La agrupación visita México para
presentar su reciente disco y ofrecer conciertos
David Harrington: ''Kronos celebra en Nuevo
la sofisticada y profunda cultura sonora mexicana''
Homenaje democrático en extremo a la música
nacional: ejecutan por igual a Silvestre Revueltas que a Roberto Gómez
Bolaños Aquí refresco el oído, dice el líder
del cuarteto
PABLO ESPINOSA
El Kronos Quartet, agrupamiento de culto en las salas
de concierto del planeta, retorna a México con varios propósitos:
refrendar su cercanía con la cultura mexicana, presentar su nuevo
disco, titulado así: Nuevo (Nonesuch), participar en el 18
Festival del Centro Histórico y al mismo tiempo en las actividades
por la reinauguración del Teatro de la Ciudad, donde ofrecerá
un concierto, precisamente con el material de su reciente disco, este miércoles
10 de abril, con la participación del agrupamiento mexicano Tambuco.
Lo novedoso en esta ocasión es que la conocida
apertura de miras y de entendederas de estos músicos estadunidenses
de primerísimo nivel ha rebasado cualquier expectativa, pues su
disco, titulado en español, rinde homenaje a la música de
México de manera democrática en extremo: ejecutan partituras
por igual de Silvestre Revueltas que de Roberto Gómez Bolaños.
De
súbito, el escucha se topa, en el track 10, con el tema musical
del programa televisivo El Chavo del ocho. El gesto sonoro es inequívoco:
un sentido exquisito de la ironía. Todo el disco está poblado
de un sentido del humor inocuo, breve, espontáneo; el mismo que
un melómano experimenta en la vida cotidiana fuera de su discoteca
personal, pues basta subirse a un pesero, un taxi o el Metro para degustar
la infinitud y variedad de la música popular de México.
La democracia del oído: Nuevo inicia nada
menos con El sinaloense, esa muestra vernácula convertida
en hecho histórico por la mismísima banda El Recodo de don
Cruz Lizárraga. El compositor Osvaldo Golijov, quien es una de las
luminarias más respetadas en el ámbito de la música
nueva de concierto, hizo la mayor parte de los arreglos de las piezas populares
que conforman este disco, Nuevo: Se me hizo fácil, de Agustín
Lara; Mini Skirt, del genial Juan García Esquivel; El
llorar, tremendo son huasteco con todo y falsetote. Además de
lo vernáculo nacional, hay momentos de ritual y dejos cuasi turísticos,
así como hay piezas legendarias, como Tabú, de la
maestrísima Margarita Lecuona; o bien esa gema llamada Perfidia,
de Alfredo El Chamaco Domínguez. O bien ejemplos de la máxima
originalidad mundial, como Plasmaht, del compositor Ariel Guzik,
quien extrae el sonido de los cactos, como lo dimos a conocer hace años
en estas páginas.
El máximo contraste, empero, se entabla entre un
arreglo de Sensemayá, esa obra maestra de Silvestre Revueltas,
y la rúbrica musical de El Chavo del ocho, que incluso se
fusila al mismísimo Beethoven y que para muchos significa una ofensa
a la inteligencia. El éxito internacional de las babosadas de El
Chavo y El chapulín colorado es un fenómeno de
la industria cultural. Hay lugares en el mundo donde se identifica a la
cultura mexicana con esas series y con las telenovelas, así como
antes éramos la imagen del indio perezoso sentado bajo un nopal.
El disco de Kronos, en tanto, es un retrato con intención
de homenaje y agradecimiento a la parte luminosa de nuestra idiosincracia
tan kafkiana. Lo dicho: Kafka en México sería un autor costumbrista.
Basta salir a la calle para estar expuesto a todo, incluyendo la posibilidad
de oír a Bronco, a Chespirito o a Gustav Mahler.
En entrevista con La Jornada, el líder del
Kronos Quartet, el violinista David Harrington, explica:
-Luego de una discografía intensa y extensa con
eclecticismo multicultural, ¿cuál es la idea que engarza
este disco Nuevo con lo que es Kronos Quartet?
-Lo que quise hacer fue poner todo en un solo sitio, con
un sonido que nadie podría identificar como Kronos Quartet, a manera
de poder explorar nuevos sonidos, además del sentido de la celebración,
del color, de la profundidad de la cultura popular. Quise hacer, también,
que este disco transportara a sus escuchas hacia una experiencia diferente.
Atraparlos -ríe con travesura mozartiana Harrington- en un viaje
del que no los dejaremos irse. Busqué también construirlo
como un círculo donde el público puede escuchar el todo al
mismo tiempo, sentir todo el tiempo la grabación entera. De hecho
el proyecto incluía la filmación de una película,
pues hay distintos personajes creados musicalmente, además de involucrar
la propia relación que tenemos entre Kronos y los compositores que
escriben para nosotros y nuestro público.
-Hay un filme de Kronos con sus compositores, entre ellos
Hamza-El-Dim, la mexicana Gabriela Ortiz y el chino Tan Dun, pero es previo.
¿Qué tan distinta es la experiencia de Nuevo?
-La inspiración me surgió de las muchas
veces que he estado en México, de la impresión tan fuerte
a causa de lo sofisticada y profunda que es la cultura sonora mexicana.
