Directivos de la Primera División deciden que el partido La Piedad-América se juegue el jueves

Codesal, harto de las críticas a silbantes; pide mano dura contra quien los insulte

El titular de la Comisión de Arbitraje amenazó con señalar públicamente los errores de los futbolistas

MIGUEL ANGEL RAMIREZ

Mientras Rafael Lebrija, presidente de la Primera División, anunció que el comité directivo de la rama tuvo que programar los partidos entre La Piedad y América, al no ponerse de acuerdo ambos equipos, el titular de la Comisión de Arbitraje, Edgardo Codesal, pidió que "se aplique el reglamento como debe ser", pues no se vale que sigan calificando a los silbantes de ladrones para justificar las derrotas de los equipos.

Los ocho conjuntos que clasificaron a la liguilla recibieron la invitación ayer para ponerse de acuerdo en el día y la hora de sus enfrentamientos. Como La Piedad y el América nunca pudieron hacerlo (los primeros querían jugar el sábado en su cancha, haciendo imposible que los de Coapa fueran los anfitriones el miércoles en el Azteca), intervino el comité directivo y decidió que el partido de ida fuera el jueves a las 20 horas en el Coloso de Santa Ursula, y el de vuelta el domingo a las 14 horas en el Juan N. López.

Los cuartos de final empezarán mañana a las ocho de la noche en el Azteca, con el Necaxa-Toluca. Los rojiblancos pagarán la visita el sábado a las 15 horas en el Nemesio Diez.

El jueves Morelia recibirá a los Pumas a las 20 horas en el Morelos, y a las 20:45 Atlas hará lo propio con el Santos en el Jalisco. Los partidos de vuelta, en CU y el Corona, serán a la misma hora el domingo: a las cuatro de la tarde.

Apatía de jugadores para reunirse con nazarenos

Los clubes clasificados también recibieron invitación para reunirse con la Comisión de Arbitraje. Ricardo Cadena, capitán de La Piedad, informó que su colega de Pumas y él fueron los únicos jugadores que acudieron; los demás eran dirigentes. Calificó la charla de muy provechosa. Dijo que los clubes se comprometieron a facilitarle la labor a los silbantes "y ellos a ser más justos y tolerantes con nosotros".

Codesal, por su parte, comentó que tres fueron las principales inquietudes de los equipos: lo referente a los tiros libres, a los entrenadores y las tarjetas amarillas. La comisión proporcionó un boletín titulado Reglas y procedimientos para la fase final del torneo de Verano 2002. En él se explican, por ejemplo, las cargas al portero, agresiones con el balón, simulaciones, celebraciones, recuperación del tiempo perdido.

Rechazó además que haya consigna contra el técnico Hugo Sánchez, tal como lo afirmó una "cadena de televisión; no se vale ese tipo de comentarios". Tampoco estuvo de acuerdo en todas las críticas que recibió el silbante Antonio Marrufo por los penales del domingo en Torreón.

"No se vale decir inclusive que cuánto le pagaron; no se vale que los técnicos se expresen de esa manera del arbitraje o que digan que es una mafia", dijo, advirtiendo que "lo defenderemos hasta las últimas consecuencias".

Aseguró que ellos sí sancionan a los árbitros cuando se equivocan (a Delgadillo le pidieron que no asistiera a la reunión de ayer por tal motivo), y por eso exigen que "se aplique el reglamento como debe ser" cuando los atacan. Señaló que no pueden permitir que "siempre el árbitro sea el culpable de las derrotas" y amenazó con empezar a señalar "cuántas veces un jugador falla solo frente al portero y por eso se pierde la clasificación".

Adelantó no sólo que Eduardo Brizio dirigirá hoy el Morelia-América de la Copa Libertadores, sino que Marrufo es uno de los ocho que estarán en los duelos de cuartos de final (Ramos Rizo, Alcalá, Archundia, Abramo Lira, Robles, Rodríguez y Brizio son los otros).

Por cierto, informó que la calificación más alta entre estos silbantes fue de 7.93 y la más baja de 7.5, lo que aplaudió, pues está convencido de que no hay arbitraje perfecto. Y trató de ilustrarlo: "usando una alegoría, con todo respeto, si Dios padre bajara a arbitrar, no creo que le pongamos 10 de calificación".