Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 8 de abril de 2002
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Cultura
La agrupación visita México para presentar su reciente disco y ofrecer conciertos

David Harrington: ''Kronos celebra en Nuevo la sofisticada y profunda cultura sonora mexicana''

Homenaje democrático en extremo a la música nacional: ejecutan por igual a Silvestre Revueltas que a Roberto Gómez Bolaños Aquí refresco el oído, dice el líder del cuarteto

PABLO ESPINOSA

El Kronos Quartet, agrupamiento de culto en las salas de concierto del planeta, retorna a México con varios propósitos: refrendar su cercanía con la cultura mexicana, presentar su nuevo disco, titulado así: Nuevo (Nonesuch), participar en el 18 Festival del Centro Histórico y al mismo tiempo en las actividades por la reinauguración del Teatro de la Ciudad, donde ofrecerá un concierto, precisamente con el material de su reciente disco, este miércoles 10 de abril, con la participación del agrupamiento mexicano Tambuco.

Lo novedoso en esta ocasión es que la conocida apertura de miras y de entendederas de estos músicos estadunidenses de primerísimo nivel ha rebasado cualquier expectativa, pues su disco, titulado en español, rinde homenaje a la música de México de manera democrática en extremo: ejecutan partituras por igual de Silvestre Revueltas que de Roberto Gómez Bolaños.

De súbito, el escucha se topa, en el track 10, con el tema musical del programa televisivo El Chavo del ocho. El gesto sonoro es inequívoco: un sentido exquisito de la ironía. Todo el disco está poblado de un sentido del humor inocuo, breve, espontáneo; el mismo que un melómano experimenta en la vida cotidiana fuera de su discoteca personal, pues basta subirse a un pesero, un taxi o el Metro para degustar la infinitud y variedad de la música popular de México.

La democracia del oído: Nuevo inicia nada menos con El sinaloense, esa muestra vernácula convertida en hecho histórico por la mismísima banda El Recodo de don Cruz Lizárraga. El compositor Osvaldo Golijov, quien es una de las luminarias más respetadas en el ámbito de la música nueva de concierto, hizo la mayor parte de los arreglos de las piezas populares que conforman este disco, Nuevo: Se me hizo fácil, de Agustín Lara; Mini Skirt, del genial Juan García Esquivel; El llorar, tremendo son huasteco con todo y falsetote. Además de lo vernáculo nacional, hay momentos de ritual y dejos cuasi turísticos, así como hay piezas legendarias, como Tabú, de la maestrísima Margarita Lecuona; o bien esa gema llamada Perfidia, de Alfredo El Chamaco Domínguez. O bien ejemplos de la máxima originalidad mundial, como Plasmaht, del compositor Ariel Guzik, quien extrae el sonido de los cactos, como lo dimos a conocer hace años en estas páginas.

El máximo contraste, empero, se entabla entre un arreglo de Sensemayá, esa obra maestra de Silvestre Revueltas, y la rúbrica musical de El Chavo del ocho, que incluso se fusila al mismísimo Beethoven y que para muchos significa una ofensa a la inteligencia. El éxito internacional de las babosadas de El Chavo y El chapulín colorado es un fenómeno de la industria cultural. Hay lugares en el mundo donde se identifica a la cultura mexicana con esas series y con las telenovelas, así como antes éramos la imagen del indio perezoso sentado bajo un nopal.

El disco de Kronos, en tanto, es un retrato con intención de homenaje y agradecimiento a la parte luminosa de nuestra idiosincracia tan kafkiana. Lo dicho: Kafka en México sería un autor costumbrista. Basta salir a la calle para estar expuesto a todo, incluyendo la posibilidad de oír a Bronco, a Chespirito o a Gustav Mahler.

En entrevista con La Jornada, el líder del Kronos Quartet, el violinista David Harrington, explica:

-Luego de una discografía intensa y extensa con eclecticismo multicultural, ¿cuál es la idea que engarza este disco Nuevo con lo que es Kronos Quartet?

-Lo que quise hacer fue poner todo en un solo sitio, con un sonido que nadie podría identificar como Kronos Quartet, a manera de poder explorar nuevos sonidos, además del sentido de la celebración, del color, de la profundidad de la cultura popular. Quise hacer, también, que este disco transportara a sus escuchas hacia una experiencia diferente. Atraparlos -ríe con travesura mozartiana Harrington- en un viaje del que no los dejaremos irse. Busqué también construirlo como un círculo donde el público puede escuchar el todo al mismo tiempo, sentir todo el tiempo la grabación entera. De hecho el proyecto incluía la filmación de una película, pues hay distintos personajes creados musicalmente, además de involucrar la propia relación que tenemos entre Kronos y los compositores que escriben para nosotros y nuestro público.

-Hay un filme de Kronos con sus compositores, entre ellos Hamza-El-Dim, la mexicana Gabriela Ortiz y el chino Tan Dun, pero es previo. ¿Qué tan distinta es la experiencia de Nuevo?

