BALANCE DE LA JORNADA
El motivador Hugo frente al cauteloso Lapuente
Sobresalen los técnicos mexicanos
Blanco sólo necesitó unos minutos
para desequilibrar
MARLENE SANTOS A. Y CARLOS HERNANDEZ
Semifinal con sabor a final adelantada. El futbol ofensivo
y dinámico de Pumas se topará con un hueso duro de roer,
el América de Manuel Lapuente, técnico incisivo, sagaz, cauteloso,
y que ya prepara la estrategia para dar el siguiente paso al sueño
amarillo tan largamente anhelado.
A
Hugo Sánchez, entrenador novel que constantemente protesta por ser
encasillado como simple "motivador", le llegó la hora de demostrar
su destreza nada menos que ante un ex seleccionador nacional, quien en
un par de meses celebrará los 20 años de haber conquistado
su primer título.
Pero no sólo compiten dos equipos de abolengo,
sino que se toparán las aficiones más grandes, enconadas
y aguerridas. El arbitraje deberá elegirse con pinzas, con toda
la delicadeza del caso, no tanto por los reclamos quisquillosos de Hugo,
como por los riesgos de violencia que podría implicar cualquier
error.
Quizá habría que recordar la frase de Lapuente
en el último duelo ante Pumas: "Ustedes vieron el juego de espaldas",
expresó el timonel a los periodistas que recriminaron un aburrido
empate sin goles.
Y si bien es cierto que el Pentapichichi lo mismo
cosecha simpatías que críticas por sus opiniones, quejas
o posturas, sin duda su joven plantel no puede más que generar simpatías
y dar paso a la esperanza en el futuro del balompié mexicano.
Enfrente tendrá a un futbol mezquino con la tribuna,
pero tan efectivo que ya está en semifinales de la liguilla y a
un paso de esa instancia en la Copa Libertadores.
Para el duelo definitivo del jueves en el Azteca el América
llegará con ventaja de 2-1, pero con mayor trajín que el
Morelia, cuadro que de plano renunció al triunfo en Ciudad Universitaria
y apostó todas sus canicas para enfrentar a su odiado rival.
El otro boleto en liza para llegar a la final será
para Santos o Necaxa. También aquí estarán cara a
cara un par de técnicos mexicanos. El Sheriff Fernando Quirarte
fue el que más sufrió al escalar el peldaño, mientras
a Raúl Arias, avezado alumno de Lapuente, le bastó aplicar
las lecciones de su mentor (se dice en son de broma que fue con formación
1-9-1), para despachar al favorito pero decepcionante Toluca.
La Piedad y los Diablos, éstos punteros casi todo
el torneo, se desinflaron en el momento importante. Fueron eliminados por
los últimos clasificados y ahora sus técnicos Vucetich y
LaVolpe cosechan críticas como antes aplausos.
Pero los más decepcionantes fueron sus delanteros,
ya que mientras José Cardozo sólo quería estar con
su selección, los brasileños Claudinho y Almir parecían
andar de vacaciones en plena cancha.
Otro
que se despidió fue Enrique Meza, quien no pudo mantener su buena
racha en los torneos de Verano sobre todo debido a las fallas de sus delanteros,
el argentino José Luis Calderón y Daniel Osorno, quien erró
una inmejorable oportunidad para sentenciar el partido y se niega a dar
el salto para dejar de ser una eterna promesa del futbol mexicano.
Por otra parte, el gris adiós del Tricolor redituó
poca ganancia en la intención de toparse con un estilo similar al
de Ecuador, y quizá en cambio Alex Aguinaga -a veces más
técnico que capitán de su selección- ha desmenuzado
al detalle la radiografía del cuadro nacional.
Tampoco la comunión con el público fue la
ideal, lo único claro es que el gran consentido, pese a sus berrinches,
desplantes, renuncias, fracasos, romances y escándalos, lesiones
y sobrepeso, es Cuauhtémoc Blanco, a quien le bastó la condición
física durante 10 minutos para poner el toque de calidad que sus
compañeros no tienen.
El plantel dirigido por Javier Aguirre gozará de
dos días de asueto, de despedidas privadas, y viajará el
miércoles a Estados Unidos, donde el jueves enfrentará a
Bolivia en San Francisco, otra vez pensando en el estilo de los ecuatorianos,
y el domingo en Pasadena se topará con el Milán, para dar
una probadita al calcio.