Exhortan en Tel Aviv a los israelíes
que viven en Francia a "hacer sus maletas"
Preocupación en Europa por el avance de la ultraderecha;
Washington guarda silencio
La tasa récord de abstención, un fracaso
para Chirac y Jospin, opina el primer ministro sueco
Paris, 22 de abril. Líderes políticos
de Europa manifestaron hoy preocupación luego que el Frente Nacional
de Jean Marie Le Pen se convirtió en el primer partido de extrema
derecha que obtiene un puesto en la segunda vuelta de una elección
en Francia.
Estados Unidos, por su lado, evitó hacer declaraciones
sobre el sorpresivo resultado, al tiempo que un ministro israelí
llamó a los judíos de Francia a "hacer sus maletas para emigrar
a Israel".
El primer ministro sueco, Goeran Persson, fue uno de los
primeros jefes de gobierno europeos que reaccionaron, al afirmar anoche
que el avance de Le Pen y la tasa récord de abstención representaban
"un fracaso para los dos principales candidatos", el presidente saliente
Jacques Chirac (conservador) y el primer ministro saliente Lionel Jospin
(socialista).
Este lunes, el primer ministro británico, Tony
Blair, trató de tranquilizar a los europeos afirmando que confiaba
en que los franceses rechazarían "toda forma de extremismo".
El canciller federal alemán, Gerhard Schroeder,
opinó que el éxito de la extrema derecha era "lamentable",
opinón compartida por el conjunto de la clase política del
país, y pidió a los demócratas que impidan que "Le
Pen logre convertirse en una fuerza importante en Francia".
En España, el ministro del Interior del gobierno
conservador, Mariano Rajoy, estimó que "las circunstancias que permitieron
que un partido de extrema derecha lograse el respaldo que obtuvo deben
hacer reflexionar no sólo al Partido Socialista, que perdió
las elecciones, sino a todos nosotros".
En
Portugal, el primer ministro de centroderecha, José Manuel Durao
Barroso, opinó que la victoria de Jacques Chirac, que obtuvo el
primer lugar, representa "el triunfo de los principios de la tolerancia
y los derechos humanos".
Otros dirigentes pidieron "vigilancia" contra la extrema
derecha, como el primer ministro griego (socialista) Costas Simitis, o
el presidente polaco Aleksander Kwasniewski, quien pidió a "las
fuerzas democráticas, pro europeas, abiertas y liberales", hacer
frente al "desafío" de esta "ola de nacionalismos y de cierta xenofobia".
Como en los 70
En el Consejo de Europa, que abría el lunes en
Estrasburgo su semana de sesión plenaria de primavera, la consternación
era tangible. "Este hecho nos recuerda la situación de hace 70 años,
cuando la extrema derecha ganó las elecciones no sólo en
Alemania sino también en muchos países europeos", declaró
Terry Davis (Reino Unido), jefe del grupo socialista.
No obstante, el presidente de la Comisión Europea,
Romano Prodi, manifestó su confianza en que Francia "reconfirmará
sus valores europeos", y no se mostró sorprendido por la intención
del candidato presidencial francés de ultraderecha, Jean-Marie Le
Pen, de sacar a su país de la Unión Europea (UE).
Pero en Viena, el observatorio europeo de fenómenos
racistas y xenófobos lanzó un llamado a los dirigentes políticos
eur
opeos a condenar el racismo y a aceptar la diversidad
en Europa. En un comunicado, la organización estima que "el éxito
de Jean Marie Le Pen confirma la tendencia del éxito electoral de
los partidos de extrema derecha en Europa". Entre ellos, según cita
el comunicado, Austria, Italia, Dinamarca y ahora Francia.
El éxito de Le Pen es "más que una falta
de buen gusto", declaró por su lado el canciller austriaco Wolfgang
Schuessel, quien sin embargo gobierna su país desde hace dos años
con la extrema derecha (FPOE) de Joerg Haider. Esta alianza desembocó
en sanciones de la UE contra su país.
El presidente del Consejo Italiano, el derechista Silvio
Berlusconi, declaró que el "éxito de Jean-Marie Le Pen (extrema
derecha) representa una deriva populista que los franceses pensaban que
sólo pertenecía a Italia". Pero afirmó que "hay gran
distancia entre los programas de Le Pen y el de Umberto Bossi", el líder
de la Liga del Norte, un partido xenófobo de la coalición
de derecha en el poder en Roma.
Otros, en cambio, manifestaron su satisfacción
por el triunfo de Le Pen. El ultranacionalista ruso Vladimir Zhirinoszki
felicitó en un telegrama al líder de la extrema derecha francesa,
por haber "sacudido a Francia con mano de hierro".
Estados Unidos no habló este lunes sobre el éxito
de Jean-Marie Le Pen en la primera vuelta de las elecciones presidenciales,
y se limitó a afirmar que "seguimos el proceso electoral con gran
interés. Sin embargo, la ronda decisiva tendrá lugar el 5
de mayo".
Canadá, por el contrario, dio cuenta a través
del vocero de la cancillería, Patrick Riel, de su preocupación
por el aumento "de los votos de la intolerancia", e igual preocupación
manifestaron en Brasil los candidatos electorales Inazio Lula da Silva,
izquierdista, y José Serra, socialdemócrata.
En Israel la primera reacción oficial fue un comunicado
del partido ultraortodoxo sefardita Shass, que sostuvo que el ministro
del Interior, Eli Yishai, "se entrevistó esta mañana con
los dirigentes de la comunidad judía de Francia y los exhortó
a que hagan sus maletas para emigrar a Israel".
"Un francés sobre seis votaron el domingo" por
Le Pen, dijo el periódico Yediot Aharonot, agregando en la
primera página que incluso los judíos votaron por él
"a causa de su odio a los árabes. Le Pen personifica, por excelencia,
la adhesión sin vergüenza al racismo, y la nostalgia romántica
del neofascismo", estimó el ex ministro de Relaciones Exteriores
Shlomo Ben Ami, en una columna de opinión publicada en ese periódico.
"Es la sorpresa total", dijo un responsable político
que pidió el anonimato, quien consideró que es de la extrema
izquierda francesa de donde provienen "las críticas más virulentas
contra Israel". Le Pen había manifestado el viernes pasado que comprendía
"totalmente al Estado de Israel" en su ofensiva militar contra los territorios
palestinos.