Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 2 de abril de 2002
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Cultura
ITACATE

Marco Buenrostro y Cristina Barros

Las cocinas del estado de Morelos



HACE MAS DE mil años grupos de xochimilcas y tlahuicas llegaron a lo que hoy es Morelos. Los primeros se asentaron en el norte y el oriente del estado y fundaron poblaciones como Chinameca, Zacualpan, Tlayacapan, Hueyapan, Tetela del Volcán y Tepoztlán; los tlahuicas, por su parte, se establecieron en Cuauhnahuac (hoy Cuernavaca), Yautepec, Jiutepec, Yecapixtla y Oaxtepec. Esta presencia nahua en Morelos es en buena medida la razón de su riqueza cultural.

MUCHAS SON LAS costumbres que se conservan desde aquellos tiempos. Una es la ceremonialidad en torno de la preparación de la comida. En la mayoría de los pueblos de la zona, se construye una plataforma cubierta de barro mezclado con ceniza; sobre ésta se hacen una o dos herraduras de cerca de 25 centímetros de alto, del mismo material; se pulen a mano para darles un fino acabado liso. Estas herraduras reciben el nombre de tlecuil o clecuil, según la variación del náhuatl en cada población.

SOBRE LAS HERRADURAS se coloca un comal, debajo del cual se enciende el fuego; una se usa exclusivamente para la elaboración de tortillas y la otra para preparar otros alimentos.

RESPECTO DE ESTA tradición, desde el pasado 22 de marzo, se presenta en la galería del Jardín Borda de Cuernavaca la interesante muestra Clecuil. Las fotografías son de Pericles Lavat, la investigación de Felipe Benítez y la museografía de Edgar Assad. El curador de la exposición, Guillermo Helbling comparte en grata charla varias de sus experiencias, pues es un conocedor del arte popular y las costumbres morelenses.

EL PRETIL, COMENTA, es el centro de reunión de la familia; en torno de él se come. En este pretil suele haber un remetimiento para que el ama de casa se siente con los pies hacia fuera; sentada ahí hace las tortillas, pues el metate también va sobre el pretil; el tlecuil está cerca y sobre el comal echa a cocer las tortillas, que calientitas y bien cocidas son parte indispensable de todas las comidas, al igual que la salsa hecha en molcajete.

EN LAS FOTOGRAFIAS podemos apreciar las ollas regaladas, prestadas o compradas que cuelgan de las vigas del techo.

LA COCINA, EXPLICA Helbling, es un espacio casi siempre separado de la casa; en las zonas cálidas está rodeada con paredes de otate, carrizo o de bajareque, llamadas chinámitl, que aun en invierno permiten el paso del viento. En verano se retiran y la cocina queda al descubierto.

ADEMAS DEL MATERIAL gráfico, hay grupos de ollas, cazuelas, tinajas, braseros y comales, que se elaboran en distintas localidades.

DE ACUERDO CON Guillermo Helbling, los comales ovalados y vidriados, propios de Tlayacapan, suelen usarse para cocer los tlacoyos en los días de fiesta. Algo que muestra la continuidad cultural, es la comparación entre los materiales arqueológicos y la cerámica que se elabora en la actualidad.

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