Buscan poner fin a una guerra de 27 años que cobró cerca de un millón de vidas

Firman tregua formal gobierno y rebeldes de Angola

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Luanda, 4 de abril. El ejército angoleño y los rebeldes de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) firmaron el jueves en Luanda una tregua formal para poner fin a uno de los conflictos más extensos y sangrientos de Africa.

El jefe de las fuerzas armadas, general Armando da Cruz Neto, y el líder del estado mayor de la UNITA, general Abreu Muengo Ukwachitembo, Kamorteiro, firmaron el acuerdo en la Asamblea Nacional de este país, rico en diamantes y en petróleo.

El presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, y el líder interino de los rebeldes, Paulo Lukamba, El gato, fueron testigos de la firma de la tregua, con la cual se intenta poner fin a una guerra que lleva 27 años y cobró cerca de un millón de muertos.

Kamorteiro y Neto se estrecharon las manos y se abrazaron luego de firmar, ante un prolongado aplauso de los jefes de Estado y representantes de los países vecinos, así como de Naciones Unidas, que asistieron a la ceremonia.

"La paz tiene su precio, pero éste es menor al de la guerra", dijo Kamorteiro durante la reunión, justo antes de abrazar al presidente Dos Santos.

Neto respondió: "no sólo será beneficiado el pueblo angoleño, sino toda nuestra subregión, Africa y el resto del mundo".

La firma del jueves siguió a una tregua preliminar acordada el sábado, unas seis semanas después de la muerte en combate del veterano líder de la UNITA, Jonas Savimbi. El deceso de Savimbi movilizó al gobierno a tomar la iniciativa en busca de la paz.

Anteriormente, la agencia portuguesa de noticias Lusa citó a Dos Santos prometiendo elecciones, pero sin especificar una fecha para las mismas.

La troika apoya el acuerdo

"Haré todo lo posible para asegurar que los compromisos tomados sean respetados para que los angoleños se sientan ciudadanos de un mismo país, en el cual puedan expresar libremente sus ideas", dijo Dos Santos en un discurso dirigido por televisión a toda la nación.

El acuerdo fue iniciado por embajadores de Estados Unidos, Rusia y Portugal, el ex poder colonialista de esta nación. Los tres países integraron la troika establecida para observar los acuerdos de paz de Lusaka de 1994, que fracasaron en 1998.

El embajador ruso, Serguei Lavrov, en representación de la troika, se refirió al acuerdo como un triunfo de Angola.

"Esta vez la paz llega para siempre. Ahora se dio prioridad al pueblo angoleño, lo que marca el principio de un largo camino hacia la reconciliación nacional", dijo Lavrov en la reunión.

El gobierno angoleño y la UNITA luchan sin descanso desde la independencia de Portugal, en 1975. Alrededor de un millón de personas han muerto en la guerra y otros 4 millones, cerca de 40 por ciento de la población, han huido de sus casas.