Luis Javier Garrido
Las vencidas
El haber llegado a la Presidencia de México con recursos del exterior, y que ello haya sido parte de una enorme operación para que los grandes intereses trasnacionales se apoderaran a la brevedad de los recursos básicos de los mexicanos, es un hecho que "no tiene importancia" para Vicente Fox, según declaró el miércoles 8, pero los hechos demuestran lo contrario.
1. La decisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de a) ordenar al IFE reabrir las investigaciones sobre el muy probable financiamiento ilícito de la campaña presidencial de la Alianza por el Cambio en 2000, y de considerar, al mismo tiempo, b) que en materia de financiamiento electoral no cabe, como pretendía el gobierno foxista, el secreto bancario, fiscal y fiduciario (7 de mayo de 2002), constituye un nuevo revés para Vicente Fox, quien con la misma prepotencia de los presidentes priístas ha venido asumiendo que está por encima de la legalidad del país y que ahora debe afrontar el mayor descrédito que haya tenido gobernante mexicano alguno en el segundo año de su gobierno.
2. Las evidencias que priístas y perredistas mostraron desde el periodo electoral hicieron patente que Vicente Fox no sólo contó con una logística preparada y desarrollada en Estados Unidos para alcanzar la Presidencia de México, sino con una compleja red ilegal de financiamiento desde el exterior que, utilizando el mismo sistema de los capos del narco para el lavado de dinero, triangulaba sumas inmensas que no acaban aún de ser detectadas, las que llegaban a las manos de su hombre de confianza Lino Korrodi, y cuyo fin era imponer su candidatura a través del dinero. Dinero que, como ahora se sabe, provenía en parte de un buen número de empresas multinacionales que, como la Enron, aspiran a adueñarse de los recursos energéticos de la nación mexicana, y a las que Fox habría prometido, a cambio de su respaldo financiero, entregarles los bienes privatizados: petróleo, energía eléctrica, materias primas. Todo lo cual, de probarse, confirmaría que se trató de una vasta operación de tráfico de influencias, de ahí que el guanajuatense se haya apanicado tanto desde mediados de 2000, cuando apareció el tema.
3. La ya muy escasa credibilidad de Fox se ve aún más mermada al saberse que mintió de manera reiterada sobre el particular, pues el 10 de junio de 2000 calificó el señalamiento como "una calumnia", y el 25 de junio, poco antes de las elecciones, dijo ante las cámaras de la televisión que en su campaña no había "un solo centavo del exterior", creyendo que no se iban a encontrar las evidencias que priístas mostraron en el Senado meses después, evidenciando que es un individuo cínico que miente de manera reiterada.
4. El fallo del TEPJF no hace más que abrir de nuevo la discusión sobre algo que ya se sabía, y es que la subordinación de Fox a las fuerzas trasnacionales pone en riesgo el destino del país. Y que las promesas, no cumplidas, durante su gira electoral de a) contribuir al proceso de democratización del país, y de b) efectuar un gobierno "de transición", no eran más que una cortina de humo que no pudo encubrir que el verdadero proyecto foxista, que jamás se hizo explícito y que ahora se está imponiendo de manera autoritaria violentando el marco constitucional, es el sostenido por los republicanos, de acelerar la entrega del país a los intereses del extranjero, con la tesis de que el gradualismo priísta resulta inaceptable para el capital trasnacional.
5. La nueva discusión sobre el financiamiento ilegal de la campaña de Fox ha provocado un gran escándalo porque pone de manifiesto, una vez más, la grave corrupción del foxismo y el patrimonialismo con el que se manejan los tecnócratas y empresarios que gobiernan el país, y que pretenden encubrir con una pretendida confusión sobre los límites de lo público y lo privado. Los partidos políticos son entidades "de interés público" y los presuntos graves delitos cometidos por Fox y sus amigos, de no negociarse todo por debajo de la mesa -y de aplicarse la ley en consecuencia-, tendrían repercusiones en el registro del PAN, que estaría en peligro de perderlo, y pondrían en entredicho el de los dos partidos que están tratando de constituir varios de "los Amigos de Fox", quienes han presentado ya su solicitud al IFE, y sobre quienes pesarían estas turbias operaciones: el Partido Republicano, del empresario Francisco de Paula, y el Partido México Posible, del profesor Sergio Aguayo.
6. Las consecuencias de la negativa de Fox en 2000 a impulsar un proceso de transición democrática están a la vista y "el nuevo régimen" se parece hoy en día al anterior, como dos gotas de agua: desde los intereses a los que sirve hasta las prácticas que tiene, aunque todo se haga ahora de manera más burda y prepotente. Las acusaciones por tres delitos "no graves" de la PGR contra Rogelio Montemayor (ex director de Pemex) y otros ex funcionarios de la paraestatal (8 de mayo), que habrían dispuesto de mil 100 millones de pesos para la campaña priísta, buscan no sólo a) relanzar una campaña para desprestigiar a la empresa pública más importante de América Latina -y símbolo del Estado mexicano posrevolucionario-, a fin de crear las condiciones para acelerar su privatización, sino b) asestarle un golpe al PRI y de paso castigar a algunos chivos expiatorios del gobierno anterior para, en la lógica del chantaje, insistir en el paquete legislativo que Fox tiene comprometido con Washington.
7. La disputa de panistas, amigos de Fox, salinistas, labastidistas y algunos perredistas por el 2006 se ha iniciado ya, y más que a una lucha democrática se asemeja a las disputas de dos gangs rivales en Brooklyn o en Queens en los años de la prohibición, con Fox actuando como un aprendiz de Bugs Moran. El "nuevo régimen" perdió desde el primer día la preciada oportunidad de desmantelar el sistema de partido de Estado y de encauzar a México por la vía de la legalidad, y ahora aparece varado en la ineficiencia y la corrupción.
8. Si de aplicar la ley se trataba, Ƒpor qué no procedió contra Ernesto Zedillo, sin cuya autorización la dirección general de Pemex no hubiese podido proceder a esa desviación de recursos?
9. El nuevo episodio de confrontación de Fox con los partidos de oposición se está saldando también por una derrota de Los Pinos y por un Fox que emerge más debilitado en lo político y desprestigiado al máximo, por lo que el porvenir del régimen es cada vez más incierto. Los llamados que se hacen desde el salinismo y desde varios grupos empresariales para distender la situación, y que toda "la clase política" está dispuesta a aceptar, son una señal de que las negociaciones en la cúpula del poder siguen estando por encima de la ley.
10. El verdadero debate es, sin embargo, sobre los recursos de la nación que el gobierno foxista pretende enajenar, y todo este proceso se sigue haciendo a espaldas del pueblo mexicano.