Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 6 de abril de 2002
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Contra
"No definitivo" al Tecnogeist en el Zócalo

Negocian organizadores sede alterna; es una "censura encubierta": diputados

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ Y GABRIELA ROMERO

El Gobierno del Distrito Federal (GDF) dio ayer un "no definitivo" a la realización del festival de música Tecnogeist en el Zócalo capitalino, por no estar garantizada la seguridad de los asistentes.

Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), informó a los organizadores del acto ?Instituto Goethe, Arteria Producciones y Festival del Centro Histórico? la determinación de las autoridades locales y el ofrecimiento de que se lleve a cabo en un lugar cerrado, donde se pueda ofrecer todas las garantías al público.

Por otra parte, trascendió que el festival se puede efectuar en los terrenos de la Magdalena Mixhuca o en el Foro Sol; sin embargo, anoche se reunieron los organizadores, funcionarios de la delegación Cuauhtémoc y de la SSP. Los primeros propusieron que el Tecnogeist se realice de nuevo en la explanada del Monumento a la Revolución y el Love Parade sobre el Eje Central. Se dijo que las pláticas avanzan en ese sentido.

Ebrard puntualizó que el GDF no se opone al concierto: "Ustedes saben que la ciudad de México es una de las más liberales del mundo, aquí se hace todo tipo de espectáculos y no se restringe ninguno en razón de su naturaleza".

Comentó que para el evento el próximo 13 de abril, en el contexto del Festival del Centro Histórico, ya se había solicitado medidas de protección civil y de seguridad pero no las presentaron: "El Zócalo es una zona abierta y es más complicado regular y controlar el acceso y la seguridad de las personas que asistan".

Entrevistado al concluir la reunión del gabinete de gobierno y seguridad pública en el antiguo Palacio del Ayuntamiento, el jefe de la policía dijo que ese fue el tema principal y explicó que se ha propuesto "que se realice en un lugar cerrado, donde podamos establecer retenes para controlar el acceso y verificar que no se introduzcan bebidas alcohólicas, armas o explosivos, a fin de evitar desmanes, además de que la empresa organizadora debe establecer medidas de protección civil y seguridad".

Interrogado sobre un eventual cambio de opinión si en los días próximos los promotores dieran las garantías solicitadas para llevar a cabo el acto, Ebrard se limitó a reiterar: "En el Zócalo no".

Señaló que aun en un espacio cerrado, si no ofrecen las garantías para la gente que asista, como instalaciones sanitarias y de seguridad adicionales, "no se los vamos a permitir".

Inconformidad de legisladores

Diputados locales de PRD, PRI, PVEM y Democracia Social recriminaron que el gobierno capitalino sí pueda garantizar la seguridad en eventos comerciales, como los desfiles de Coca-Cola, Walt Disney o incluso los clásicos de futbol, y no sea capaz de hacer lo mismo para que el Love Parade y el Tecnogeist se lleven a cabo en Reforma y el Zócalo.

Advirtieron que la respuesta del gobierno capitalino puede interpretarse más como un acto de "censura encubierta" que de preocupación por la seguridad pública.

Armando Quintero Martínez, ex coordinador de la fracción del PRD en la Asamblea Legislativa, puntualizó que son tan legítimas aquellas manifestaciones que demandan justicia social como las que tienen algún tipo de motivación comercial. "No me sorprende que sea cerrado Reforma para un festejo del Día del Niño, un festival refresquero o celebración de aficionados en el Angel de la Independencia, pero sí que se muestre poca sensibilidad para actos culturales que empiezan a formar parte de la tradición juvenil de nuestra ciudad", expuso.

En ese sentido se manifestaron los diputados locales Jaime Guerrero, coordinador de Democracia Social; Arnold Ricalde de Jager, del PVEM, y el priísta Miguel González Compeán.

