Atacar a Irak tendría efectos negativos, previene el IISS
EU, preocupado más por la seguridad que por la economía de Latinoamérica
AFP Y DPA
Washington, 9 de mayo. Los atentados del 11 de septiembre plantearon nuevos desafíos de política exterior a Estados Unidos, que se concentró en los problemas de seguridad en América Latina y desatendió las dificultades económicas de la región, indica el informe anual del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) divulgado este jueves.
Estados Unidos dio prioridad a su seguridad nacional y casi al mismo tiempo buscó la adhesión del resto del mundo para formar una coalición de lucha contra el terrorismo.
Según el documento, uno de los efectos inmediatos fue reducir los esfuerzos para solucionar con México el problema de la inmigración ilegal.
"Aunque George W. Bush era un presidente proinmigración, a mediano plazo, la política fronteriza de Estados Unidos se enfocará más en mantener fuera a la gente que intente ingresar, que en permitirles la entrada". Como resultado de una "mayor sensibilidad a las fuerzas desestabilizadoras o por las frustraciones de Estados Unidos como patrocinador del Plan Colombia, a principios de 2002 el gobierno de Bush se mostró favorable a ampliar la iniciativa que incluyera esfuerzos directos antinsurgentes".
En febrero se rompió el proceso de paz en Colombia, entre el gobierno del presidente Andrés Pastrana y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que debieron retirarse de la zona de despeje en el sur del país que controlaban desde noviembre de 1998. El IISS indica que ello podría extender la inseguridad en la región, lo que acarrearía una mayor participación estadunidense en la asistencia militar en la zona andina.
"Estados Unidos acentuó su interés en los problemas de seguridad en América Latina, pero se desinteresó relativamente de los problemas económicos", afirma el IISS. En plena crisis financiera en Argentina, como resultado de "erróneas políticas nacionales" y luego de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobara en agosto la entrega a Buenos Aires de 8 mil millones de dólares, Estados Unidos no respaldó económicamente al gobierno argentino cuando en diciembre éste declaró su imposibilidad de pagar su deuda externa pública de 141 mil millones.
Y destaca que "quizás esto ha sido nocivo" en contraste con la "generosidad mostrada hacia una Turquía, igualmente incapaz", pero que recibió apoyo financiero "por razones estratégicas".
El informe del IISS estima que para "asegurarse de que en América Latina no se extenderá un contagio ideológico de corte nacionalista y populista, Estados Unidos quizá necesita reactivar su compromiso diplomático y económico en el hemisferio, a pesar de sus preocupaciones hacia el terrorismo".
En marzo de este año Bush abogó por aumentar la asistencia presupuestaria al exterior al hablar ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y lo reiteró durante la Conferencia de la ONU sobre Financiación para el Desarrollo de Monterrey, México, y cuando luego visitó El Salvador y Perú. "Ello refleja -sostiene el IISS- que es consciente del incipiente problema de imagen de Estados Unidos al sur de sus fronteras y de lo importante que es restaurar el impulso diplomático de Estados Unidos en el hemisferio".
El IISS previene además a Estados Unidos de los efectos negativos que podría tener un ataque a Irak, al destacar que el ejército iraquí es claramente "más fuerte que los talibanes de Afganistán", por lo cual ambas situaciones no deben compararse.
Recomienda a Estados Unidos que use el concepto de nation building en lugar de recurrir automáticamente al lenguaje de las armas. Tras los atentados del 11 de septiembre Estados Unido dejó claro, mediante la formación de la coalición antiterrorista internacional, su progresivo distanciamiento del concepto de mantenimiento de la paz y la construcción de estructuras estatales (nation building). En este sentido, Estados Unidos tendría que comprometerse mucho más en la política de estados clave en el mundo, dice el IISS.
La administración estadunidense ha subrayado que la respuesta militar es sólo parte de su acción contra el terrorismo. "Esto, a su vez, implica que en determinados momentos Estados Unidos necesitará considerar la nation building como parte de su gran estrategia", asegura el IISS.
La política exterior de Washington ha aceptado la necesidad de actuar con aliados donde sea posible, pero también admite e incluso insiste en la posibilidad de "actuar en solitario cuando sea necesario".
El IISS sostiene que el derecho internacional ha tenido que actuar en dos frentes en especial: combatir los actos ilegales que emanen del interior de estados, pero que vayan más allá del control de sus gobiernos, y para proteger a las poblaciones de estados contra atrocidades cometidas por sus líderes.
Destaca la "pasividad relativa" de Washington frente al conflicto en Levante. En relación con la campaña contra el terrorismo, "el retraso en elaborar un plan de paz para Medio Oriente no puede ser justificado mucho más tiempo", añade el informe, al tiempo que asegura que el plan de paz de Arabia Saudita, aunque vago, ha dado impulso al debate político.
En cuanto a Rusia, señala que el presidente Vladimir Putin fue "firme" en dirigir la orientación de su política hacia Occidente una vez que se dio cuenta de que alcanzar el objetivo de seguridad nacional, especialmente tomando en cuenta la crisis de Chechenia, puede ser conseguido con mayor éxito si se establece en cooperación con el bloque occidental.
Respecto de China, el IISS anticipa que la nación asiática podría ingresar a un periodo de inestabilidad, tanto en su política interior como exterior, debido a cambios de figuras en el gobierno el próximo otoño boreal.