garantizó a Carter acceso total e irrestricto a todos los sectores
políticos de la isla, así como a las instalaciones de tecnología
e investigación biomédicas de la isla, las cuales fueron
señaladas hace unos días por el subsecretario de Estado John
Bolton de estar siendo utilizadas para fabricar armas biológicas,
acusación a todas luces falsa, que responde a la campaña
de desinformación de Washington para sustentar su "guerra global
contra el terrorismo".
Las significaciones de la visita pueden ser definitorias
para despejar esa calumnia con tono de amenaza militar directa, pero también
para abrir espacios de diálogo y reconciliación entre los
propios cubanos y también, por supuesto, entre éstos y los
estadunidenses de buena voluntad. Cabe felicitarse porque, en momentos
en que Washington ha logrado uncir a su cruzada anticubana a la mayor parte
de los gobiernos de América Latina --incluido, para vergüenza
nacional, el de México--, en Estados Unidos mismo surjan iniciativas
de concordia y diálogo como la que hoy protagoniza en La Habana
el ex presidente Carter. Es de esperarse también que el viaje del
ex mandatario logre debilitar el bloqueo criminal ejercido contra la isla
desde hace cuatro décadas.