Paco Ignacio Taibo II
¿Salvador delincuente?
(Carta abierta a Bernardo Bátiz, procurador de
Justicia del DF)
Estimado amigo: Ayer me encontré con otro entrañable
cuate, Salvador Ruiz Villegas, con el que tengo relación desde aquel
comité del décimo aniversario del movimiento del 68 y me
contó y mostró una historia delirante.
Estaba tratando de conseguir un empleo en la Dirección
General de Operación Urbana del estado de México y para ello
pidieron un certificado de antecedentes penales, mismo que fue expedido
por la Subdirección de Sistemas Tradicionales de Identificación
de la Procuraduría del Distrito Federal que diriges. Cuando Salvador
se presentó en el estado de México con el contador Jorge
Rodríguez Estrada, éste le dijo que no podía darle
el empleo dados sus terribles antecedentes penales, pues resulta que el
documento expedido por la procuraduría registraba que Salvador había
sido investigado y detenido por homicidio, sedición, rebelión,
asociación delictuoso, daño en propiedad ajena, ataques a
las vías generales de comunicación, robo de uso, despojo,
acopio de armas y lesiones contra agentes de la autoridad.
En un segundo párrafo establecía que había
sido investigado por copartícipe de actos relacionadas con "conflictos
estudiantiles" y que había sido liberado por desistimiento de la
República.
No era muy claro si este desistimiento se refería
a los delitos anteriores citados.
Por más que Salvador le explicó al contador
que esos diez delitos eran los delitos de cajón que se le habían
aplicado indiscriminadamente a los dirigentes del movimiento estudiantil
del 68, el contador dijo que no podía darle el empleo a alguien
con esos antecedentes. Salvador no le podía creer.
Hoy, las acusaciones que aquí se reseñan
son sujeto de la historia. Hoy todos sabemos que "daño en propiedad
ajena" significaba ser acusado de haber incendiado un tranvía en
una esquina (Palma y Bolívar), formada por dos calles que no hacen
esquina por lo que además no pasaban tranvías y en las que
no había ni siquiera vía. Hoy sabemos que homicidio significaba
acusarte de haber asesinado a alguien contra el que había disparado
el Batallón Olimpia, que "asociación delictuosa" significaba
haber formado parte de una asamblea estudiantil, etcétera.
Más allá de que el estado de México
debería darle un curso de historia contemporánea a sus contadores,
y que deberían ofrecerle el empleo a Salvador con todo y disculpas,
y éste es el motivo de esta carta abierta, sería importante
que la Subdirección de Sistemas Tradicionales de Identificación
cambiara el formato de sus constancias de antecedentes penales y que en
los casos de juicios políticos amañados de los que tiene
múltiples constancia en archivo añadiera una nota explicativa
para que los receptores de tales documentos desprovistos de memoria histórica
no se espantaran de los "delincuentes" que les están pidiendo empleo.
Este no es un problema formal, el viejo régimen
se ha comenzado a ir, pero ha dejado atrás sus insultantes archivos,
y no es posible que una administración surgida de la lucha democrática
los asuma simplemente.
Me imagino a Miguel Hidalgo buscando chamba en una empresa
vinatera y siéndole negado porque el expediente registra sedición,
traición a la patria, bigamia, excomunión, abundante corte
de cabezas y daños a las vías generales de comunicación.
Te suplico tomes cartas en este asunto y le ofrezcas a
Salvador una carta de antecedentes penales en la que quede bien claro que
además de que no tiene entre "27 y 70 años" (cosa que a Salvador
lo tiene muy ofendido), que si tiene antecedentes penales se debe a que
combatió en las filas del movimiento del 68 y como dirigente de
la Facultad de Ingeniería de la UNAM, a un régimen despótico,
autoritario y represivo encabezado por Díaz Ordaz y de ingrata memoria
para los mexicanos.