REPORTAJE
Hombres reputados como temibles cayeron sin protección y sin violencia
Las rutas del narco siguen abiertas, pese a la captura de 10 capos en 15 meses
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
Se les considera violentos y peligrosos. Son, para las autoridades, responsables de cientos de asesinatos en todo el país, principalmente en la frontera norte. Se calcula que manejan en conjunto más de 40 por ciento de la droga que llega a Estados Unidos, y buena parte de los 50 mil millones de dólares que anualmente genera el tráfico de estupefacientes. Sin embargo, en los pasados 15 meses importantes miembros de los cárteles de Tijuana, Juárez, Colima y del Golfo han sido detenidos sin enfrentamientos, sin un tiro de por medio. Además, las aprehensiones ocurrieron en momentos en que estaban solos, sin escolta, comprando helados, viajando en camionetas sin blindaje o hablando por teléfono en casetas públicas.
Oficialmente se afirma que fueron operaciones de "inteligencia", y se niega que los capos hayan sido entregados por sus organizaciones porque sus nombres, imagen y hasta sus costumbres y desplazamientos eran muy conocidos, por lo que podrían resultar ya piezas inútiles en el gran negocio de las drogas.
Benjamín Arellano, Alcides Ramón Magaña, El Metro; Mario Villanueva, Miguel Angel Caro Quintero, Gilberto García Mena, El June, entre otros, están ya tras las rejas. Pese a ello, en esferas policiacas se reconoce que sus organizaciones continúan operando y que cobran por el uso de "sus rutas", lo que se ha dado en llamar "derecho de piso".
En México existen más de 60 organizaciones emergentes divididas en células, interactuantes, como si se tratara de empresas con una clara división del trabajo: siembra y cultivo de mariguana y amapola en territorio nacional. Recepción de enervantes procedentes del extranjero. Luego, el almacenamiento y transportación a bodegas fronterizas con Estados Unidos de la mercancía.
Cada golpe a las grandes organizaciones es señalado por la Procuraduría General de la República (PGR) o la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como "contundente", como "desmembramiento", pero cada uno de los que ha caído parecen piezas de un ajedrez que son sustituidas, se cambian, o entregan, cuando los verdaderos líderes, de los cuales se desconoce su identidad, consideran que ya son desechables.
Estructuras intocables
Los capos mexicanos parecen formar parte de una organización intermedia que se maneja desde otras latitudes. En otros niveles. Los capos han caído, pero no las estructuras de protección que los rodean.
Tal es el caso de los cateos realizados desde diciembre del año pasado en Tamaulipas para desmembrar al cártel del Golfo. Después de la aprehensión de Gilberto García Mena, El June, se aseguró que políticos locales estaban implicados en las redes de protección, pero nadie ha sido detenido.
Asimismo, en fechas recientes las autoridades han apresado a algunos de los cómplices de los capos,; la mayoría son señalados como los "lugartenientes", los "segundos en importancia", los "sucesores" de tal o cual detenido. Todos son importantes según los esquemas oficiales.
En sexenios anteriores se aseguraba que existían narcos consentidos por el poder político y que eran capturados o muertos cuando caían de la gracia de sus padrinos.
Los Arellano Félix eran intocables. Aunque se afirmaba que se les perseguía, entre autoridades mexicanas se aseguraba que vivían en Estados Unidos, regularmente en el estado de California, donde tenían el mayor número de sus sicarios, entre la banda conocida como Barrio Logan.
Si bien desde el inicio de su gestión el presidente Vicente Fox declaró "la guerra" a la organización de los hermanos Arellano Félix, a partir de marzo de 2001, cuando visitó México una delegación de la DEA y la FBI, la persecución se hizo más intensa. El 23 de marzo fue capturado Rigoberto Yáñez Guerrero, El Primo, responsable de las células que desde el Distrito Federal operaban la recepción y distribución de droga para ese cártel.
Ese mismo día, José Humberto Rodríguez Bañuelos, La Rana, el más famoso y sanguinario sicario del cártel de Tijuana, fue identificado como uno más de los reclusos del penal de Tijuana. La organización dejó de ser intocable. Para finales de 2001, según reportes periodísticos, los hermanos Benjamín y Ramón Arellano viajaron a México y dejaron Estados Unidos.
A Benjamín Arellano se le han atribuido, junto con su hermano Ramón (muerto en Mazatlán el 10 de febrero de este año), masacres y ejecuciones de magistrados, delegados y subdelegados de la PGR, abogados, militares, traficantes, comandantes, y familias enteras.
Pero los golpes contra el narco se ampliaron también a la organización del extinto Amado Carrillo: se capturó a los líderes de la llamada célula del sureste, Alcides Ramón Magaña y el ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid.
