Analizan el éxito del cantante en congreso
del Cenart
Juan Gabriel, héroe popular "debido a su homosexualidad",
según historiador
JUAN JOSE OLIVARES
El fenómeno del éxito de Juan Gabriel en
la música popular, así como el surgimiento de una manifestación
de música electrónica originaria de Tijuana, el Nortec, fueron
dos de los temas sobresalientes en el tercer día del cuarto Congreso
de la Rama Latinoamericana de la Asociación Internacional para el
Estudio de las Músicas Populares en América Latina, que se
efectúa en el Centro Nacional de las Artes (Cenart).
"Desde
el inicio de su carrera, parte del público advirtió la homosexualidad
de Juan Gabriel, situación que dio lugar tanto a chistes y burlas,
como a muestras de simpatía. Los significados que la homosexualidad
de este cantautor tuvo para el gran público ?tanto homosexual como
heterosexual? lo colocaron como un héroe de la cultura popular que
ha jugado un papel importante en la creación de identidades individuales
y grupales, en particular en la conformación de la comunidad gay
en México", resumió el historiador Rodrigo Laguarda, encargado
de difundir la ponencia Vamos al Noa Noa: de homosexualidad, secretos
a voces y ambivalencias en la música de Juan Gabriel.
Laguarda expuso: "No puede dudarse que la música
de este cantautor ha causado un gran regocijo al público mexicano
desde los años setenta. Pero, como lo señaló Antonio
Marquet: 'Juan Gabriel no es sólo el cantante del amor y el desamor,
es un transgresor que irrumpe en el espacio para situarse en el terreno
de la femineidad, de acuerdo con los cánones occidentales de la
masculinidad'".
Rodrigo Laguarda, estudioso de todos los fenómenos
gay dentro de la música, analizó en su ensayo la presencia
de Juan Gabriel en el escenario, "sus silencios cargados de significación
en las entrevistas que le han realizado, así como en la doble lectura
posible de sus temas, cuyas letras aluden claramente a lugares comunes
para quienes participaban del mundo gay emergente".
En su discurso, Laguarda relató parte de la vida
de éxitos de Juan Gabriel, artista que es escuchado por cualquier
público, incluso hasta por mandatarios, y que en los años
setenta se convirtió en una alternativa frente a la música
proveniente de Estados Unidos, dominante en los bares gays (canciones de
Gloria Gaynor o Village People) porque "podían escuchar música
en su idioma".
"Aunque Juan Gabriel nunca ha aceptado su homosexualidad,
su presencia en los escenarios se convirtió en un factor ?el movimiento
de liberación, la aparición de más bares gay? para
que la sociedad mexicana se atreviera a admitir la existencia de la homosexualidad."
El Nortec, cultura "entre dos"
Alejandro L. Madrid, doctor en musicología de la
Universidad de Ohio State, presentó una ponencia sobre el fenómeno
de música tecno de Tijuana. En su ensayo Navegando ideologías
entre culturas. Prácticas de significación en la música
Nortec, Madrid objetiviza a la ciudad fronteriza como de "una cultura
in-between (algo así como entre dos), resultado de la negociación
de dos culturas. Así es como surge Nortec, por dos personajes, Pepe
Mogt (Fussible) y Ramón Amezcua (Bostich), quienes fusionan la música
tecno con la tradicional del norte: tambora y norteño".
Abrevió: "La condición fronteriza y juvenil
de estas comunidades las aleja de las culturas dominantes mexicana y estadunidense;
sin embargo, su definición se da a partir de su relación
con elementos de ambos modelos culturales. La música de Nortec es
una manifestación de identidad de las comunidades que la producen,
y de cómo surge ésta a partir de las variadas maneras de
negociar su relación con las ideologías dominantes tanto
en México como en Estados Unidos".
Madrid reiteró que Tijuana para los mexicanos es
tierra de nadie, donde los individuos tienen que reinventarse para poder
crear una realidad, pero para los estadunidenses es un tierra mítica,
fuente de drogas y prostitutas.
En el congreso también participaron la colombiana
Ana María Ochoa, con el tema Las músicas del mundo entre
México y Estados Unidos; la mexicana-estadunidense Katynka Martínez,
con Los Latin Grammys, la identidad panéptica; el investigador
puertorriqueño Emanuel Dufrasne, con una retrospectiva del músico
boricua Pete El Conde Rodríguez, y la boliviana Beatriz Rossell
con La música popular: río profundo de identidad en Bolivia.