BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife Rahme

Feroz ataque del ensayista Gore Vidal a Bush

NO POR SER controvertido Gore Vidal, máximo ensayista de Estados Unidos, sus puntos de vista dejan de ser cautivantes o repelentes, al romper las líneas divisorias de la reverencia política. Sólo un personaje de su talla se habría atrevido a escribir lo "políticamente incorrecto", cuando el presidente Bush se encontraba en el clímax de la popularidad (ahora en franco declive), en su último opúsculo polémico: Guerra perpetua para una perpetua paz: cómo ha sido que nos odian tanto (Thunder's mouth press/The Nation Books; 02), que comprende varios ensayos, uno de los cuales (justamente su virulento ataque a Bush) dilató varios meses en ser publicado en el vecino país del norte, mientras en Italia, Alemania y Francia se convertía en el primer best seller. No oculta su desprecio por Bush, quien, considera, acabará siendo el presidente más impopular en la historia de esa nación. Gore Vidal conoce perfectamente los dédalos del poder estadunidense, y a sus 76 años no ha perdido su prolija capacidad de crítica que sacude hasta los cementerios. A sus enemigos no les gustará su última provocación literaria, en la cual argumenta que la administración Bush ocasionó los atentados del 11 de septiembre. šDinamita pura! Aduce que los miles de muertos "fueron víctimas tanto de los terroristas como de la política exterior que ha impuesto EU en el mundo, que ha generado enemistad y odio", lo cual se deriva de las necesidades del gobierno de Bush por el petróleo. "Necesitamos Afganistán porque es la entrada de Asia central, que está repleta de petróleo y gas. Exorcizamos a Irán para que no tengamos que construir un oleoducto en su territorio. Uno de los mejores oleoductos atraviesa al domesticado Afganistán. Eso es todo. Estamos estableciendo nuestro control sobre Asia central." El consagrado ensayista se burla de que Osama Bin Laden y la mayoría de los líderes terroristas se hayan escapado, mientras Bush seleccionaba como su "eje del mal" a países que no se vieron involucrados en los ataques. Los más de 7 millones de millones gastados en "defensa", desde hace 52 años por FBI y CIA no impidieron los atentados. Los líderes mundiales de Europa, Asia y Africa (nota: no incluye a Latinoamérica) se encuentran alarmados por la mayor intervención militar de esa nación, lo cual remueve los odios internacionales que ponen en riesgo la seguridad de los estadunidenses en el mundo, mientras en el frente interno Bush ha impuesto una política policiaca que se subsume en el "acta patriótica" para espiar y detener a ciudadanos y extranjeros sin ningún proceso, además de la instalación de tribunales militares, lo que está destruyendo la libertad en ese país. "Un derecho inalienable" que "ha sido alienado" por Bush. Tira el título de su opúsculo del enorme historiador estadunidense Charles Austin Beard, quien en su libro La teoría diabólica de la guerra (muy difícil de conseguir) demuestra cómo los banqueros J.P Morgan y Rothschild obligaron al presidente Wilson a declarar la guerra a Alemania para sacar a Estados Unidos de su quiebra financiera. Cita a la Federación de Científicos Americanos, la cual enfatiza que esa nación ha sido la agresora desde 1945 en más de 200 guerras. Ironiza que EU ha instituido el "club del enemigo del mes: cada mes estamos confrontados por un horrendo enemigo que debemos destruir antes de que nos destruya". No existe ningún mortal que se atreva a sostener con tal osadía tamaña herejía en los límites de la apostasía para el momento patriótico que vive Estados Unidos. Se puede estar de acuerdo o no con Vidal en cuanto a sus pruebas (tampoco Bush ha aportado "pruebas irrefutables" hasta la fecha, salvo montajes hollywoodenses), pero su impacto en la opinión estadunidense es trascendental. Bush no debe estar muy tranquilo cuando los influyentes grupos literarios empiezan a cuestionar su política exterior, que engendra tantos odios, como la magnífica colección de ensayos del último número de la revista Granta. šPor fin! Ya era hora que despertara la inteligencia crítica estadunidense, frente a tanta maniquea insanidad cacofónica.

