Permite "el desmelene total", dice el realizador
El formato digital reduce costos y facilita hacer cine:
Arturo Ripstein
NOTIMEX
Madrid,
2 abril. El cineasta mexicano Arturo Ripstein defendió hoy con
firmeza las ventajas para rodar en formato digital, como una mayor facilidad
en el trabajo y un costo mucho más reducido, lo que permite hacer
cine a los más jóvenes.
Ripstein ofreció una rueda de prensa en Las Palmas
de Gran Canaria (Islas Canarias), cuya filmoteca inauguró un ciclo
antológico dedicado a su obra. Habló sobre su próxima
cinta, llamada La virgen de la lujuria.
Indicó que esta nueva película, un retrato
personal de la integración en la sociedad mexicana de los exiliados
republicanos españoles tras la Guerra Civil (1936-1939), llegará
a las pantallas en septiembre próximo.
Según sus previsiones, y después de rodar
durante los pasados noviembre y diciembre, el cineasta dijo que el montaje
y la sonorización de la cinta, en lo que trabaja actualmente, estarán
listos a finales de abril o principios de mayo.
Por otro lado, el autor de cintas como Profundo carmesí,
El coronel no tiene quien le escriba y La perdición de
los hombres defendió el cine digital frente al tradicional rodado
en 35 milímetros.
Según Ripstein, la principal ventaja de esta nueva
forma de rodar es la reducción de costos, que situó en una
rebaja hasta de la quinta parte de los gastos, lo que permite que cineastas
jóvenes puedan rodar sin necesidad de tener un gran financiamiento.
No obstante, reprochó a los jóvenes que
desprecien esta forma de trabajar al destacar que en la actualidad "los
que están haciendo este tipo de cine son ya bastante mayorcitos".
"La historia del cine es la historia de los cambios tecnológicos",
ya que, a su juicio, habrá "una producción infinitamente
mayor, donde habrá muchísima basura, pero también
surgirán auténticas gemas", dijo.
Añadió que otras ventajas del formato digital
son que permite rodar muchas tomas de una misma escena, hasta elegir la
mejor, y que permite realizar planos más largos, hasta de 15 o 20
minutos, cuando con el método tradicional el máximo era de
nueve minutos.
"El nuevo formato permite cosas que no se han intentado
antes, en un nivel que es el desmelene total", dijo Ripstein.
En el oficio, "hemos llegado como hasta Dickens, y ahora
tenemos que ir más adelante", concluyó.