Enero de 2001: ''intolerable que mueran migrantes'';
mayo: ''culpas compartidas''
Cambiante discurso de Castañeda: jurista californiana
BLANCHE PETRICH
Los ausentes del gran debate sobre el tema de la migración
y la seguridad fronteriza entre México y Estados Unidos tuvieron
ayer un lugar en el seminario que sobre la materia se realizó en
El Colegio de México, cuando Claudia Smith, abogada de la Fundación
de Asistencia Rural Legal de California, expuso un cartel con los nombres
de los cerca de mil 400 migrantes muertos el año pasado en el intento
de cruzar hacia el norte. Al menos los nombres de los identificados, porque
con los caídos no identificados el número de víctimas
se eleva a 2 mil mexicanos.
Son las víctimas de los programas policiacos y
militares de Estados Unidos -operaciones Guardián, Salvaguarda
y Río Grande- que se han realizado durante siete años,
no para evitar el paso de trabajadores indocumentados, sino para desviar
sus rutas de ingreso a vías de acceso de mayor riesgo.
Ante esta realidad, señaló la jurista californiana,
el discurso del canciller Jorge G. Castañeda ha cambiado en el lapso
de un año. En enero de 2001, el funcionario calificó de ''intolerables''
estas muertes. En mayo de ese mismo año, a resultas de la noticia
de 14 mexicanos muertos en el desierto de Yuma, ya no eran víctimas
de las políticas de vigilancia fronteriza estadunidenses, sino resultado
de ''culpas compartidas'' y producto de la actividad criminal de los polleros.
Hoy, en pleno síndrome de la seguridad interna de Estados Unidos,
ya no se habla de estos ''héroes anónimos''. En la cancillería,
lamentó Smith, ''sólo se habla de seguridad fronteriza, de
contener el cáncer centroamericano, de modernizar las garitas''.
Por otra parte, el negociador en jefe del tema migratorio
de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Gustavo Mohar, señaló
que hasta la fecha el gobierno mexicano no se ha manifestado ante el gobierno
de Estados Unidos a propósito de la resolución de la Suprema
Corte de Justicia de ese país que deja sin posibilidades de defensa
los derechos laborales de los migrantes sin documentos. Señaló
que después de recibir la ''muy mala noticia'', la cancillería
realizó en días pasados un análisis interno sobre
los alcances jurídicos de este revés, y ''posiblemente en
los próximos días emita algún tipo de comunicado''.
Mohar expresó que la balanza de la corte estadunidense
se inclinó por una resolución desfavorable al cabildeo que
realizó el propio Poder Ejecutivo en Washington, ''porque el Congreso
estadunidense no cumplió con su papel por la cantidad de intereses
que están en juego''.
El impacto de la resolución de los magistrados
estadunidenses se suma, admitió, a la serie de reveses que ha sufrido
la estrategia mexicana para la relación con Estados Unidos desde
los atentados del 11 de septiembre. Aun en la reunión bilateral
entre Vicente Fox y George Bush, el pasado 22 de marzo en Monterrey, en
la que el gobierno mexicano insistió en presentar avances en la
negociación bilateral sobre migración, el funcionario admite:
''No me deja de sorprender el grado de temor'' que aún domina las
obsesiones de seguridad nacional de los funcionarios estadunidenses.
En esta coyuntura, dijo, "la madurez de México
está a prueba".
Smith y Mohar compartieron la mesa del seminario, entre
otros, con Jorge Santibáñez, de El Colegio de la Frontera
Norte; Ana María Salazar, del ITAM; Jorge Chabat, del CIDE, y Jorge
Herrera Lasso, consultor privado.
Política de muertes anunciadas
Claudia Smith, con casi 20 años de defensa legal
de migrantes en el área de California, destacó que los sucesivos
programas de intercepción fronteriza que instauró el gobierno
de Estados Unidos mediante la Patrulla Fronteriza no fueron otra cosa sino
una "crónica de muertes anunciadas", porque sus estrategas sabían
de antemano que con estos operativos no iban a detener el flujo
migratorio y que, por el contrario, al desviar las rutas de acceso por
pasos de mayor peligro, sól iban a incrementar el número
de bajas. Y eso fue lo que sucedió. Cuando se inició el Plan
Guardián, en 1995, en dos años se duplicó el número
de muertos que cruzaban hacia Estados Unidos por la zona de Tecate. Aun
con este antecedente, se emprendió la siguiente fase, al desviar
los pasos hacia Valle Imperial. Las estadísticas de muertes en los
cruces alcanzaron ahí sus picos históricos, con incrementos
de hasta 22 por ciento anuales. Y el Servicio de Inmigración no
desistió.
''Es una estrategia deliberada de poner al migrante en
peligro mortal. Ya no existen pasos seguros. Ahora las nuevas estrategias
solo logran desviar los cruces de una zona de alto riesgo a otra igualmente
peligrosa".
Las opciones de México
Mohar, por su parte, habló de las opciones del
gobierno mexicano ante este panorama. Dijo que mientras se rompe el stand
by en el que se encuentra el posible acuerdo migratorio bilateral,
el momento es propicio para conocer y actualizar las leyes mexicanas, a
fin de reforzar la red consular ?48 consulados que operan en Estados Unidos,
en ocasiones sin recursos suficientes? y reconocer que el gobierno no tiene
ni información de inteligencia, ni base de datos ni capacidad tecnológica
suficientes para evaluar el fenómeno de la migración que
cruza por nuestro territorio.
Es necesario "tomar decisiones para lograr una frontera
que funcione, con una visión estratégica. Para ello México
tendrá que tomar decisiones legales y de presupuesto."
El gobierno insistirá, aun sabiendo que el ambiente
no es propicio, en que la migración es un asunto pendiente con Estados
Unidos.
La exposición de los objetivos mexicanos frente
a la migración, después del parteaguas del 11 de septiembre,
contrasta con las expectativas con las que arrancó el gobierno de
Vicente Fox y que el funcionario de la cancillería describió
así: "El objetivo era profundizar en la relación estratégica
entre México y Estados Unidos ,e insertar el tema de la migración
de mexicanos en la agenda doméstica y bilateral''. En la vía
de negociar un programa de trabajadores temporales que no se había
tocado desde hacía 38 años se había avanzado y el
debate interno sobre qué hacer con los migrantes había impactado
internamente".
Hasta que llegó la fatídica fecha. Después
de ésta no fue mucho lo que el negociador en jefe en materia migratoria
de la Secretaría de Relaciones Exteriores pudo exponer en el seminario
que discutió, las vinculaciones de la seguridad nacional, la seguridad
fronteriza, la migración y los derechos humanos. No mucho más
que preguntarse, frente a las estadísticas presentadas por la abogada
Claudia Smith de mil 911 mexicanos muertos el año pasado en el trance
de cruzar la frontera, qué haría Estados Unidos si un estadunidense
muriera cada día intentando cruzar alguna frontera en cualquier
lugar del mundo.