Es asombroso: vas caminando por la calle y nunca sabes lo que vas a escuchar
luego de lo que está sonando. Quise celebrar eso. Por igual la música
de una celebración de fiesta nacional que alguien en la calle haciendo
música con una hoja de árbol en los labios, los sonidos de
Xochimilco, la minifalda que hace brotar de un aparato de radio Juan García
Esquivel, niños riendo, televisión encendida en todo sitio
que te pares, radios de transistores por todas partes. Como músico,
visitar México es refrescar el oído. Te sientes restaurado,
más sano. Y quise compartir esa experiencia fascinante que es la
música de México, el cómo suena México en los
oídos de un músico que viene de otro país. El disco
Nuevo es lo que ha nacido de la asociación humana de Kronos
Quartet con la música de México.
-¿Cómo definirías entonces a la música
de México?
-Es una música que encierra todo un mundo. Y me
siento muy agradecido, al igual que todos los integrantes de Kronos, de
poder conocer un poquito del mundo de la música mexicana. Como músico
uno siempre tiene muchas cosas por aprender y la música tiene ese
encanto: que nadie sabe todo acerca de ella y justo cuando escuchas algo
que es maravilloso enseguida escuchas algo que es todavía más
maravilloso. Eso significan para mí los viajes a México.
Mi deseo es que quienes escuchen este disco perciban esta experiencia,
la de estar parado en una calle de México y escuchar lo más
disímbolo. Al menos para mí así es.
-¿Propones entonces un espejo musical?
-Toda música es un espejo de la sociedad que la
produce y la consume. Y eso sucede de muchas maneras, por ejemplo en el
disco Nuevo escuchas la voz de un pregonero antes de que empiece
Sensemayá. A mí me resulta asombrosa la similitud
del sonsonete de ese pregonero anunciando su mercancía en la calle
con la melodía principal de Sensemayá. Para mí
eso es prueba de que la melodía, que es uno de los cuatro componentes
de la música (las otras son el ritmo, la armonía y el contrapunto)
tiene su origen en el discurso humano. Música y diálogo es
lo mismo.
-¿Sabías que hay por lo menos dos imágenes
contrastantes de El Chavo del ocho, una de ellas como fenómeno
de cultura popular, la otra como una imagen despectiva, de empobrecimiento
cultural?
-Efectivamente. El mundo siempre ha estado conformado
de aspectos y elementos muy distintos entre sí.
-¿Has considerado el riesgo de que alguien no lo
tome como kitsch o irónico sino como enfatizar la identificación
de México con ese nivel intelectual, el de El Chavo?
-No hemos tocado en vivo todavía esta pieza. La
gira iniciará con este concierto en México y luego iremos
a Europa. Lo que sí ha sucedido es que quienes la han escuchado
en disco sienten una sensación confortable. Les recuerda, entre
otras cosas, su infancia, por ejemplo. Esa fue nuestra intención,
la de recuperar esa magia de que algo, una música, nos transporte
a algo.
-¿Es franco homenaje entonces?
-Desde luego.
-¿Y la gente que encuentra ofensivo el coeficiente
mental de El Chavo?
-Me parece que es muy claro de la música que hay
en este álbum, Nuevo, que los países suelen tener
una variedad cultural de este tipo, muy amplia, muy sofisticada, plena
de sonidos asombrosos. Para mí incluir esta melodía es lo
contrario a ser ofensivo, es una celebración a la diversidad de
la vida.
-Hay un leyenda, cuyo asesinato lo hace mártir
inclusive y que también contrasta en Nuevo: el maestro Chalino
Sánchez, artífice del narcocorrido. ¿Otro homenaje
contracultural?
--Sí, de hecho en Los Angeles está prohibido
en la radio.
-¿Cómo emprendes en este caso el homenaje?
-Para mí Chalino Sánchez es un poeta. Crea
historias a partir de la vida real, es como un historiador oral en ese
sentido. Memorializa la vida de muchas personas en sus canciones. Para
mí es alguien fantástico. Hay demasiada violencia en el mundo,
donde quiera que voltees y lo que observas es a la gente tratando de protegerse
de todo y muy a menudo gente inocente queda atrapada en situaciones que
ni le corresponden. Alguien capaz de crear canciones aun en un ámbito
de tanta violencia, como Chalino Sánchez, requiere de gran valentía
y talento. Y también quería celebrar eso.
-¿No te parecen demasiado altos los contrastes
en los héroes de Nuevo?
-Si observas, es una constante de Kronos: hemos grabado
El aullido, de Allen Gingsberg, y al mismo tiempo nos hemos divertido
con J. Edgar Hoover ?ya para este entonces de la charla, David Harrington
ríe a carcajada limpia?. A mí me parece que buena parte del
deleite musical consiste en divertirse. No hay que tomarse todo tan en
serio.
--Pero estarás de acuerdo, uniéndome a tu
sentido del humor, que no tienen nada que ver Allen Gingsberg y el tal
Little Shakespeare
-Tienes razón -ríe sumamente divertido David
Harrington. Pero también estarás de acuerdo conmigo en que
Roberto Gómez Bolaños, si a esas vamos, resulta mejor compositor
que Allen Gingsberg.
-Shingueishion.