OBSERVATORIO CIUDADANO DE LA EDUCACION
Comunicado No. 75
Crea la SEP "nuevo" programa nacional de lectura
Incertidumbre sobre beneficios, articulación
y normas de operación
En las semanas recientes se anunció la puesta en
marcha del Programa Nacional de Lectura para la Educación Básica
y Normal 2001-2006. El objetivo central sería, según expresó
el titular de la SEP, "fomentar que los estudiantes sean lectores autónomos,
capaces de seleccionar sus lecturas, comprender distintos textos y escribir
con fluidez y voz propia." (SEP. Boletín No. 57. 12/03/02). Aunque
también se le adjudican propósitos múltiples, como
son: brindar mayor acceso y distribución de libros de alta calidad,
generar conocimiento y valoración de la diversidad étnica,
lingüística y cultural del país, apoyar la formación
de mediadores de lectura, fortalecer las bibliotecas escolares y de aula,
y crear un sistema de indicadores sobre las prácticas lectoras de
los mexicanos.
Las
dimensiones y costos que alcanzaría el programa son relevantes.
En cifras redondas serían cerca de 14 millones de libros distribuidos,
dado que se propone dotar inicialmente de 20 títulos a las escuelas
de educación básica, para formar cerca de 700 mil "bibliotecas
de aula", es decir, acervos bibliográficos disponibles en el salón
de clases. Además, el secretario Tamez Guerra, en el marco de la
campaña por las bibliotecas mexicanas, anunciada esta semana,
precisó que "la inversión será de 500 millones de
pesos, pero todos estamos ciertos de que tenemos que hacer un esfuerzo
a favor de la lectura" (Boletín SEP. 08/04/02). También reconoció
que la iniciativa buscaría, entre otros propósitos, enfrentar
las deficiencias de comprensión de lectura y expresión verbal
detectadas en los estudios internacionales comparativos en que México
participa.
A pesar de que los propósitos generales del nuevo
programa son claros, persisten dudas sobre su articulación con otras
iniciativas y programas en curso que cumplen propósitos similares,
así como sobre las particularidades de su organización y
operación.
¿Continuidad o cambio de dirección?
Una de las primeras iniciativas que respondieron a la
necesidad de abastecer las aulas con libros distintos a los textos gratuitos
dio lugar a la colección de Libros del Rincón, creada en
1986 bajo la coordinación de la Unidad de Publicaciones Educativas
de la SEP. La colección incluye las series Al Sol Solito, Pasos
de la Luna, Astrolabio, Espejo de Urania y Cometas Convidados. Desde su
creación hasta el año 2000 se repartieron a las primarias
públicas 35 títulos, contando reimpresiones y nuevas ediciones,
de los cuales se alcanzaron a distribuir casi 45 millones de ejemplares
para los acervos bibliotecarios de los planteles escolares.
Como ámbito de organización, el antecedente
inmediato del nuevo programa de lectura es el Programa Nacional de Fortalecimiento
de la Lectura y la Escritura en la Educación Básica (Pronalees),
iniciado en 1995 con la finalidad de que los niños de primaria adquirieran
la competencia básica de leer y escribir en el curso de los primeros
dos grados de este nivel, que de tercero a sexto consolidaran y ejercitaran
las competencias de lectura y escritura y que, en secundaria, se intensificara
dicho ejercicio. Ese programa tenía propósitos de alfabetización
de poblaciones definidas. La operación del Pronalees dio lugar a
coordinaciones estatales del programa dependientes de la autoridad de educación
pública en los estados. Hasta ahora el Pronalees ha sido la instancia
encargada de gestionar el programa de fomento a la lectura en el ámbito
de la educación básica y de procesar su operación
descentralizada en las entidades federativas.
El propósito de fomentar la lectura por parte de
los maestros tiene también antecedentes importantes, principalmente
el Programa Nacional para la Actualización Permanente de los Maestros
de Educación Básica en Servicio (Pronap), acordado entre
la SEP y el SNTE en 1994. Como parte del Pronap se estableció la
Biblioteca para la Actualización del Magisterio, que hoy cuenta
con unos 50 títulos, la Biblioteca del Normalista, con 20; así
como más de 300 centros de maestros, cuyo acervo bibliotecario superaba
en 2001 los 6 mil volúmenes.
Aunque la SEP ha informado en diversas publicaciones acerca
de los indicadores cuantitativos de estos programas, no ha generado o al
menos no ha proporcionado información que permita reconocer el impacto
de las medidas en el rendimiento escolar de los estudiantes y sobre la
formación de los maestros. Por esta razón cabría preguntar:
¿Qué resultados han producido los programas de fomento a
la lectura de estudiantes y maestros impulsados en la última década?
¿Por qué no se han reflejado sus beneficios en las evaluaciones
practicadas?
La respuesta a estas preguntas es fundamental para apreciar
la viabilidad de la estrategia y su capacidad de respuesta a los retos
que pretende afrontar. También vemos necesario que la SEP aclare
si el nuevo programa de lectura sustituye al anterior Pronalees, si incluye
el programa de Libros del Rincón, si está articulado al Pronap
y cuáles son sus relaciones con las estructuras y programas de fomento
a la lectura planteadas por el CNCA en su programa sectorial, específicamente
con la Comisión de Fomento de la Lectura y el Libro, las colecciones
de circulación masiva y la Red Nacional de Bibliotecas Públicas.
Cabe hacer notar que el nuevo programa de lectura anunciado
se deriva del Programa Nacional de Educación 2001-2006 (PNE), que
establece como prioridad de la educación básica el desarrollo
pleno de las "capacidades comunicativas" de los alumnos. Sin embargo, el
PNE indica la meta de "seleccionar, producir y distribuir un promedio de
75 títulos anuales para los acervos de las colecciones de alumnos
y maestros destinadas a la integración de bibliotecas escolares
y de aula y a las acciones para la promoción de la lectura" (p.
