Las gasolineras de Caracas fueron abarrotadas; el gobierno garantiza el abasto
Paros técnicos de Petróleos de Venezuela provocan temor a escasez de combustibles
Culpa a radio y tv de angustiar a la población; persiste la molestia contra directivos
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Caracas, 5 de abril. Los expendios de gasolina amanecieron este viernes abarrotados a pesar de que el gobierno venezolano garantizó el suministro de crudo y derivados a sus clientes locales e internacionales, en medio del conflicto que mantienen los trabajadores de Petróleos de Venezuela, SA (PDVSA).
El vicepresidente de la nación, Diosdado Cabello, dio las garantías el jueves en la noche en un mensaje que ha sido repetido desde entonces por la radio y la televisión, en el que además culpó a los medios de comunicación de haber angustiado a la población sobre una posible escasez de gasolina.
"Le quiero agradecer a los venezolanos que mantengan la calma. No hay ningún problema de suministro de combustible, ni lo habrá hoy, ni lo habrá mañana. El gobierno tiene los planes de contingencia y no vamos a dudar en aplicar las medidas que sean necesarias", dijo Diosdado Cabello.
Los trabajadores de pozos petroleros no se plegaron este viernes al paro decretado la víspera por los ejecutivos de la estatal PDVSA, que rechazan a la nueva junta directiva, informó el presidente de la Federación de Trabajadores Petroleros (Fedepetrol), Rafael Rosales.
Pidió calma a los venezolanos, y afirmó que el gobierno de Hugo Chávez, que enfrenta una creciente oposición a su gestión, no cederá al "chantaje" de un grupo de empleados de PDVSA, que a su juicio quiere desconocer la autoridad del mandatario para designar a la junta directiva de la corporación.
Las largas filas de vehículos en las estaciones de gasolina, esperando para llenar sus tanques de combustible, comenzaron desde el jueves, luego que los empleados de PDVSA, en pie de guerra desde el 25 de febrero, anunciaron que radicalizarían sus protestas y amenazaron con afectar las operaciones de la petrolera.
Sin embargo, no se registró una situación de pánico generalizado por temor a una posible escasez de gasolina ni de gas, en vista de las reiteradas garantías dadas por el gobierno y PDVSA.
El más grande complejo refinador venezolano Amuay-Cardón, que produce unos 960 mil barriles por día (bpd), operaba con normalidad el viernes, a pesar de un llamado al paro anunciado por los empleados en conflicto.
"Está completamente normal hasta el momento", dijo un funcionario a Reuters en una entrevista telefónica desde el complejo localizado en la península de Paraguaná, al oeste del país.
Agregó que tenía entendido que los empleados de la refinería planeaban realizar un paro de ocho horas el viernes, pero dijo que hasta el momento la asistencia de los trabajadores "fue muy buena aparentemente".
Venezuela, cuarto exportador de petróleo en el mundo, es uno de los mayores proveedores de Estados Unidos.
Los empleados disidentes anunciaron el jueves que "los trabajadores de todas las nóminas de PDVSA iniciamos hoy la suspensión colectiva, progresiva de labores en las áreas operacionales y administrativas de la región metropolitana de Caracas, centro y oriente del país".
Agregaron que se reincorporarían a sus labores normales cuando Chávez cambie la actual junta directiva y designe a otra de transición, y que además se restablezca en sus cargos a dos gerentes que fueron jubilados forzosamente.
Para el viernes no estaba claro qué acciones tomarían las dos partes en conflicto.
Cabello, por su parte, afirmó que "el gobierno nacional va a ejercer la autoridad que nos corresponde tomando las medidas que sean necesarias para restablecer la normalidad dentro de PDVSA", pero no dio detalles.
Los empleados disidentes habían pedido que fueran removidos cinco nuevos directivos de la petrolera, que a su juicio fueron designados por su afinidad con el gobierno y no por sus méritos, tras denunciar la "politización" de PDVSA, que aseguran llevará por un desfiladero a la compañía y a la economía venezolana.
Pero ante la amenaza de un paro en la industria, el nuevo presidente de la mayor empresa petrolera de Latinoamérica, Gastón Parra, garantizó el suministro.