CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
PRI-DF: un partido a la deriva
EN BUSCA de su verdad perdida, el PRI se prepara
para elegir a su presidente en el Distrito Federal dentro de los próximos
días.
EL PROBLEMA no es a quién llevar a ese puesto.
Sobran quienes puedan echarle la última palada a lo que se ha considerado
un cadáver insepulto, sino quién tiene los suficientes arrestos
como para darle vida a ese partido que en la capital del país podría
perder, en 2003, hasta el registro.
POR EL momento el PRI tiene algo así como
4 por ciento de la votación total y continúa a la baja. Por
eso en el CEN tricolor se habla de un milagro para evitar la catástrofe.
SEGUN SE cuenta entre los mismos priístas,
a la nueva dirigencia nacional le preocupó en demasía la
situación en el DF, porque además el madracismo no cuenta
con muchos adeptos aquí.
LO PEOR del asunto es que los estudios realizados
por el CEN no establecen una fórmula con posibilidad de éxito
y las soluciones o las propuestas presentadas hasta el momento, por alguno
de los aspirantes a la presidencia local, no alcanzan para suponer la sobrevivencia
del PRI en el DF después de 2003.
HASTA EL momento los escenarios futuros pertenecen
a quienes ya empezaron a guerrear por el puesto. Por un lado está
Cuauhtémoc Gutiérrez, líder de los pepenadores, y
por otro, Arnoldo Ochoa, una postura apoyada públicamente por la
legisladora María de los Angeles Moreno.
A ESTE grupo se trató de sumar a Florentino
Castro López, uno de los más fieles discípulos de
Roberto Campa y a quien se consideró en algún momento como
la posibilidad de lograr negociaciones correctas entre la gente de Beatriz
Paredes y Roberto Madrazo.
NO OBSTANTE, para la dirigencia nacional priísta
y para muchos militantes de alto nivel, ni uno ni otro significan la solución
a la catástrofe anunciada, porque ninguno tiene, según el
análisis de ese partido, una propuesta nueva desde donde surgieran
soluciones radicales al mal que aqueja a la organización política:
falta de credibilidad.
EN EL mismo PRI se buscó un perfil que pudiera
encabezar un nuevo esfuerzo para, cuando menos, salvar el registro y, de
ser posible, ganar algunas posiciones dentro de la Asamblea Legislativa
y hasta alguna delegación, aunque esto último pertenezca
al catálogo de los buenos deseos, y nada más.
HUBO QUIEN creyó en las condiciones del
ex asambleísta Miguel Ortiz Haro para ocupar el cargo, pero él
mismo se encargó de desmentir la especie, aunque parece que no se
entendió a conciencia cuál era el motivo del rechazo.
HAY QUIENES juran que entre la dirigencia nacional
y Ortiz Haro aún hay pláticas y no descartan la posibilidad,
pero aunque se sabe muy poco o casi nada de los proyectos de Ortiz Haro,
la mayoría que lo acepta asegura que esta pieza priísta se
niega rotundamente a seguir los caminos y las formas tradicionales de ese
partido.
POR LO pronto, en el PRI el Distrito Federal se
ha declarado zona cero, y los proyectos para reconstruir a ese partido
no prometen nada nuevo. ¿Quién vendrá a salvarlos?