Llaman a encontrar "una solución justa"
al problema de los refugiados
Aprueba la Liga Arabe el plan de paz saudita
Irak firma un acuerdo y se compromete a no invadir Kuwait,
ante el escepticismo de EU
AFP, DPA Y REUTERS
Beirut, 28 de marzo. La cumbre de los países
de la Liga Arabe concluyó este jueves su jornada con la aprobación
unánime de la Declaración de Beirut, en la que se adoptó
el plan de paz de Arabia Saudita que propone a Israel "paz, seguridad y
relaciones normales" con todo el mundo árabe, a cambio de un repliegue
de todos los territorios palestinos, incluido Jerusalén oriental.
La declaración deja claro, además, que los
más de 3 millones de refugiados palestinos en distintos países
árabes no pueden permanecer indefinidamente en el destierro. De
inmediato, el gobierno israelí aseguró que el acuerdo era
"inaceptable" para su país.
Asimismo, Irak y Kuwait firmaron un acuerdo en el cual
el régimen de Saddam Hussein se compromete a no volver a invadir
al vecino país petrolero como lo hizo en 1990, dando origen a principios
del siguiente año a la Guerra del Golfo. La Declaración de
Beirut, además, rechazó cualquier posible ataque a Irak.
Washington manifestó su escepticismo ante el acuerdo entre Irak
y Kuwait, si bien recibió con beneplácito la aprobación
de la Declaración de Beirut.
El vocero de la cancillería israelí, Emanuel
Nachshon, dijo que Tel Aviv recibió con agrado la declaración
hecha en Beirut por la Liga Arabe, en la que se aprueba la normalización
de las relaciones con Israel, pero agregó que "la aplicación
del derecho al retorno a Israel acabaría provocando la destrucción
del Estado judío". El miércoles Sharon aseguró que
volver a las fronteras de 1967, renunciando a los territorios conquistados
en la Guerra de los Seis Días, equivaldría a la "destrucción
de Israel".
De hecho, la Declaración de Beirut, aceptada por
los 22 países asistentes a la cumbre, se retrasó debido a
disputas en la redacción del apartado sobre el derecho al retorno
de la diáspora palestina. Al final sólo se logró que
se llamara a encontrar "una solución justa al problema de los refugiados".
El documento pide además que el conflicto en Medio
Oriente se solucione abarcando las resoluciones 242, 338 y 425 del Consejo
de Seguridad de la ONU "o en el principio de paz por territorios". Dichas
resoluciones hablan del problema de los refugiados y de la obligación
de Israel de salir de los territorios ocupados el 4 de junio de 1967. A
cambio de esta solución, los 22 países firmantes de la Declaración
de Beirut se comprometieron a entablar relaciones plenas y normales con
Israel.
El vocero del Departamento de Estado estadunidense, Richard
Boucher, aseguró que la declaración de Beirut fue un acontecimiento
"muy positivo que puede ayudar a crear condiciones más propicias
para la búsqueda de la paz" en Medio Oriente. Analistas dijeron
que la respuesta estadunidense no pudo ser más entusiasta debido
a que los árabes también se opusieron a cualquier ataque
contra Irak, que sólo puede provenir de Estados Unidos, si bien
no hubo una condena específica a las recientes amenazas en este
sentido por parte de Washington.
Boucher aseguró que el compromiso de Bagdad "estaría
bien si fuera verdad, pero Irak tiene la costumbre de incumplir sus obligaciones
internacionales".
A su vez, Salim al-Kubaisi, jefe del Comité de
Relaciones Arabes y Extranjeras del parlamento iraquí, declaró
que el acuerdo entre los gobiernos de su país y Kuwait podría
socavar una posible acción militar estadunidense.