Con esas detenciones se derrumbó entonces la supuesta personalidad que se les había creado por autoridades de México y Estados Unidos: de asesinos, líderes de grupos capaces de desatar olas de violencia contra las instituciones nacionales en caso de ser detenidos.
También, la de personas que viajaban en vehículos de gran lujo, en camionetas y automóviles blindados, seguidos de grupos fuertemente armados, dispuestos a todo.
A los grandes capos se les presentó entonces, a través de viodeograbaciones, en los momentos en que son ingresados a los penales de máxima seguridad, y también cuando responden a las órdenes de los custodios con un "sí, señor", sin muestras de altivez, de mando, de poder.
Como ejemplo está Benjamín Arellano, considerado el máximo líder del cártel más poderoso de México, el más violento, el que mayor cantidad de cocaína, mariguana y drogas sintéticas pasa a Estados Unidos, el de Tijuana. Fue capturado cuando estaba recostado, desvestido, en una casa ubicada en un fraccionamiento de Puebla, en el que sólo había un guardia.
El cártel de Tijuana, según las autoridades, posee grupos de seguridad integrados por ex policías federales y sicarios.
O como ocurre en el cártel del Golfo, donde la PGR y la Sedena han detectado que ex miembros del Ejército Mexicano, de los Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales (Gafes), capacitan a diversos integrantes en el manejo de armas y protección personal, además de que esos ex militares actúan como grupo de choque en contra de autoridades y organizaciones opositoras.
Cambio en la operatividad
Desde febrero de 2001, el entonces subprocurador de Coordinación General y Desarrollo de la PGR, Alfonso Navarrete Prida, afirmó que la dependencia modificaría su actuación contra la delincuencia organizada, que se procedería a trabajar de manera "científica", con base en labores de inteligencia y no de reacción, es decir, la policía dejaría de perseguir a los criminales una vez consumados los delitos.
Desde entonces, la PGR y el Ejército Mexicano acordaron trabajar conjuntamente, compartir información sensible sobre narcotráfico y otros temas.
Según los datos oficiales, las detenciones de capos han sido "resultado del seguimiento de gabinete y campo durante varios meses". Pura labor de inteligencia.
Sin embargo, en las capturas de mayor relevancia, o el Ejército las ha ejecutado solo e informa de ellas en conferencias de prensa en sus instalaciones, o los altos mandos militares se hacen acompañar de funcionarios de la PGR para dar a conocer los cateos, los operativos, las movilizaciones.
Incluso, las fuerzas armadas han asumido el papel de miembros de la Policía Judicial Federal, ahora transformada en Agencia Federal de Investigación (AFI).
Muestra de ello fue la detención del ex subdelegado de la PGR en Chihuahua, José Manuel Díaz Pérez, quien había escapado de la casa de seguridad donde se encontraba arraigado desde el 15 de febrero de 2001, y fue reaprehendido por miembros de la Policía Judicial Federal Militar el 14 de junio de ese año, cuando transitaba en una camioneta en una calle de Toluca, estado de México.
Otros ejemplos son la detención de Gilberto García Mena, de Benjamín Arellano y de Alcides Ramón Magaña.
Adán Medrano, El Licenciado, segundo en importancia del cártel del Golfo, fue detenido cuando compraba un helado a su hijo el 27 de marzo, en Matamoros, Tamaulipas. Paseaba en una camioneta tipo Suburban, sin blindaje, en compañía de su esposa y otro menor.
Adán Medrano cobró relevancia cuando la FBI lo colocó en la lista de los 10 más buscados desde 1999, cuando amenazó con matar, en territorio nacional, a dos agentes estadunidenses. Luego de su aprehensión, oficialmente se ha difundido que quien puede sustituirlo es Víctor Manuel Vázquez Mireles, El Mameloco.
El cártel del Golfo sigue siendo liderado oficialmente por Humberto García Abrego, quien fue puesto en libertad "por error" cuando comparecía ante el Ministerio Público Federal en las instalaciones de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud (FEADS), durante la gestión de Jorge Madrazo Cuéllar.
Humberto García Abrego es hermano de Juan, el más poderoso narco en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, y Juan fue extraditado a Estados Unidos, asegurando que era nacido en aquel país, sin que se le juzgara en México por los delitos cometidos.
Osiel Cárdenas Guillén, quien se fugó estando bajo arraigo en una casa de seguridad de la PGR en 1998, es el otro líder del cártel del Golfo. La DEA ofrece por él 2 millones de dólares. Las autoridades mexicanas aseguran que pronto será detenido.
