Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 8 de abril de 2002
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Mundo

Autoridades acusan a las FARC de operar "muy parecido" a ETA y ERI

Nueva ola de violencia en Colombia; matan a un sacerdote y estalla un coche bomba

Mueren 12 personas y al menos 70 resultan heridas en el atentado en Villavicencio

AFP, DPA Y REUTERS

Santafe de Bogota, 7 de abril. Colombia fue azotada por una nueva ola de violencia que dejó al menos 13 muertos, entre ellos un sacerdote baleado mientras oficiaba misa y varios menores alcanzados por la explosión este domingo de un coche bomba en una zona de restaurantes de la sureña ciudad Villavicencio, en el peor ataque de este tipo en los dos últimos años.

La policía sostuvo que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) estuvieron detrás del ataque dinamitero, y que utilizaron métodos "muy parecidos" a los del grupo ETA en España y el Ejército Republicano Iralndés (ERI) en Irlanda.

Las autoridades decretaron esta noche el toque de queda en Villavicencio, donde poco antes el presidente Andrés Pastrana reclamó la ayuda de la comunidad internacional para combatir el terrorismo y la solidaridad con Villavicencio "como lo ha hecho con Medio Oriente", y anunció una recompensa equivalente a 45 mil dólares a quien denuncie a los autores del ataque.

Por su lado, el cardenal primado de Colombia y arzobispo capitalino, monseñor Pedro Rubiano, denunció una campaña de "acciones bárbaras" cometidas por "grupos armados" contra la Igleisa y la sociedad civil, tras el asesinato -el sábado por la noche- del sacerdote Juan Ramón Núñez.

Dos pistoleros atacaron al religioso cuando oficiaba misa en su parroquia de la localidad de La Argentina, a unos 600 kilómetros de Santafé de Bogotá, en el departamento de Huila.

Los delincuentes también mataron a uno de los feligreses, señaló el jefe de la policía de Huila, coronel Joaquín Correa, quien dijo desconocer los móviles o autores del crimen, aunque recordó que en La Argentina operan las FARC.

No obstante, ningún grupo armado se atribuyó el asesinato de Núñez, ocurrido 20 días después de que pistoleros mataran al arzobispo de Cali, monseñor Isaías Duarte, a la salida del templo de un populoso sector de esa ciudad.

Religiosos amenazados

Al menos diez obispos y sacerdotes colombianos, incluidos varios que sirven en la antigua zona despejada del sur del país, así como en la frontera noreste con Venezuela, se hallan "seriamente amenazados" de muerte, señaló el coronel Iván Calderón, encargado de coordinar la seguridad de las autoridades eclesiásticas en todo el país.

El ejército colombiano afirma que en los últimos cinco años han sido asesinados en el país 26 religiosos católicos y 39 protestantes.

Monseñor Rubiano también condenó el asesinato, perpetrado por rebeldes de las FARC, de dos policías que mantenían como rehenes y que intentaron escapar del cautiverio, entre ellos el padre de un niño que falleció de cáncer en diciembre pasado, tras haber pedido ver a su padre.

Por su parte, Pastrana presidió un consejo de seguridad en Villavicencio, a 113 kilómetros de esta capital, donde presuntos rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) activaron poco después del mediodía un coche bomba con 50 kilos de explosivos que provocó al menos 12 muertos y 70 heridos.

Entre los muertos estarían nueve menores, según la agencia Dpa, aunque otros reportes de prensa hablan de cuatro, mientras que Afp sostiene que entre las víctimas hay varios jovencitos y niños que vendían comida y flores en la zona.

La explosión, precedida de otra de menor potencia que habría buscado distraer la atención, ocurrió en la llamada zona rosa de restaurantes y discotecas de Villavicencio, próspera ciudad ganadera y agrícola con presencia de guerrilla y paramilitares. Al momento de la explosión, los pobladores festejaban el aniversario de la fundación de la ciudad, capital del departamento de Meta con 300 mil habitantes.

Villavicencio es sede de la Copa Davis de tenis entre Colombia y Uruguay, y hace dos meses fue escenario de una manifestación para rechazar la violencia guerrillera.

Ninguna organización se atribuyó el ataque de inmediato, pero el alcalde de la localidad y las autoridades militares y de la policía responsabilizaron del mismo a las FARC.

Por su lado, el jefe de la Policía Nacional, Luis Gilibert, dijo que "todo apunta a que las milicias de las FARC estuvieron detrás del atentado. Estos son los metodos utilizados por ERI y ETA, grupos que activan primero un artefacto de bajo poder para que la gente se aglomere en el sitio del ataque y luego hacen estallar una bomba de más potencia para causar el mayor daño posible".

La jefatura militar colombiana afirmó que los irlandeses James Monaghan, Niall Connolly y Martin McCauley, presos desde agosto pasado en Santafé de Bogotá, pertenecen al ERI y entrenaron en tácticas terroristas a los rebeldes de las FARC. Los irlandeses, que visitaron la antigua zona de despeje, negaron los cargos.

La escalada de violencia ocurre cuando falta poco más de un mes para las elecciones presidenciales en las que los colombianos elegirán al sucesor del conservador Pastrana, quien rompió en febrero pasado las negociaciones de paz que mantuvo por más de tres años con las FARC luego que esa organización lanzara una ofensiva.

Aunque con la ruptura de las negociaciones se temía una intensificación del conflicto que azota al país desde hace 38 años, hasta el momento ese grupo guerrillero sólo había ejecutado principalmente ataques contra la infraestructura energética, de comunicaciones y de carreteras en zonas apartadas.

Los candidatos presidenciales, a excepción del dirigente de izquierda Luis Eduardo Garzón, se han declarados partidarios de la mano dura frente a las FARC, al tiempo que respaldan que Estados Unidos autorice la utilización de los recursos asignados a la lucha antidrogas en el combate al grupo insurgente.

Un documento de las FARC enviado a la prensa por Internet arremetió contra los tres principales candidatos presidenciales, especialmente contra el favorito, el derechista Alvaor Uribe, a quien acusó de prometer "autoridad bajo la forma del terror del Estado", al proponer que un millón de ciudadanos sean organizados para cooperar con la policía y el ejército en la lucha contra organismos armados.

Además, las FARC acusaron a Uribe de buscar el ingreso de tropas extranjeras, principalmente estadunidenses, y la imposición de su "recetario neoliberal" con el apoyo del Fondo Monetario Internacional.

Los candidatos y principales líderes políticos condenaron hoy el ataque con coche-bomba y urgieron al gobierno a adoptar un paquete de medidas que permitan hacer frente a la escalada insurgente.

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