ELECCIONES FRANCESAS Y ANÁLISIS MULTIDIMENSIONAL

PUNTO DE VISTA de la izquierda. Se puede firmar en blanco lo expresado por los voceros de la izquierda francesa, de que el resultado fue un "cataclismo", pero no se puede soslayar su faccionalismo tribal y su falta de claridad y consistencia programáticas. Pero un análisis no se puede quedar aquí. El segundo lugar de Le Pen ha sido sobredimensionado y será severamente diluido en la segunda vuelta con el triunfo apabullante de Jacques Chirac, a final de cuentas un neogaullista. Debido al sistema del ballotage, el voto fue una advertencia, dramática sin duda, pero no fue decisivo. Se agudiza la tendencia en los países del "norte" inmigrante frente el "sur" emigrante (Le Pen en Francia, Shirinovsky en Rusia, Haider en Austria, Sharon en Cisjordania y sus equivalentes xenófobos en Estados Unidos, etc.). En torno al 11 de septiembre: la militarización de la política. Son tiempos de los militares. Lo que era "políticamente incorrecto" antes de los atentados se vuelve "políticamente correcto" un día después. El general Colin Powell se encuentra a cargo de la Secretaría de Estado en Estados Unidos (en guerra), el general Ariel Sharon es primer ministro de Israel (en guerra), el general Musharraf dio golpe de Estado en Pakistán y se encuentra al borde de la guerra con India por Cachemira (sin contar su rol en Afganistán), el ex paracaidista Hugo Chávez regresó al poder por un contragolpe y Jean Marie Le Pen también fue paracaidista. Rechazo al establishment. En Europa se está votando contra los gobiernos en el poder, independientemente de sus siglas (en Francia, contra el primer ministro Jospin; en Alemania, en la elección parcial de Sajonia-Anhalt, pierde Schroeder; mientras en Hungría vence la oposición socialista moderada contra el gobierno neoliberal). La mayoría de los gobiernos europeos pertenecían a la socialdemocracia, que paga los platos rotos de los excesos de la globalización, la decadencia de la clase política y la desaceleración mundial de la economía. La clave son los jóvenes (en Francia votaron por Le Pen). Imperan los entornos propicios para la eclosión del neonazismo, del neosionismo, del neofundamentalismo y del neoterrorismo. El maniqueísmo bushiano también es global: se pierden los matices y las sutilezas (por ende, los partidos de centro peligran), y predomina la puerilidad simplona por encima de la complejidad. De cierta forma, la derrota de la izquierda en Francia es la debacle de la inteligencia. Segunda vuelta: no se puede pasar por alto que en el seno del socialismo francés el "mitterrandismo" cosmopolita (del cual proviene Jospin, aunque más moderado, menos corrupto y también menos flamboyant) condonó la anexión oficiosa de Líbano por Siria, y se alió al eje geopolítico Thatcher-Bush (con su equivalente económico del thatcherismo-reaganismo) contra Irak. Se decanta una contienda entre dos nacionalismos: uno extremo (el "poujadisme"), el de Le Pen, de corte muy aldeano e inviable, dada la presencia francesa en el mundo; y el segundo, el neonacionalismo gaullista, encarnado por Chirac (menos glorioso y más corrupto que el original); es decir, una política independiente en política exterior frente a EU, vocación por la estabilidad monetaria (acoplamiento del patrón oro a las divisas), suavización de la globalización (Porto Alegre en lugar de Davos), política más equilibrada en Medio Oriente. En suma, la segunda vuelta asentaría el triunfo del neonacionalismo moderado, la derrota del cosmopolitismo globalizador y la alerta al "poujadisme", una excrecencia racista, xenófoba, islamófoba y antisemita que se genera al mismo tiempo que el avance del neosionismo en Cisjordania y en EU, y el neoterrorismo en Asia Central. Conclusión: más allá del maniqueísmo izquierda-derecha, en la suma y resta de los diversos niveles de análisis, a Estados Unidos no le conviene el renacimiento del neonacionalismo francés, que choca con su propio fundamentalismo neobíblico de la "coalición cristiana" de extrema derecha. Lo ominoso se centra en que Le Pen obtenga más de 25% de los votos en la segunda vuelta. Entonces habrá que preocuparse por el segundo capítulo del choque entre el neonazismo y el neosionismo y, de paso, por el planeta.

EU: CRECE LA ECONOMIA Y BAJAN DOLAR Y BOLSA; SUBE EL ORO

ƑCOMO QUE NO cuadra? El espectacular repunte del crecimiento, de 5.8% en el último trimestre, refleja los efectos de la guerra contra Afganistán, en noviembre, cuando las acciones bursátiles del complejo militar-industrial se elevaron a las nubes. Pese a ello, la Bolsa de Nueva York se replegó por debajo de los umbrales sicológicos y el dólar prosiguió su declive irresistible, al tiempo que el precio del oro se disparaba. Los estados financieros de las empresas de EU carecen de toda credibilidad, a raíz del megafraude de Enron y sus engaños contables (ahora resulta que su capital inicial, de US50 mil millones, fue ficticio) avalados por firmas contables, calificadoras, bancos de inversión y analistas. Lo grave es que en las cercanías de las elecciones de noviembre, ante un electorado agraviado, cuando la candidatura de Jeb Bush empieza a peligrar en Florida, las autoridades bursátiles se han visto obligadas a comenzar investigaciones sobre las "prácticas impropias" de "intocables", como Merrill Lynch, Salomon Smith Barney (de Citigroup), JP Morgan Chase, Goldman Sachs (la de los inolvidables Tesobonos mexicanos), Fleet Boston Financial, CSFB, etc. Además de las fuertes pérdidas de AOL Time Warner, por más de US$54 mil milones, la peor noticia para las finanzas de EU, basadas en "papel chatarra" y en la contabilidad crapulosa, ha sido tras el ascenso del oro: el superlativo enemigo del dólar. Claro, con el euro y el yuan chino que empiezan a moverse. Se entiende mejor así la urgencia de Bush para despedazar a Irak.