Conmemoran el décimo aniversario de la
tragedia; desaire gubernamental
Persisten condiciones de riesgo que causaron explosiones
en Guadalajara
Los focos generadores de residuos peligrosos se han
multiplicado sin control, advierten expertos
AURELIO FERNANDEZ F. ENVIADO
Guadalajara, Jal, 22 de abril. "En verdad nos sentimos
desairados por el gobernador, porque no llegó a la misa de anoche
ni hoy a inaugurar este foro, a pesar de que nos dijeron que vendría",
dijo la señora Lilia Ruiz, una mujer que se desplaza en silla de
ruedas porque le falta una pierna y representa a las víctimas del
22 de abril de 1992 por las explosiones en Guadalajara.
A
los diversos actos conmemorativos de los diez años de la tragedia
-entre ellos el foro Desarrollo, vulnerabilidad y políticas públicas
en materia de desastres, organizado por el ITESO, la UdeG y organizaciones
civiles y sociales- tampoco se han presentado las principales autoridades
municipales, estatales ni federales, a pesar de que esta ciudad y este
estado cambiaron radicalmente con aquel episodio, que permitió el
ascenso del panismo, tal como ocurrió en la ciudad de México
en 1985 a favor de las fuerzas del Frente Democrático Nacional y
de Cuauhtémoc Cárdenas.
Al panismo parece corresponderle ahora el papel de esconderse
de los reclamos de los damnificados. En la ciudad se comenta ampliamente
la fecha, en medios de comunicación y entre la gente, pero desde
el gobierno de Alberto Cárdenas, en el sexenio pasado, se dio continuidad
al estilo establecido por el ex presidente Carlos Salinas: ocultamiento
de información y de responsables, suspensión de los procedimientos
judiciales y políticos sobre el caso, comportamiento que fue establecido
desde meses posteriores a aquella desgracia que causó oficialmente
la muerte de 210 personas y cientos de heridos, según datos de entonces.
Por ejemplo, el entonces alcalde Enrique Dau, a quien
todavía hoy los damnificados señalan como corresponsable
del desastre, después de pasar nueve meses en la cárcel detenta
el cargo de director local de Aguas y Saneamiento.
Sin embargo, ahora se da a conocer información
nueva. La página de internet de Profepa ofrece el dato de que las
explosiones dejaron un saldo de mil 900 muertos y mil 470 lesionados. Hoy,
el diario local Público revela detalles del origen de la
desgracia: según este medio fue un error en el manejo de las válvulas,
cometido por trabajadores de Pemex por una falla de bombeo en la planta
de La Nogalera. Esto produjo un incremento de la presión, lo que
a su vez provocó que las tuberías, corroídas, cedieran
por multitud de horadaciones, porque no estaban en funcionamiento los sistemas
de protección catódica. La consecuencia fue el enorme derrame
de gasolina en el sector Reforma y el barrio de Analco del día 21
de abril, y estableció las condiciones para lo que fueron las explosiones
del día 22 a partir de las 10:20 horas.
"Hoy se dice esto -señala el investigador Daniel
Rodríguez- porque hay otro partido en el poder, pero también
porque conviene hablar de la inefectividad y aun de la peligrosidad de
las empresas públicas, en este caso Pemex."
Petróleos Mexicanos anunció hoy la canalización
de 30 millones pesos para un fideicomiso de apoyo a los lesionados. La
señora Lilia Ruiz comentó a este respecto: "es una propuesta
humillante, porque quieren darlo como un donativo y no reconocen su responsabilidad
en la desgracia". En los últimos años ha habido explosiones
en las alcantarillas de por lo menos tres colonias de la misma zona, lo
que implica que las condiciones de desastre no se han resuelto.
Por su parte, Guadalupe Garibay, de la Universidad de
Guadalajara, describió los focos de amenaza que se han desarrollado
dentro de la ciudad de Guadalajara: en cuanto a aquellos que son considerados
generadores de residuos peligrosos ?del tipo de los que Pemex emanó
en abril de 1992?, había en 1996 mil 500. La cifra se ha incrementado
desde entonces hasta llegar a 27 mil, la mayoría de los cuales están
ubicados en zonas de alta densidad de la metrópoli, señaló
Garibay.
La investigadora agregó que en lugar de que haya
un avance en el comportamiento de las autoridades en este sentido reconociendo
estos hechos, la propuesta ha sido incrementar significativamente el número
de industrias peligrosas sin control.
Rossana Reguillo, investigadora del ITESO, especialista
en temas relacionados con comunicación y desastres, señaló
que "el 22 de abril en Guadalajara es un expediente abierto, con un veredicto
popular muy claro: condena a la forma en que se ha atendido el problema".
Opina que se le ha dado un manejo electorero al problema, que benefició
al PAN, partido que sin embargo no ha enfrentado los retos derivados de
aquella desgracia; agregó que las condiciones de peligrosidad en
Guadalajara hoy en día son iguales o peores. "Mientras esto siga
ocurriendo no podrán cerrarse las cicatrices, la memoria seguirá
manteniendo la movilización social."