Romero Deschamps está en Veracruz, aseguran
Encierro conventual en el STPRM
FABIOLA MARTINEZ
Desde una ventana pequeñita, atrás de una cortina de hierro, un guardia asoma la cara para observar a los visitantes. La puerta de Zaragoza 15, colonia Guerrero, se abre sólo dos veces al día para dejar pasar el automóvil de Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato petrolero.
Hace un par de días se giraron órdenes de aprehensión en contra del ex director de Pemex; luego, el procurador Rafael Macedo de la Concha advirtió que ''hay diversas líneas de investigación'' en el Pemexgate, y ya se pide en el Congreso que el líder petrolero y su tesorero, Ricardo Aldana Prieto, soliciten licencia de los cargos de representación popular que ocupan.
Sin embargo, la única declaración ante la prensa en el STPRM es que ''no habrá declaración''. Para los dirigentes petroleros, no pasa nada: ayer su líder -dicen- estuvo de gira de trabajo con el director de Pemex, Raúl Muñoz Leos, y el resto del comité, incluido Aldana, tuvieron actividades normales (o sea, siguen en el país).
Incluso, no le temen al desafuero, porque ello -aseguran- sólo sería posible si el presunto delito se hubiera cometido en esta misma legislatura. ''šEso es obvio para quien lea la Constitución, para quien sepa de ese librito que cuesta 15 pesos... el desafuero no procede y tampoco las auditorías a nuestro sindicato, porque somos autónomos!'', señala el vocero del STPRM, Víctor García Solís.
Mientras, nadie ha visto a Romero Deschamps (''está en Veracruz, si quieren hablen a Pemex y verán'', es la sugerencia en el sindicato), quien desde hace 30 años participa en la representación sindical, primero como comisionado para la revisión del contrato colectivo y luego integrante de los altos mandos del poderoso gremio petrolero.
Nada se supo ayer de quien desde hace tres décadas ha pasado por casi todos los puestos del comité ejecutivo del STPRM, hasta ganarse el control absoluto, táctica que ahora, sin cortapisas, le vale la acusación de ''traidor'' por parte del viejo líder petrolero en retiro Joaquín Hernández Galicia, La Quina.
Romero Deschamps, tamaulipeco y ''eficiente'' contador privado, como reza su currículo, también es miembro del PRI desde 1961, donde habrían llegado, según investigación de la Secodam, millonarios recursos del sindicato petrolero para abonar la campaña de Francisco Labastida. Al líder lo del fuero ya le es común, pues en 1979 fue diputado federal en la 51 Legislatura; más tarde, en 1991, repitió para convertirse en senador, y nuevamente obtuvo una diputación federal que le vale hasta 2003.
''No contestaremos a filtraciones de prensa ni litigaremos en los medios'', insisten en la central sindical. La versión oficial en el STPRM es que el ''cuerpo de gobierno'' de este sindicato determinó que sólo Romero Deschamps fungiría como ''vocero'' de la organización gremial y de él mismo.
El ingreso a la oficina del líder petrolero sólo es posible mediante un elevador privado y desde la recepción se advierte que ahí no hay información para la prensa. Seguramente más obstáculos encontrarían los disidentes a Romero y su grupo, quienes son señalados en sendos carteles rojos, distribuidos en las 33 secciones del STPRM, como los ''enemigos'' del sindicato.
Esos ''enemigos'', integrados en la Alianza Nacional Democrática de Trabajadores Petroleros, son los primeros sorprendidos cuando se enteran que las cuotas de 90 mil trabajadores de planta, 27 mil transitorios y 50 mil jubilados no alcanzan para cubrir las necesidades del sindicato, por lo que su dirigencia tiene que recurrir, con el propio patrón, a solicitar préstamos.
De acuerdo con el dirigente de la alianza, Julio César Rodríguez, en el sindicato petrolero no se entregan reportes financieros a los agremiados -cada seis meses-, como lo marcan los estatutos o la propia Ley Federal del Trabajo.
