"No definitivo" al Tecnogeist en el Zócalo
Negocian organizadores sede alterna; es una "censura encubierta":
diputados
ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ Y GABRIELA ROMERO
El Gobierno del Distrito Federal (GDF) dio ayer un "no
definitivo" a la realización del festival de música Tecnogeist
en el Zócalo capitalino, por no estar garantizada la seguridad de
los asistentes.
Marcelo
Ebrard, titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP),
informó a los organizadores del acto ?Instituto Goethe, Arteria
Producciones y Festival del Centro Histórico? la determinación
de las autoridades locales y el ofrecimiento de que se lleve a cabo en
un lugar cerrado, donde se pueda ofrecer todas las garantías al
público.
Por otra parte, trascendió que el festival se puede
efectuar en los terrenos de la Magdalena Mixhuca o en el Foro Sol; sin
embargo, anoche se reunieron los organizadores, funcionarios de la delegación
Cuauhtémoc y de la SSP. Los primeros propusieron que el Tecnogeist
se realice de nuevo en la explanada del Monumento a la Revolución
y el Love Parade sobre el Eje Central. Se dijo que las pláticas
avanzan en ese sentido.
Ebrard puntualizó que el GDF no se opone al concierto:
"Ustedes saben que la ciudad de México es una de las más
liberales del mundo, aquí se hace todo tipo de espectáculos
y no se restringe ninguno en razón de su naturaleza".
Comentó que para el evento el próximo 13
de abril, en el contexto del Festival del Centro Histórico, ya se
había solicitado medidas de protección civil y de seguridad
pero no las presentaron: "El Zócalo es una zona abierta y es más
complicado regular y controlar el acceso y la seguridad de las personas
que asistan".
Entrevistado al concluir la reunión del gabinete
de gobierno y seguridad pública en el antiguo Palacio del Ayuntamiento,
el jefe de la policía dijo que ese fue el tema principal y explicó
que se ha propuesto "que se realice en un lugar cerrado, donde podamos
establecer retenes para controlar el acceso y verificar que no se introduzcan
bebidas alcohólicas, armas o explosivos, a fin de evitar desmanes,
además de que la empresa organizadora debe establecer medidas de
protección civil y seguridad".
Interrogado sobre un eventual cambio de opinión
si en los días próximos los promotores dieran las garantías
solicitadas para llevar a cabo el acto, Ebrard se limitó a reiterar:
"En el Zócalo no".
Señaló que aun en un espacio cerrado, si
no ofrecen las garantías para la gente que asista, como instalaciones
sanitarias y de seguridad adicionales, "no se los vamos a permitir".
Inconformidad de legisladores
Diputados locales de PRD, PRI, PVEM y Democracia Social
recriminaron que el gobierno capitalino sí pueda garantizar la seguridad
en eventos comerciales, como los desfiles de Coca-Cola, Walt Disney o incluso
los clásicos de futbol, y no sea capaz de hacer lo mismo
para que el Love Parade y el Tecnogeist se lleven a cabo en Reforma y el
Zócalo.
Advirtieron que la respuesta del gobierno capitalino puede
interpretarse más como un acto de "censura encubierta" que de preocupación
por la seguridad pública.
Armando Quintero Martínez, ex coordinador de la
fracción del PRD en la Asamblea Legislativa, puntualizó que
son tan legítimas aquellas manifestaciones que demandan justicia
social como las que tienen algún tipo de motivación comercial.
"No me sorprende que sea cerrado Reforma para un festejo del Día
del Niño, un festival refresquero o celebración de aficionados
en el Angel de la Independencia, pero sí que se muestre poca sensibilidad
para actos culturales que empiezan a formar parte de la tradición
juvenil de nuestra ciudad", expuso.
En ese sentido se manifestaron los diputados locales Jaime
Guerrero, coordinador de Democracia Social; Arnold Ricalde de Jager, del
PVEM, y el priísta Miguel González Compeán.
Guerrero preguntó quién decide qué
pueden o no ver los capitalinos o qué se puede hacer o no en los
espacios públicos, y rechazó el argumento de que se prohíben
por cuestiones de seguridad.
