Rinden homenaje póstumo a la fotógrafa
en el Centro de la Imagen
Mirar bien evoca más que todas las emociones
profundas: Yampolsky
La fotografía tiene múltiples alcances,
pues nos puede hacer reír o llorar, expresaba
Se suma la Bienal de Fotoperiodismo al tributo a la
artista con una muestra en Internet
LUIS HUMBERTO GONZALEZ
Este miércoles, a partir de las 19:30 horas en
el Centro de la Imagen (Plaza de la Ciudadela 2, Centro Histórico),
se rendirá homenaje póstumo a Mariana Yampolsky, quien falleció
el 3 de mayo. En el acto, organizado por la institución sede en
colaboración con la Fundación Cultural Mariana Yampolsky
y el Consejo Mexicano de Fotografía, se presentarán una exposición
fotográfica y un video.
La Bienal de Fotoperiodismo también se une a los
reconocimientos a esta gran artista con una exposición en la red:
http://www.fotoperiodismo.org. En este contexto, presentamos la siguiente
entrevista con Yampolsky, realizada hace unos meses:
-¿Para
qué sirve la fotografía?
-Cuando está tomada con conocimiento de los hechos,
nos aclara las cosas; nos regala emociones.
-Hablemos un poco de tu obra fotográfica de carácter
social. ¿Has recorrido mucho este país?
-Es muy difícil hablar de uno, pero creo ser honesta,
veo de frente. Hay una multitud de cosas que me emocionan. Antes que nada,
la gente misma. Su arquitectura, sus utensilios, sus manifestaciones artísticas
y religiosas que incluyen el arte popular, las danzas, las ceremonias con
dulces y flores, y el cariño y el amor que pone el ser humano en
lo que le importa.
Toda fotografía es social
-¿Cómo debemos mirar a las personas cuando
se toma una fotografía?
-Hay que tener mucho cuidado en no meter en cajones a
la fotografía. El hecho de tomar una foto ya es social. No hablamos
de la fotografía manipulada, que es otro asunto, pero toda imagen,
aunque sea de la familia o una foto rápida de la novia en una boda
o del novio en una playa, es social.
''El ojo que sabe mirar es más que todos los sentimientos
profundos que evoca ver ciertas cosas. Un fotógrafo puede estar
enamorado de los árboles o puede fotografiar cosas hechas a mano
o niños, y no necesariamente es un romántico. Todas estas
cosas son importantes, pero hay que hacer una diferencia entre la fotografía
banal y la que busca, que indaga, incluso que inventa.
''Una fotografía debe tener gran emoción
y rigor,y esto te lo da la experiencia, el tiempo."
-Cuando coordinaste una gran exposición que se
tituló Baile y balas, ¿ya tenías la idea de
convertirla en libro?
-Hice una gran muestra a partir de una investigación
en el Archivo General de la Nación, con el material del fotógrafo
Díaz Delgado, de los años 30. En la exposición y en
el libro hay imágenes de la vida cotidiana en la ciudad: bodas,
generales, niños, mujeres, ferrocarriles, fiestas. Todas recrean
el ambiente de la época. Puedo decirte que la fotografía
tiene múltiples alcances. Lo fantástico es que nos puede
hacer reír o llorar.
Desarrollo del rigor
-¿Por qué escogiste el archivo de Díaz
Delgado y no el de Casasola o el de los Hermanos Mayo?
-Hablando del archivo Casasola es urgente que se haga
algo para proteger ese patrimonio en peligro. Se ha hecho mucho, pero no
lo suficiente. En estos momentos de crisis económica no podemos
permitir que este acervo se descuide. Tiene importancia, no sólo
para los mexicanos, sino para el mundo entero. Debemos recaudar fondos
para cuidarlo.
-¿Y el archivo de los Hermanos Mayo? ¿No
crees que también necesita de cuidado y de un mejor manejo de sus
materiales?
-Sí, estos archivos fotográficos necesitan
un cuidado extraordinario, si no nos vamos a quedar sin patrimonio y sin
memoria.
-¿Cómo se consigue el equilibrio entre la
composición de los elementos que tenemos enfrente y el manejo de
la luz?
-Trato, pero no siempre lo logro, de no imprimir un negativo
que tenga algo que molesta: una luz no capturada o un objeto, un poste,
un alambre. Esto es muy doloroso cuando casi se tiene la foto. Puedo dar
un consejo a los jóvenes fotógrafos: no permitan que salga
de sus casas una imagen con la cual no estén contentos. Debemos
desarrollar el rigor y ser muy exigentes.
-¿No te parece que la fotografía latinoamericana
ha ganado espacios jamás imaginados?
-México es país afortunado y campo fértil
para el fotógrafo. Al recorrer exposiciones vimos ensayos sobre
el café, el azúcar; uno sobre la vida de un pueblo indígena
en la sierra y una muy importante sobre los chicanos. Este ensayo lo hizo
un muchacho, fotógrafo en Los Angeles. Tenemos larga tradición
en el fotoperiodismo, desde Nacho López y Héctor García
hasta los jóvenes que captan imágenes de Chiapas y de las
grandes urbes.
-¿Has curado muchas exposiciones?
-Una de mis reglas como curadora es no confundir a la
persona con la fotografía tomada por ella. Al escuchar a Mozart
no puedo afirmar si él, como persona, me hubiera inspirado. Lo único
que puedo gustar -y la humanidad también- es el producto. Finalmente,
eso es lo que quiero.