De 30 cometidos en lo que va de 2002, sólo
dos fueron psicológicos: PGJDF
Vuelve el crimen organizado al robo de bancos
Aumentó este delito: Bátiz Incurrieron
en contradicciones empleados de Bancrecer, señala
ANGEL BOLAÑOS Y SUSANA GONZALEZ
El procurador general de Justicia del Distrito Federal,
Bernardo Bátiz Vázquez, reconoció que se ha incrementado
el robo violento a bancos en este año y la presencia de bandas organizadas
como las que operaban años atrás.
Cifras de la dependencia refieren que de los 30 asaltos
bancarios consumados, registrados en lo que va del año, solamente
dos son de los llamados psicológicos y el resto son con violencia.
El del martes a una sucursal de Bancrecer en Iztapalapa,
donde murieron dos policías, no fue un asalto común, dijo
Bátiz, pues los delincuentes, en lugar de apoderarse del dinero
de las cajas, pretendían entrar a la bóveda antes que el
público comenzara a llegar.
Sus cómplices utilizaron radios de comunicación
para avisarles del arribo de los patrulleros y, según declaraciones
de los empleados de la sucursal, "lo primero que hicieron los delincuentes
al llegar fue exigirles que entregaran el aparato de filmar y se llevaron
la cinta".
"Estamos hablando de delincuencia organizada", señaló
el procurador.
Informó que los dos sospechosos detenidos fueron
liberados al no establecerse ninguna relación con el crimen. Los
11 empleados del banco declararon ante el Ministerio Público y aclararon
que no activaron la alarma porque los amenazaron con armas de fuego, aunque
dijo que existen algunas contradicciones entre lo que cada uno declaró.
De los 30 robos a banco consumados que tiene registrada
la PGJDF (el del martes se frustró), 11 fueron a sucursales de Bancrecer;
seis de Bancomer, cinco de Santander-Serfín; tres de Banamex; dos
de Banorte, dos de Bital y uno de Scotia Bank.
Salvo el robo a una sucursal de Bancomer, el 15 de marzo
pasado, en el que se robaron de la bóveda 4 millones 400 mil pesos,
los montos del dinero que han obtenido los delincuentes de los bancos es
de 7 mil a 500 mil pesos.
Históricamente, en los últimos cinco años,
la suma total del dinero robado a los bancos anualmente es muy menor a
lo que tendrían que pagar si contrataran su propia seguridad, 90
millones de pesos con alrededor de 2 mil 400 efectivos, según la
Secretaría de Seguridad Pública.
En 1996, cuando ocurrieron 66 robos bancarios, el monto
ascendió a 22 millones 864 mil 976 pesos; al siguiente año,
cuando ocurrió el mayor número de robos, 205, la cifra fue
de 24 millones 757 mil 235 pesos; al siguiente año los 104 robos
a banco ocurridos representaron pérdidas de 9 millones 83 mil 386
pesos.
Colusión de empleados bancarios
Desde el programa de trabajo de la PGJDF correspondiente
al periodo de 1998-2000 la dependencia enfatizó en la investigación
de los indicios de complicidad de funcionarios y empleados bancarios con
los asaltantes.
La dependencia definió la necesidad de plantear
a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y a
la Asociación Nacional de Banqueros establecer condiciones "razonables"
de seguridad para su servicio concesionado y "convenir con la autoridad
federal la forma de ejercer su competencia, definida por la Suprema Corte
de Justicia".
Incluso se estableció, como parte de la estrategia
de robo a bancos, "perseguir la obstrucción de la justicia que imposibilita
o desvía la investigación oportuna y eficaz, negando el acceso
al banco, impidiendo testimonios y provocando falsas alarmas".
La sospechas, como ha señalado el titular de la
Secretaría de Seguridad Pública, Marcelo Ebrard, consiste
en la fácil identificación de las víctimas por los
delincuentes. Así, por ejemplo, refieren fuentes de la Procuraduría
de Justicia capiatlina, en un caso un cuentahabiente retiró una
importante cantidad de dinero de un banco y se dirigió a otro a
depositarlo y mientras permanecía en la unifila dos sujetos se encaminaron
directamente a él para asaltarlo; en otro caso la víctima
fue interceptada cerca de su domicilio después de salir del banco,
trató de engañar al asaltante entregando sólo parte
de dinero y el delincuente le exigió: "no te hagas pendejo, traes
más", señalándole la cifra exacta que había
retirado. El caso más evidente fue un robo psicológico,
en el que la cajera a la que se dirigió el delincuente resultó
ser su cuñada.
La Procuraduría General de Justicia del Distrito
Federal comenzó a difundir los retratos elaborados por los peritos
a partir de las descripciones de los testigos; de un delincuente, de la
cabeza rapada, se realizaron dos versiones. Una de las 18 medidas de seguridad
que exige el gobierno de la ciudad que los banqueros apliquen en las sucursales
es la exhibición permanente de fotografías o, en su caso,
retratos hablados de los presuntos delincuentes