Para el priísta González Compeán
ésta es una decisión draconiana: "Un acto más de censura
e insensibilidad del gobierno capitalino. Me da la impresión de
que el PRD se está derechizando".
Ricalde de Jager comentó que no es la primera vez
que se efectúan en la ciudad de México este tipo de eventos
sin que se registren hechos de violencia.
El Tecnogeist enfrenta obstáculos burocráticos,
lamenta el Sueddeutsche Zeitung
Se ha politizado la realización del Love Parade
en México, dice diario alemán
Su realización, prueba clara de la capacidad
de aplicar la democracia, agrega la publicación
En sus dos anteriores ediciones en el DF el saldo
fue blanco, según reportó la SSP
DPA JUAN JOSE OLIVARES Y FABRIZIO LEON
La celebración en la capital de México del
festival tecno Love Parade se ha convertido en una cuestión política,
afirma hoy el periódico alemán Sueddeutsche Zeitung.
La versión mexicana de la gran fiesta tecno, que
cuenta con el patrocinio del Instituto Goethe y estaba programada para
el próximo sábado 13 de abril, se enfrenta a una serie de
obstáculos burocráticos que hacen incierta su celebración,
según reporta un cable de la agencia Dpa.
Según la corresponsal del renombrado periódico
muniqués, Kirsten Einfeldt, los distintos motivos que han sido alegados
por parte de algunos políticos para negar hasta ahora el permiso
al Festival Tecnogeist y Love Parade son un "vestigio del dirigismo cultural
que ha imperado en México".
"Aun
cuando el cambio a la democracia haya comenzado hace casi dos años,
éste no ha tenido lugar en todas las mentes. Para aquellos políticos
que estuvieron acostumbrados durante toda su gestión a dirigir la
cultura, el Love Parade -como muestra globalizada del sentir joven de la
vida- representa una provocación", sostiene.
Para Einfeldt, la decisión de autorizar el festival,
que contará con la presencia de disc jockeys de la talla
de Mijk van Dijk, el fundador del Love Parade, Doctor Motte, así
como de Alan Oldham y Kelley Hand, sería una prueba clara de la
capacidad de aplicar la democracia y la apertura internacional del nuevo
México.
"Sea autorizado o no, el actual debate muestra que el
Love Parade representa en México una cuestión política,
algo que ya ha dejado de ser en Alemania. Mientras que la fiesta de Berlín
gira en torno al dinero y la diversión, su réplica en México
significa en primer lugar para los jóvenes mexicanos un pedazo de
libertad ganada, una posibilidad de llevar hacia fuera su propia cultura,
con las influencias internacionales, y dejar atrás el moho del PRI",
opina.
Como una tradición
Luego de sus dos ediciones anteriores, el Tecnogeist,
llamado el espíritu tecno, se consolidó como proyecto representativo
de los gustos en las nuevas generaciones de jóvenes en México,
que se fundieron en el Zócalo, la primera vez, durante horas en
la madrugada, escuchando musica, fajando sus cuerpos, besándose
y bailando a ritmo de la fusión de ritmos que mezclan esos nuevos
artistas llamados DJ. Fueron miles de adolescentes y adultos los que asistieron,
entre los que se encontraban seguramente hijos de los funcionarios, empresarios
y miles de trabajadores. Luego la escena se repitió hace un año
frente al Monumento a la Revolución con mejores resultados. No fue
lo mismo, porque el Zócalo "tiene mejor vibra", decían los
asistentes, era como estar "en el ombligo".
Frente a las tumbas de los mártires de la revuelta
de principios del siglo XX, la ovación fue tremenda y el juego de
luces deslumbró a las autoridades, porque para ellos no pasó
nada, es decir, no hubo heridos, ni muertos, ni intoxicados, pero para
los más de 20 mil asistentes pasó de todo: jugaron, bailaron,
se volvieron a besar, a fajar y escucharon la mejor mezcla de ritmos de
estos medio músicos y piratas, pincha acetatos, digitalizadores
de mentes o médiums de la fiesta inagotable, llamados DJ.