Guerrero preguntó quién decide qué pueden o no ver los capitalinos o qué se puede hacer o no en los espacios públicos, y rechazó el argumento de que se prohíben por cuestiones de seguridad.

Para el priísta González Compeán ésta es una decisión draconiana: "Un acto más de censura e insensibilidad del gobierno capitalino. Me da la impresión de que el PRD se está derechizando".

Ricalde de Jager comentó que no es la primera vez que se efectúan en la ciudad de México este tipo de eventos sin que se registren hechos de violencia.
 
 


El Tecnogeist enfrenta obstáculos burocráticos, lamenta el Sueddeutsche Zeitung

Se ha politizado la realización del Love Parade en México, dice diario alemán

Su realización, prueba clara de la capacidad de aplicar la democracia, agrega la publicación

En sus dos anteriores ediciones en el DF el saldo fue blanco, según reportó la SSP

DPA JUAN JOSE OLIVARES Y FABRIZIO LEON

La celebración en la capital de México del festival tecno Love Parade se ha convertido en una cuestión política, afirma hoy el periódico alemán Sueddeutsche Zeitung.

La versión mexicana de la gran fiesta tecno, que cuenta con el patrocinio del Instituto Goethe y estaba programada para el próximo sábado 13 de abril, se enfrenta a una serie de obstáculos burocráticos que hacen incierta su celebración, según reporta un cable de la agencia Dpa.

Según la corresponsal del renombrado periódico muniqués, Kirsten Einfeldt, los distintos motivos que han sido alegados por parte de algunos políticos para negar hasta ahora el permiso al Festival Tecnogeist y Love Parade son un "vestigio del dirigismo cultural que ha imperado en México".

"Aun cuando el cambio a la democracia haya comenzado hace casi dos años, éste no ha tenido lugar en todas las mentes. Para aquellos políticos que estuvieron acostumbrados durante toda su gestión a dirigir la cultura, el Love Parade -como muestra globalizada del sentir joven de la vida- representa una provocación", sostiene.

Para Einfeldt, la decisión de autorizar el festival, que contará con la presencia de disc jockeys de la talla de Mijk van Dijk, el fundador del Love Parade, Doctor Motte, así como de Alan Oldham y Kelley Hand, sería una prueba clara de la capacidad de aplicar la democracia y la apertura internacional del nuevo México.

"Sea autorizado o no, el actual debate muestra que el Love Parade representa en México una cuestión política, algo que ya ha dejado de ser en Alemania. Mientras que la fiesta de Berlín gira en torno al dinero y la diversión, su réplica en México significa en primer lugar para los jóvenes mexicanos un pedazo de libertad ganada, una posibilidad de llevar hacia fuera su propia cultura, con las influencias internacionales, y dejar atrás el moho del PRI", opina.

Como una tradición

Luego de sus dos ediciones anteriores, el Tecnogeist, llamado el espíritu tecno, se consolidó como proyecto representativo de los gustos en las nuevas generaciones de jóvenes en México, que se fundieron en el Zócalo, la primera vez, durante horas en la madrugada, escuchando musica, fajando sus cuerpos, besándose y bailando a ritmo de la fusión de ritmos que mezclan esos nuevos artistas llamados DJ. Fueron miles de adolescentes y adultos los que asistieron, entre los que se encontraban seguramente hijos de los funcionarios, empresarios y miles de trabajadores. Luego la escena se repitió hace un año frente al Monumento a la Revolución con mejores resultados. No fue lo mismo, porque el Zócalo "tiene mejor vibra", decían los asistentes, era como estar "en el ombligo".

Frente a las tumbas de los mártires de la revuelta de principios del siglo XX, la ovación fue tremenda y el juego de luces deslumbró a las autoridades, porque para ellos no pasó nada, es decir, no hubo heridos, ni muertos, ni intoxicados, pero para los más de 20 mil asistentes pasó de todo: jugaron, bailaron, se volvieron a besar, a fajar y escucharon la mejor mezcla de ritmos de estos medio músicos y piratas, pincha acetatos, digitalizadores de mentes o médiums de la fiesta inagotable, llamados DJ.

