Se rinde homenaje a especialistas nacionales
y extranjeros por sus aportaciones
Descubridores del pasado en Mesoamérica,
magna exposición convertida en libro
Manuel Gamio no quería la exclusión de
los indígenas, recuerda León-Portilla
La arqueología es una disciplina anónima,
al igual que sus estudiosos
ANGEL VARGAS
Rara
es la ocasión, cuando se está en una zona arqueológica
o frente a un vestigio prehispánico exhibidos en un museo, que se
piense o reflexione en quién fue su descubridor y bajo qué
circunstancias lo hizo, por más que maraville y sorprenda el hallazgo.
Ello se debe a que, para las mayorías, la arqueología es
una disciplina anónima, al igual que sus especialistas.
De allí la importancia de la magna exposición
Descubridores del pasado en Me-soamérica, exhibida en 2001
en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, y ahora la publicación de
un libro con título homónimo en el que se recogen prácticamente
todos los elementos que integraron esa muestra.
La exposición y el volumen fueron concebidos para
dar rostro humano a la arqueología y así rendir homenaje
a los especialistas nacionales y extranjeros que han aportado sus conocimientos
y sueños con la finalidad de aproximarse cada vez más al
mundo prehispánico.
En el libro, publicado por Océano en cuidada edición
de lujo, se evoca, mediante 12 ensayos, a los pioneros de esa disciplina
en México, que se desplazaron por los confines más recónditos
llevando nuevas técnicas y desafíos para probarlos en el
terreno.
Entre esos profesionales se encuentran Nicolás
León, quien describió las yácatas de Tzintzuntzan
y adelantó hipótesis sobre su significado; o las nuevas luces
que sobre la integración de las primeras aldeas arrojó la
excavación de Chimalhuacán, en la que participó Richard
S. Macneish.
Gamio y el estudio diacrónico de cada zona
Mención aparte merece Manuel Gamio, de quien el
historiador Miguel León-Portilla subrayó algunos méritos
durante la presentación del volumen, antenoche, como ''haberse percatado
que México es una nación con grandes diferencias internas
y, a partir de eso, hacer un planteamiento muy ambicioso: proponer el estudio
diacrónico por cada zona para conocer la realidad cultural del país,
con la convicción de que no puede haber un buen gobierno si desconoce
a quién gobierna".
Otro mérito, dijo el historiador ?quien estuvo
acompañado por su colega Angeles Gonzalez Gamio y el arqueólogo
Eduardo Matos Moctezuma? fue su preocupación para que los indígenas
tuvieran presencia en México:
''Muchos decían que Gamio quería integrar
a los indios para que desaparecieran, pero no es cierto; he demostrado
con citas que él quería que los indígenas no fueran
excluidos del ser de México, como dicen los zapatistas: que no haya
un México sin nosotros, pero que siguieran con sus diferencias culturales,
lenguas, usos y costumbres. El representa un puente entre arqueología
y antropología cultural y social."
Descubridores del pasado en Mesoamérica
se divide en apartados y los textos fueron elaborados por reconocidos especialistas
y estudiosos, entre ellos Beatriz de la Fuente, Joaquín García-Bárcena,
Mercedes de la Garza, Leonardo López Luján, Rubén
Morante, María de los Angeles Olay, Agustín Peña,
Nelly Robles, María del Carmen Serra Puche y Felipe Solís.