Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 9 de abril de 2002
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Política
Enero de 2001: ''intolerable que mueran migrantes''; mayo: ''culpas compartidas''

Cambiante discurso de Castañeda: jurista californiana

BLANCHE PETRICH

Los ausentes del gran debate sobre el tema de la migración y la seguridad fronteriza entre México y Estados Unidos tuvieron ayer un lugar en el seminario que sobre la materia se realizó en El Colegio de México, cuando Claudia Smith, abogada de la Fundación de Asistencia Rural Legal de California, expuso un cartel con los nombres de los cerca de mil 400 migrantes muertos el año pasado en el intento de cruzar hacia el norte. Al menos los nombres de los identificados, porque con los caídos no identificados el número de víctimas se eleva a 2 mil mexicanos.

Son las víctimas de los programas policiacos y militares de Estados Unidos -operaciones Guardián, Salvaguarda y Río Grande- que se han realizado durante siete años, no para evitar el paso de trabajadores indocumentados, sino para desviar sus rutas de ingreso a vías de acceso de mayor riesgo.

Ante esta realidad, señaló la jurista californiana, el discurso del canciller Jorge G. Castañeda ha cambiado en el lapso de un año. En enero de 2001, el funcionario calificó de ''intolerables'' estas muertes. En mayo de ese mismo año, a resultas de la noticia de 14 mexicanos muertos en el desierto de Yuma, ya no eran víctimas de las políticas de vigilancia fronteriza estadunidenses, sino resultado de ''culpas compartidas'' y producto de la actividad criminal de los polleros. Hoy, en pleno síndrome de la seguridad interna de Estados Unidos, ya no se habla de estos ''héroes anónimos''. En la cancillería, lamentó Smith, ''sólo se habla de seguridad fronteriza, de contener el cáncer centroamericano, de modernizar las garitas''.

Por otra parte, el negociador en jefe del tema migratorio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Gustavo Mohar, señaló que hasta la fecha el gobierno mexicano no se ha manifestado ante el gobierno de Estados Unidos a propósito de la resolución de la Suprema Corte de Justicia de ese país que deja sin posibilidades de defensa los derechos laborales de los migrantes sin documentos. Señaló que después de recibir la ''muy mala noticia'', la cancillería realizó en días pasados un análisis interno sobre los alcances jurídicos de este revés, y ''posiblemente en los próximos días emita algún tipo de comunicado''.

Mohar expresó que la balanza de la corte estadunidense se inclinó por una resolución desfavorable al cabildeo que realizó el propio Poder Ejecutivo en Washington, ''porque el Congreso estadunidense no cumplió con su papel por la cantidad de intereses que están en juego''.

El impacto de la resolución de los magistrados estadunidenses se suma, admitió, a la serie de reveses que ha sufrido la estrategia mexicana para la relación con Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre. Aun en la reunión bilateral entre Vicente Fox y George Bush, el pasado 22 de marzo en Monterrey, en la que el gobierno mexicano insistió en presentar avances en la negociación bilateral sobre migración, el funcionario admite: ''No me deja de sorprender el grado de temor'' que aún domina las obsesiones de seguridad nacional de los funcionarios estadunidenses.

En esta coyuntura, dijo, "la madurez de México está a prueba".

Smith y Mohar compartieron la mesa del seminario, entre otros, con Jorge Santibáñez, de El Colegio de la Frontera Norte; Ana María Salazar, del ITAM; Jorge Chabat, del CIDE, y Jorge Herrera Lasso, consultor privado.

Política de muertes anunciadas

Claudia Smith, con casi 20 años de defensa legal de migrantes en el área de California, destacó que los sucesivos programas de intercepción fronteriza que instauró el gobierno de Estados Unidos mediante la Patrulla Fronteriza no fueron otra cosa sino una "crónica de muertes anunciadas", porque sus estrategas sabían de antemano que con estos operativos no iban a detener el flujo migratorio y que, por el contrario, al desviar las rutas de acceso por pasos de mayor peligro, sól iban a incrementar el número de bajas. Y eso fue lo que sucedió. Cuando se inició el Plan Guardián, en 1995, en dos años se duplicó el número de muertos que cruzaban hacia Estados Unidos por la zona de Tecate. Aun con este antecedente, se emprendió la siguiente fase, al desviar los pasos hacia Valle Imperial. Las estadísticas de muertes en los cruces alcanzaron ahí sus picos históricos, con incrementos de hasta 22 por ciento anuales. Y el Servicio de Inmigración no desistió.

''Es una estrategia deliberada de poner al migrante en peligro mortal. Ya no existen pasos seguros. Ahora las nuevas estrategias solo logran desviar los cruces de una zona de alto riesgo a otra igualmente peligrosa".

Las opciones de México

Mohar, por su parte, habló de las opciones del gobierno mexicano ante este panorama. Dijo que mientras se rompe el stand by en el que se encuentra el posible acuerdo migratorio bilateral, el momento es propicio para conocer y actualizar las leyes mexicanas, a fin de reforzar la red consular ?48 consulados que operan en Estados Unidos, en ocasiones sin recursos suficientes? y reconocer que el gobierno no tiene ni información de inteligencia, ni base de datos ni capacidad tecnológica suficientes para evaluar el fenómeno de la migración que cruza por nuestro territorio.

Es necesario "tomar decisiones para lograr una frontera que funcione, con una visión estratégica. Para ello México tendrá que tomar decisiones legales y de presupuesto."

El gobierno insistirá, aun sabiendo que el ambiente no es propicio, en que la migración es un asunto pendiente con Estados Unidos.

La exposición de los objetivos mexicanos frente a la migración, después del parteaguas del 11 de septiembre, contrasta con las expectativas con las que arrancó el gobierno de Vicente Fox y que el funcionario de la cancillería describió así: "El objetivo era profundizar en la relación estratégica entre México y Estados Unidos ,e insertar el tema de la migración de mexicanos en la agenda doméstica y bilateral''. En la vía de negociar un programa de trabajadores temporales que no se había tocado desde hacía 38 años se había avanzado y el debate interno sobre qué hacer con los migrantes había impactado internamente".

Hasta que llegó la fatídica fecha. Después de ésta no fue mucho lo que el negociador en jefe en materia migratoria de la Secretaría de Relaciones Exteriores pudo exponer en el seminario que discutió, las vinculaciones de la seguridad nacional, la seguridad fronteriza, la migración y los derechos humanos. No mucho más que preguntarse, frente a las estadísticas presentadas por la abogada Claudia Smith de mil 911 mexicanos muertos el año pasado en el trance de cruzar la frontera, qué haría Estados Unidos si un estadunidense muriera cada día intentando cruzar alguna frontera en cualquier lugar del mundo.

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