El Tecnogeist: "Era demasiado bello para ser verdad. Fue
la noche de la música tecno en el mismísimo corazón
de México. Fue el festival Tecnogeist, que se apoderó del
Zócalo capitalino", decía una nota publicada por este diario
el 27 de marzo de 2000.
Tecnogeist, un espacio de reflexión, análisis
y catarsis para las nuevas generaciones acercadas a la música contemporánea,
que explotó en dos mega conciertos llamados raves, en el
Zócalo y en el Monumento a la Revolución, el año antepasado
y pasado respectivamente, tiene su soporte teórico, en los foros
de discusión, mesas redondas y talleres, que realizó, con
algunos de los artífices de los movimientos electrónicos
alemán y mexicano.
Mucha gente supo que se filtró y saltó del
trampolín que fue el proyecto del Instituto de Cultura del Distrito
Federal, La calle es de todos, pero con dos años de realización
con una base cultural, diseñó su propio nicho dentro del
Festival del Centro Histórico.
"Parece que respirara. Parece que aún viviera,
que estuviera retozando, echado en una playa de cuerpos humanos. Rodeado
de un vaivén acariciado por oleadas festivas, las de la multitud
que se ha reunido en esta Plaza de la República para celebrar la
segunda edición del Tecnogeist", dijo Pacho, de Maldita Vecindad.
A partir de la primera experiencia se lograron hechos
significativos, como el que un DJ mexicano (Klang) se presentara en el
Love Parade de Berlín, donde se reunieron alrededor de un millón
300 mil personas.
La verdadera droga fueron los decíbeles
Nadie duda tampoco que la reunión de miles de jóvenes
que toman la calle como suya haya provocado un éxtasis de libertad
y libertinaje: "Fue su noche, más bien su madrugada, ya que hasta
las seis de la mañana los presentes seguían bailando, escuchando,
sintiendo, amando, fumando mota y bebiendo cerveza, que devinieron orines
sobre los jardines del inmueble, ya que las 20 cabinas sanitarias resultaron
insuficientes", apuntó una nota de La Jornada del 19 de marzo.
Pero también Tecnogeist es, como lo dijo alguna
vez el director del Instituto Goethe (que patrocina los actos), Bernd Scherer,
una manera de reproducción del festival y desfile Love Parade alemán,
y "una buena oportunidad para Alemania de exportar parte de su cultura".
En los años anteriores, el desfile que recorrió
Paseo de la Reforma con miles de seguidores, se caracterizaba por llevar
música, desde trance, drum and bass, tech house y minimal
tecno, así como toda una parafernalia de divertimento, que desembocaba
en el Zócalo (2000) y en el Monumento a la Revolución.
En todas las reuniones de música actual como el
rock o la música electrónica, la juventud hace suyo el lugar,
como en el concierto de Manu Chao en el Zócalo en 2000, en el que
se conglomeraron alrededor de 150 mil jóvenes, o el de Café
Tacuba, que casi alcanzó la cifra, sin mayores consecuencias.
Las reuniones de música electrónica se dan
en la levedad, la no violencia, la hermandad y el amor, que fluctúan
por los espacios tomados, pese a que muchos consuman mariguana, tachas,
éxtasis o ácidos, aunque, "la verdadera droga, siempre son
los decibeles", como ya lo comprobó la misma autoridad.
Los resultados blancos están registrados
en comunicados de prensa: ''La Secretaría de Seguridad Pública
(SSP) del Gobierno del Distrito Federal, indicó que el dispositivo
de vigilancia, seguridad, coordinación del tránsito y control
de estacionamientos, con motivos del evento musical Tecnogeist 2001, realizado
en la explanada de la Plaza de la República, arrojó resultados
positivos, puesto que se logró reducir al mínimo el número
de incidentes ?ninguno grave? e impidió que hubiera algún
lesionado".
El Love Parade no es un peligro, el peligro está
en otra parte.