Comiskey es señalado responsable de no frenar abusos contra niños

Admite Juan Pablo II otra renuncia de un obispo, en relación con casos de pederastia

AFP, DPA Y PL

Los escándalos sexuales siguen sacudiendo a la Iglesia católica. En Roma, el papa Juan Pablo II aceptó la renuncia del obispo de Ferns, Irlanda, Brendan Oliver Comiskey, quien es señalado por la opinión pública como responsabiliza de no haber actuado a tiempo en el caso de un sacerdote de su diócesis acusado de abusar de niños y de otras prácticas de pederastia.

Es el segundo obispo al que el Papa acepta la renuncia en un lapso de diez días, toda vez que el pasado 28 de marzo el pontífice también debió admitir el retiro del polaco Juliusz Paetz, acusado de hostigar sexualmente a sacerdotes y seminaristas.

En Estados Unidos se han hecho públicas denuncias similares, en las que están involucrados altos jerarcas religiosos.

El titular de la mayor diócesis católica de Estados Unidos, el cardenal y arzobispo de los Angeles, California, Roger Mahoney, reveló que se le acusa de abuso sexual, pero negó tales cargos.

En una carta enviada a la prensa de la ciudad angelina, precisó que las acusaciones provienen de una ex estudiante de un liceo católico del centro de California, quien asegura abusó de ella en 1970. El cardenal Mahoney rechazó enérgicamente la acusación e informó que pidió la intervención de las autoridades policiacas y funcionarios eclesiásticos, para que investiguen a fondo los hechos.

Precisó que informó personalmente a la policía de Los Angeles sobre la acusación en su contra, "debido a mi hondo interés para que se adelante una investigación paralela, completa e imparcial". La revelación del cardenal Mahoney se dio en medio de un escándalo a nivel nacional en Estados Unidos, donde se han producido infinidad de acusaciones contra religiosos por agresiones sexuales.

Además, los señalamientos contra Mahoney se dieron después de que suspendió o cesó a una docena de sacerdotes de Los Angeles, acusados de abusos sexuales contra menores. Recibió asimismo fuertes críticas por negarse a proporcionar los nombres de los sacerdotes involucrados.

En el caso del obispo irlandés Comiskey, se le considera responsable de no haber frenado los abusos sexuales contra niños del sacerdote Sean Fortune, quien se suicidó en 1999, al ser inculpado por las autoridades judiciales.

Presionado por las víctimas del cura, el gobierno irlandés anunció el jueves pasado que iniciará una investigación oficial del caso y fue hasta entonces cuando el obispo renunció.