143). Hay, pues, una diferencia importante entre la meta programada y la
que establece la nueva iniciativa: 20 títulos, que convendría
que la SEP aclarara para ponderar el alcance de la medida.
¿Alternativa a la unicidad del libro de texto
gratuito?
El propósito educativo del programa es claro y
simple; consiste en reforzar las "competencias comunicativas" de los alumnos
poniendo a su alcance materiales de lectura. Pero también está
presente una línea de política educativa que toma posición,
si bien indirectamente, con respecto al debate sobre la "unicidad" del
libro de texto gratuito. Este debate ha estado presente prácticamente
desde la aparición de dichos libros con la creación de la
Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), organismo
creado por decreto como dependencia de SEP el 13 de febrero de 1959 y cuya
principal encomienda fue dar cumplimiento a la disposición de obligatoriedad
y gratuidad de la enseñanza primaria establecida en el artículo
3º constitucional. Posteriormente, también por decreto, en
febrero de 1980 la Conaliteg pasó a ser un organismo público
descentralizado, quedando bajo su responsabilidad la edición, distribución
e impresión de los libros de texto gratuitos.
El volumen de producción y distribución
de la Conaliteg es impresionante. Para el ciclo escolar 2002-2003, informó
recientemente el secretario de Educación, se distribuirán
cerca de 200 millones de ejemplares de libros de texto gratuitos y otros
materiales educativos: 4 millones para prescolar, 114.8 millones para primaria
y 18.7 millones para telesecundaria.
Los editores han criticado repetidamente el carácter
monopolista de la SEP sobre las publicaciones educativas de enseñanza
básica, factor que, desde la perspectiva de la industria editorial
mexicana, ha inhibido el desarrollo de un mercado potencial muy importante.
Otros sectores de opinión, ideológicamente conservadores,
han cuestionado el contenido y orientación de algunos de los libros
de texto gratuitos, y en general la atribución de la SEP como única
instancia de definición de contenidos en el sistema público.
Más recientemente se han abierto paso otras opiniones que, desde
perspectivas multiculturales y pluralistas, critican la unicidad de los
libros de texto gratuitos al no considerar la diversidad de contextos en
que se ubican los estudiantes de las diversas regiones del país.
También está presente la opinión según la cual
los textos gratuitos representan un recurso discriminatorio para los grupos
étnicos del país, situación que prevalece aunque comenzó
a modificarse a partir de 1995 con la edición y producción
de un centenar de títulos de educación indígena.
Al parecer, sin abdicar del valor educativo y social del
libro de texto gratuito, la SEP encontraría en el programa para
las bibliotecas de aula una respuesta práctica a señalamientos
críticos como los indicados. Haría falta conocer, sin embargo,
cuál es la postura específica de las actuales autoridades
educativas con respecto a los debates en este terreno.
Por último, un aspecto crucial para valorar el
nuevo programa anunciado, más allá de la ponderación
de sus objetivos generales, consiste en conocer, por un lado, la forma
en que se tomarán decisiones acerca de los títulos que integrarán
las colecciones a ser distribuidas, quiénes y por qué participarán
en esa tarea, bajo qué criterios y con qué apertura a la
participación magisterial, académica y social. También
es necesario conocer cuáles serán, en todo caso, los convenios
específicos con editores privados y cuáles los medios de
regulación previstos a tal efecto.
Interrogantes:
- ¿Qué resultados se han obtenido con los
programas de impulso a la lectura de la última década y por
qué, a pesar de estas iniciativas, el rendimiento escolar de los
alumnos en esta materia es inferior al registrado en países con
menor desarrollo socioeconómico?
- ¿Cómo se articulará el nuevo programa
con iniciativas anteriores y programas en marcha que tienen propósitos
similares? ¿Se tomarán medidas para vincularlo con otras
acciones encaminadas a mejorar la calidad de la educación o únicamente
se hará depender de los materiales de lectura?
- ¿Qué criterios se utilizarán para
seleccionar los títulos de la colección del nuevo programa,
quiénes participarán y cómo se decidirá?
- ¿Cuáles serán los convenios que
se establecerán para dar cumplimiento a las metas del programa y
qué instancias de la SEP participarán?
¿QUIENES SOMOS?
Nuestros comunicados aparecen en el primer y el tercer
viernes de cada mes en este espacio periodístico; se pueden reproducir
en cualquier medio indicando su procedencia. Todos los ciudadanos están
cordialmente invitados a sumarse a nuestra iniciativa. Favor de enviar
sus nombres con sus datos de localización e identificación
a: La Jornada Observatorio Ciudadano de la Educación, Apartado
Postal 20-423, San Angel, México, D.F. C.P. 01001. Fax: 55 54 86
55. Correo electrónico:
[email protected]
Visítenos en:
http://www.observatorio.org
Grupo de redacción (en orden alfabético):
Alberto Aziz Nassif, Alejandro Canales, Pedro Flores Crespo, María
de Ibarrola, Pablo Latapí Sarre, Felipe Martínez Rizo, Humberto
Muñoz García, Carlos Muñoz Izquierdo, Roberto Rodríguez,
Lorenza Villa Lever y Leonel Zúñiga.
Otros integrantes: 671firmas de 32 entidades federativas.
Véanse en la página de Observatorio en Internet.
Primer Foro Ciudadano Regional
Análisis del PNE
Hermosillo, Sonora,
19 de abril de 2002
www.observatorio.org