El grupo telonero fue Follaje, que cumplió
20 años
Logra Piazza perfecta comunión con el público
en su concierto del sábado
JUAN TRUJILLO LIMONES ESPECIAL
Rod Piazza y su banda The Mighty Flyers, con un blues
característico de la costa oeste estadunidense, ofrecieron un concierto
de calidad la noche del sábado en el Salón 21. El sonido
de la armónica y la voz del músico, con más de 35
años de experiencia, iluminaron a unas 400 almas.
Pasadas las 20 horas, el grupo invitado Follaje celebró
20 años de existencia. Accionó un blues básico y sin
destellos de feeling en sus músicos. Cerca de siete rolas
de su composición solamente ambientaron el lugar. La gente estaba
a la espera del plato fuerte. Las interpretaciones de piezas como I'm
tore down, de Sonny Thompson al estilo Eric Clapton, y All your
love, de Otis Rush, pusieron de manifiesto el conocimiento del género,
pero no logró entusiasmar. En los últimos minutos el guitarrista,
inclinado más al rock, sacó fuego de su guitarra, invocando,
sin mucha fuerza, a Jimi Hendrix, con buen efecto en el público.
Piazza
y The Mighty Flyers hicieron su aparición con un blues. La banda
acompañaba también con tintes de ritmos boogie a los destellos
líricos salientes de las cuerdas vocales de Piazza.
Steve Mugalian (batería) y Bill Stuve (bajo), con
equilibrio y síncopa, hacían gala de una excelente base rítmica
que envolvían las suaves y sensuales notas provenientes del piano
electrónico de Honey Alexander Piazza, esposa del armoniquista,
quien estaba en el centro del escenario. Los acordes del guitarrista Rick
Holmstrom adornaban el ambiente.
El público, que disfrutaba al estilo de un bar
bohemio de New Orleans, reconocía a los músicos con aplausos
y gritos.
Piazza y compañía emanaban profesionalismo;
tocaban algunas piezas boogie; la cadencia y el equilibrio en los matices
que suben y bajan de intensidad, recreaban atmósferas de las décadas
de los cuarenta y cincuenta.
Piezas de su más reciente disco: Beyond the
source, demostraron la cohesión de la banda. De pronto, Piazza
dijo: "Ahora algo del buen Muddy Waters", el fantasma legendario y reconocido
como el padre del Chicago blues, se hizo presente con Baby please don't
go; al mismo tiempo, Honey con movimientos sensuales de cadera y brazos,
se robó la noche.
El virtuosismo de la banda y la potencia de la armónica
recordaron al maestro George Harmónica Smith, sonidos que se enfatizaron
gracias al talento de Piazza que se fusionó con las notas del piano
de Honey, Mezcla perfecta para la noche, feeling blanco.
En perfecta comunión con el público, Piazza
refrendó lo que más le gusta y que ha expresado a este diario:
"Me gusta el contacto con la gente, que reconozcan mi trabajo".
Intercambio de notas
Honey respondía a Piazza seductoramente en un intercambio
de pregunta y respuesta de notas.
Entre subidas y bajadas, ritmos rápidos y lentos:
country, rocanrol, blues, rolas cadenciosas y de matices prendidos, la
interpretación "blanca" se hizo presente con Meltondown y
Five long years, clásica de Eddie Boyd.
Más tarde se escuchó Key to the highway.
El clímax se alcanzó cuando Piazza se trasladó al
centro del recinto y se estrechó el encuentro con el público.
Armónica en boca hacía bailar y brincar como marionetas a
quienes estaban a su alrededor.
El espectáculo continuó: sonrisas, aplausos
y gritos de dentro y fuera del escenario. Despúes, Honey con sensualidad
y Piazza con elegancia ejecutaron dos rolas más para el respetable
con quienes lograron perfecta comunicación.