-La inspiración me surgió de las muchas veces que he estado en México, de la impresión tan fuerte a causa de lo sofisticada y profunda que es la cultura sonora mexicana. Es asombroso: vas caminando por la calle y nunca sabes lo que vas a escuchar luego de lo que está sonando. Quise celebrar eso. Por igual la música de una celebración de fiesta nacional que alguien en la calle haciendo música con una hoja de árbol en los labios, los sonidos de Xochimilco, la minifalda que hace brotar de un aparato de radio Juan García Esquivel, niños riendo, televisión encendida en todo sitio que te pares, radios de transistores por todas partes. Como músico, visitar México es refrescar el oído. Te sientes restaurado, más sano. Y quise compartir esa experiencia fascinante que es la música de México, el cómo suena México en los oídos de un músico que viene de otro país. El disco Nuevo es lo que ha nacido de la asociación humana de Kronos Quartet con la música de México.

-¿Cómo definirías entonces a la música de México?

-Es una música que encierra todo un mundo. Y me siento muy agradecido, al igual que todos los integrantes de Kronos, de poder conocer un poquito del mundo de la música mexicana. Como músico uno siempre tiene muchas cosas por aprender y la música tiene ese encanto: que nadie sabe todo acerca de ella y justo cuando escuchas algo que es maravilloso enseguida escuchas algo que es todavía más maravilloso. Eso significan para mí los viajes a México. Mi deseo es que quienes escuchen este disco perciban esta experiencia, la de estar parado en una calle de México y escuchar lo más disímbolo. Al menos para mí así es.

-¿Propones entonces un espejo musical?

-Toda música es un espejo de la sociedad que la produce y la consume. Y eso sucede de muchas maneras, por ejemplo en el disco Nuevo escuchas la voz de un pregonero antes de que empiece Sensemayá. A mí me resulta asombrosa la similitud del sonsonete de ese pregonero anunciando su mercancía en la calle con la melodía principal de Sensemayá. Para mí eso es prueba de que la melodía, que es uno de los cuatro componentes de la música (las otras son el ritmo, la armonía y el contrapunto) tiene su origen en el discurso humano. Música y diálogo es lo mismo.

-¿Sabías que hay por lo menos dos imágenes contrastantes de El Chavo del ocho, una de ellas como fenómeno de cultura popular, la otra como una imagen despectiva, de empobrecimiento cultural?

-Efectivamente. El mundo siempre ha estado conformado de aspectos y elementos muy distintos entre sí.

-¿Has considerado el riesgo de que alguien no lo tome como kitsch o irónico sino como enfatizar la identificación de México con ese nivel intelectual, el de El Chavo?

-No hemos tocado en vivo todavía esta pieza. La gira iniciará con este concierto en México y luego iremos a Europa. Lo que sí ha sucedido es que quienes la han escuchado en disco sienten una sensación confortable. Les recuerda, entre otras cosas, su infancia, por ejemplo. Esa fue nuestra intención, la de recuperar esa magia de que algo, una música, nos transporte a algo.

-¿Es franco homenaje entonces?

-Desde luego.

-¿Y la gente que encuentra ofensivo el coeficiente mental de El Chavo?

-Me parece que es muy claro de la música que hay en este álbum, Nuevo, que los países suelen tener una variedad cultural de este tipo, muy amplia, muy sofisticada, plena de sonidos asombrosos. Para mí incluir esta melodía es lo contrario a ser ofensivo, es una celebración a la diversidad de la vida.

-Hay un leyenda, cuyo asesinato lo hace mártir inclusive y que también contrasta en Nuevo: el maestro Chalino Sánchez, artífice del narcocorrido. ¿Otro homenaje contracultural?

--Sí, de hecho en Los Angeles está prohibido en la radio.

-¿Cómo emprendes en este caso el homenaje?

-Para mí Chalino Sánchez es un poeta. Crea historias a partir de la vida real, es como un historiador oral en ese sentido. Memorializa la vida de muchas personas en sus canciones. Para mí es alguien fantástico. Hay demasiada violencia en el mundo, donde quiera que voltees y lo que observas es a la gente tratando de protegerse de todo y muy a menudo gente inocente queda atrapada en situaciones que ni le corresponden. Alguien capaz de crear canciones aun en un ámbito de tanta violencia, como Chalino Sánchez, requiere de gran valentía y talento. Y también quería celebrar eso.

-¿No te parecen demasiado altos los contrastes en los héroes de Nuevo?

-Si observas, es una constante de Kronos: hemos grabado El aullido, de Allen Gingsberg, y al mismo tiempo nos hemos divertido con J. Edgar Hoover ?ya para este entonces de la charla, David Harrington ríe a carcajada limpia?. A mí me parece que buena parte del deleite musical consiste en divertirse. No hay que tomarse todo tan en serio.

--Pero estarás de acuerdo, uniéndome a tu sentido del humor, que no tienen nada que ver Allen Gingsberg y el tal Little Shakespeare

-Tienes razón -ríe sumamente divertido David Harrington. Pero también estarás de acuerdo conmigo en que Roberto Gómez Bolaños, si a esas vamos, resulta mejor compositor que Allen Gingsberg.

-Shingueishion.

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