El Tecnogeist: "Era demasiado bello para ser verdad. Fue la noche de la música tecno en el mismísimo corazón de México. Fue el festival Tecnogeist, que se apoderó del Zócalo capitalino", decía una nota publicada por este diario el 27 de marzo de 2000.

Tecnogeist, un espacio de reflexión, análisis y catarsis para las nuevas generaciones acercadas a la música contemporánea, que explotó en dos mega conciertos llamados raves, en el Zócalo y en el Monumento a la Revolución, el año antepasado y pasado respectivamente, tiene su soporte teórico, en los foros de discusión, mesas redondas y talleres, que realizó, con algunos de los artífices de los movimientos electrónicos alemán y mexicano.

Mucha gente supo que se filtró y saltó del trampolín que fue el proyecto del Instituto de Cultura del Distrito Federal, La calle es de todos, pero con dos años de realización con una base cultural, diseñó su propio nicho dentro del Festival del Centro Histórico.

"Parece que respirara. Parece que aún viviera, que estuviera retozando, echado en una playa de cuerpos humanos. Rodeado de un vaivén acariciado por oleadas festivas, las de la multitud que se ha reunido en esta Plaza de la República para celebrar la segunda edición del Tecnogeist", dijo Pacho, de Maldita Vecindad.

A partir de la primera experiencia se lograron hechos significativos, como el que un DJ mexicano (Klang) se presentara en el Love Parade de Berlín, donde se reunieron alrededor de un millón 300 mil personas.

La verdadera droga fueron los decíbeles

Nadie duda tampoco que la reunión de miles de jóvenes que toman la calle como suya haya provocado un éxtasis de libertad y libertinaje: "Fue su noche, más bien su madrugada, ya que hasta las seis de la mañana los presentes seguían bailando, escuchando, sintiendo, amando, fumando mota y bebiendo cerveza, que devinieron orines sobre los jardines del inmueble, ya que las 20 cabinas sanitarias resultaron insuficientes", apuntó una nota de La Jornada del 19 de marzo.

Pero también Tecnogeist es, como lo dijo alguna vez el director del Instituto Goethe (que patrocina los actos), Bernd Scherer, una manera de reproducción del festival y desfile Love Parade alemán, y "una buena oportunidad para Alemania de exportar parte de su cultura".

En los años anteriores, el desfile que recorrió Paseo de la Reforma con miles de seguidores, se caracterizaba por llevar música, desde trance, drum and bass, tech house y minimal tecno, así como toda una parafernalia de divertimento, que desembocaba en el Zócalo (2000) y en el Monumento a la Revolución.

En todas las reuniones de música actual como el rock o la música electrónica, la juventud hace suyo el lugar, como en el concierto de Manu Chao en el Zócalo en 2000, en el que se conglomeraron alrededor de 150 mil jóvenes, o el de Café Tacuba, que casi alcanzó la cifra, sin mayores consecuencias.

Las reuniones de música electrónica se dan en la levedad, la no violencia, la hermandad y el amor, que fluctúan por los espacios tomados, pese a que muchos consuman mariguana, tachas, éxtasis o ácidos, aunque, "la verdadera droga, siempre son los decibeles", como ya lo comprobó la misma autoridad.

Los resultados blancos están registrados en comunicados de prensa: ''La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) del Gobierno del Distrito Federal, indicó que el dispositivo de vigilancia, seguridad, coordinación del tránsito y control de estacionamientos, con motivos del evento musical Tecnogeist 2001, realizado en la explanada de la Plaza de la República, arrojó resultados positivos, puesto que se logró reducir al mínimo el número de incidentes ?ninguno grave? e impidió que hubiera algún lesionado".

El Love Parade no es un peligro, el peligro está en otra parte.

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