Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 28 de abril de 2002
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Espectáculos

Mucha gente piensa que escribió mil, pero no fue así, asegura su hijo

Editan cancionero con los 247 temas escritos por José Alfredo Jiménez

''Si uno analiza las letras de mi papá se encuentran significados distintos a si sólo las escuchas''

Planea José Alfredo Jr. disco homenaje a su padre con piezas inéditas ''que ni él alcanzó a cantar''

CESAR GÜEMES

José Alfredo Jiménez vale lo mismo para la paz que para la guerra, para ser cantado que para ser leído. Por eso y porque, como dice Joaquín Sabina, quien escribe la contraportada del Cancionero Completo (Océano-Turner), "gana batallas, como el Cid, después de muerto", es preciso conocer a José Alfredo, además de cantarlo.

El volumen contiene las 247 piezas que compuso y grabó, más el prólogo de Carlos Monsiváis y el epílogo de Manuel Arroyo Stephens. Su hijo, también llamado José Alfredo Jiménez, compositor por su parte con varios discos de oro en su haber, se explica así la dualidad creativa de su padre: "El libro es de por sí hermoso. Si uno se dedica mínimamente a analizar las canciones de mi papá encuentra al poco tiempo significados distintos a los que se obtienen si se escucha. Incluso en ocasiones cuando he precisado de un apunte, de un consejo, he encontrado varias frases precisas en sus letras, y esto se explica porque finalmente hablan de asuntos cotidianos y comunes a muchos de nosotros".

-ƑCuál es la cifra exacta de canciones compuesta por él?

-Mucha gente piensa que escribió mil, pero en realidad hablamos de 247 piezas, no son más. Salvo, claro, algunos textos inéditos que como nunca fueron grabados no aparecen en el libro. En su momento se musicalizarán algunas, seguramente para el año 2003 cuando demos a conocer un disco de homenaje con piezas que ni siquiera él alcanzó a cantar.

El proceso creativo de un personaje como José Alfredo resulta siempre interesante no sólo por lo prolífico sino por lo precisó. Narra su hijo: "Pues de un momento a otro guardaba silencio y sabíamos que estaba tratando de armar una canción, una letra. No es cierto que un compositor como él se sentara a la mesa a una hora específica y se propusiera realizar un tema. A mi papá le llegaba la inspiración en cualquier momento, incluso en la carretera o en comidas familiares o con amigos. A veces iba manejando él y en ocasiones su secretario: en cuanto guardaba silencio, el resto de los acompañantes hacíamos lo mismo para no interrumpirlo. Y, en efecto, momentos después ya nos estaba cantando los primeros cuartetos".

-Así como no es real que un compositor lo sea del todo por voluntad, tampoco será cierto que don José Alfredo componía acompañado por un trago.

-Pues no, porque se requiere de una concentración profesional, medir la letra, buscar la rima, encontrarle la cuadratura a la pieza. Si el alcohol proporcionara alguna suerte de inspiración, cualquier persona que se tomara una copa sería capaz de escribir. Sé que a mi papá lo relacionaron muchas veces con el alcohol, no sin cierta razón, pero más bien quienes están cercanos a tomarse un buen trago de su bebida favorita escuchando música son muchas de las personas que eligen sus canciones para celebrar en una fiesta o para escuchar a solas. Y no veo nada de malo en ello. Sus canciones nos suceden a muchos en determinado momento de la vida, antes o después de haberlas oído por primera vez.

El papel de Manuel Arroyo-Stephens, investigador español y quien hace el epílogo al volumen, fue decisivo para armar el libro. Narra José Alfredo Jiménez hijo: "Por la admiración que tenía Manolo Arroyo a Chavela Vargas comenzó a escuchar algunos de los temas de mi papá y enseguida quiso conocer toda la obra. De él surgió la idea de hacer un cancionero completo, definitivo, oficial y crítico. El resto lo hicimos nosotros, recopilar el material, buscar los textos originales, transcribir con fidelidad".

-Un texto de Joaquín Sabina aparece en la contraportada del libro, pero entendemos que la relación con la obra de tu papá no se limita a ese acercamiento.

-Bueno, no se ha metido precisamente al archivo aunque está a su disposición porque respeta el trabajo de mi papá y es un gran amigo de la familia, pero se ha interesado mucho en su trabajo. Cuando viene a México nunca falla a la cita para escuchar temas, compartir un tequila y cantar él mismo con su guitarra algunas canciones de mi papá. Joaquín cuenta, además, con piezas que no se encuentran en los catálogos de las disqueras y que he podido rescatarle para que las escuche.

-Por lo pronto, el álbum más completo que existe, el de las 100 clásicas de José Alfredo, no es ni la mitad de las existentes en el libro. ƑDónde está el resto del material grabado?

-Es complejo el asunto, sobre todo con las compañías disqueras. En muchas ocasiones sólo cambian la portada y aparecen las mismas canciones. Siempre he peleado para que incluyan en los discos compactos las piezas que aparecieron en el lado B de sus acetatos. Pero no es fácil, aunque hay canciones bellísimas. Son trabajos que están en voz de mi papá y que es deber de las disqueras reconsiderar.

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