Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 1 de abril de 2002
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Espectáculos
El grupo telonero fue Follaje, que cumplió 20 años

Logra Piazza perfecta comunión con el público en su concierto del sábado

JUAN TRUJILLO LIMONES ESPECIAL

Rod Piazza y su banda The Mighty Flyers, con un blues característico de la costa oeste estadunidense, ofrecieron un concierto de calidad la noche del sábado en el Salón 21. El sonido de la armónica y la voz del músico, con más de 35 años de experiencia, iluminaron a unas 400 almas.

Pasadas las 20 horas, el grupo invitado Follaje celebró 20 años de existencia. Accionó un blues básico y sin destellos de feeling en sus músicos. Cerca de siete rolas de su composición solamente ambientaron el lugar. La gente estaba a la espera del plato fuerte. Las interpretaciones de piezas como I'm tore down, de Sonny Thompson al estilo Eric Clapton, y All your love, de Otis Rush, pusieron de manifiesto el conocimiento del género, pero no logró entusiasmar. En los últimos minutos el guitarrista, inclinado más al rock, sacó fuego de su guitarra, invocando, sin mucha fuerza, a Jimi Hendrix, con buen efecto en el público.

a0piazzaPiazza y The Mighty Flyers hicieron su aparición con un blues. La banda acompañaba también con tintes de ritmos boogie a los destellos líricos salientes de las cuerdas vocales de Piazza.

Steve Mugalian (batería) y Bill Stuve (bajo), con equilibrio y síncopa, hacían gala de una excelente base rítmica que envolvían las suaves y sensuales notas provenientes del piano electrónico de Honey Alexander Piazza, esposa del armoniquista, quien estaba en el centro del escenario. Los acordes del guitarrista Rick Holmstrom adornaban el ambiente.

El público, que disfrutaba al estilo de un bar bohemio de New Orleans, reconocía a los músicos con aplausos y gritos.

Piazza y compañía emanaban profesionalismo; tocaban algunas piezas boogie; la cadencia y el equilibrio en los matices que suben y bajan de intensidad, recreaban atmósferas de las décadas de los cuarenta y cincuenta.

Piezas de su más reciente disco: Beyond the source, demostraron la cohesión de la banda. De pronto, Piazza dijo: "Ahora algo del buen Muddy Waters", el fantasma legendario y reconocido como el padre del Chicago blues, se hizo presente con Baby please don't go; al mismo tiempo, Honey con movimientos sensuales de cadera y brazos, se robó la noche.

El virtuosismo de la banda y la potencia de la armónica recordaron al maestro George Harmónica Smith, sonidos que se enfatizaron gracias al talento de Piazza que se fusionó con las notas del piano de Honey, Mezcla perfecta para la noche, feeling blanco.

En perfecta comunión con el público, Piazza refrendó lo que más le gusta y que ha expresado a este diario: "Me gusta el contacto con la gente, que reconozcan mi trabajo".

Intercambio de notas

Honey respondía a Piazza seductoramente en un intercambio de pregunta y respuesta de notas.

Entre subidas y bajadas, ritmos rápidos y lentos: country, rocanrol, blues, rolas cadenciosas y de matices prendidos, la interpretación "blanca" se hizo presente con Meltondown y Five long years, clásica de Eddie Boyd.

Más tarde se escuchó Key to the highway. El clímax se alcanzó cuando Piazza se trasladó al centro del recinto y se estrechó el encuentro con el público. Armónica en boca hacía bailar y brincar como marionetas a quienes estaban a su alrededor.

El espectáculo continuó: sonrisas, aplausos y gritos de dentro y fuera del escenario. Despúes, Honey con sensualidad y Piazza con elegancia ejecutaron dos rolas más para el respetable con quienes lograron perfecta comunicación. 

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