Luego de permanecer más de 10 días en un pequeño cuarto oculto en su casa, Gilberto García Mena, El June, fue detenido por el Ejército, que había mantenido "sitiado" el poblado de Guardados de Abajo, municipio de Camargo,Tamaulipas.
El June, de quien se afirmaba tenía el control del paso de droga en la llamada frontera chica, que va de Reynosa a Matamoros, y se decía que poseía sistemas de vigilancia, seguridad y protección en toda la zona, fue descubierto en la soledad de la habitación debido a que un soldado detectó un respiradero que al parecer no tenía ningún destino visible en la casa que habitaba.
Al momento de su captura, el delincuente tenía un tanque de oxígeno portátil, un teléfono celular, un radio, cuatro pistolas y una metralleta MP-5. No accionó ninguna arma.
El 20 de diciembre de 2001, Miguel Angel Caro Quintero fue capturado al circular en una camioneta Chevrolet modelo 2000, por calles de Los Mochis, Sinaloa. Se le encontró un arma calibre 38 súper.
Hasta antes de su detención, la DEA lo identificaba como "individuo peligroso", y hasta 1999 era considerado en Washington como uno de los más importantes traficantes de mariguana y cocaína que operaban desde México; sin embargo, vivía en su rancho sin que le ejecutaran las tres órdenes de aprehensión dictadas contra él, ni tampoco la orden de detención con fines de extradición que el juez primero de distrito le giró en 2000.
Mientras para las autoridades estadunidenses dirigía el cártel de Sinaloa -mismo que había encabezado hasta 1985 su hermano Rafael-, en México, según funcionarios de la PGR, desde 1995 no se sabía nada de él.
Mario Villanueva Madrid, ex gobernador de Quintana Roo, a quien se consideró prófugo de la justicia desde el 5 de abril de 1999, fue capturado en Cancún el 24 de mayo de 2001, mientras viajaba en una camioneta Nissan acompañado del ex diputado federal priísta Ramiro de la Rosa Bejarano y su chofer Jesús Manuel Chang Rejón.
El ex mandatario quintanarroense fue señalado por la PGR como uno de los líderes del cártel de Juárez. Es acusado de introducir 200 toneladas de cocaína a Estados Unidos y recibir 500 mil dólares por cada cargamento. Como disfraz, el político priísta utilizaba en ese momento cabello largo, barba y un sombrero de palma.
Después de su detención, se dio a conocer una carta enviada al procurador general de la República, en la que aseguraba que nunca había salido del país, pero las pistas seguidas por Interpol lo ubicaron en varias naciones durante esos dos años. Hoy está recluido en el penal de máxima seguridad de La Palma, en Almoloya de Juárez, estado de México. Afirma que su detención y acusaciones son una persecución política.
Alcides Ramón Magaña, El Metro, quien evitó que Amado Carrillo Fuentes fuera asesinado por los hermanos Arellano Félix en una emboscada en el restaurante Bali Hai de la ciudad de México en 1993, fue considerado uno de los más importantes narcos.
Operador de la célula del sureste para el cártel de Juárez, fue detenido en una "acción coordinada" entre la Sedena y la PGR, cuando hablaba por teléfono en una caseta.
Estaba solo, sin ninguna escolta, cuando militares y agentes federales lo rodearon. Trató de resistirse, sacó su pistola Walter 9 milímetros, pero tiró el arma y fue sometido.
Desde 1998 la PGR ofreció 4 millones de pesos a quien proporcionara datos que condujeran a su captura. Sus ligas con el poder local de Quintana Roo le permitieron salir de esa entidad cuando más se le buscaba. Cambió su fisonomía, redujo más de 20 kilos, se hizo cirugía plástica, se fue a su lugar de origen, Tabasco. Pero sus huellas dactilares, confirmaron que el detenido en una caseta telefónica de Villahermosa era el narcotraficante que las autoridades buscaban.
Desde el 13 de junio de 2001 quedó a disposición de la juez Olga Sánchez Contreras, quien lo dejó libre en 1993 (tras la balacera en el Bali Hai) por falta de elementos para procesar.
Todos tienen un elemento en común: ser requeridos por las autoridades estadunidenses para enjuiciarlos por delitos contra la salud. Entregas acordadas o no, durante los últimos 15 meses han sido detenidos 10 narcotraficantes considerados "estratégicos" en las organizaciones criminales que operan desde México.
En comparación, en toda la gestión de Ernesto Zedillo se detuvo a 15, entre ellos a Héctor El Güero Palma, Juan García Abrego, y Luis, Jesús y Adán Amezcua Contreras, Los reyes de las metanfetaminas. En la administración de Carlos Salinas a tres: Joaquín El Chapo Guzmán, Miguel Angel Félix Gallardo y Francisco Rafael Arellano Félix.