Su obra Ubú rey se presentó
en el Festival de Bogotá
Alfred Jarry, precursor del surrealismo y del absurdo
Autoritarismo, abusos de poder, avaricia y traición,
terrenos que pisa la puesta del director esloveno Vito Taufer
ARTURO JIMENEZ ENVIADO
Santafe de Bogota, 24 de marzo. Envuelto en el
mundo de las paradojas, el clásico-anticlásico Ubú
rey, de Alfred Jarry, ha tenido en esta ciudad una puesta en escena
mucho más que satisfactoria a cargo de la compañía
eslovena Mladinsko Theatre.
Antiacadémico y anticonvencional en su origen vanguardista,
esta obra de la desmesura y la irreverencia sobre la vida de un rey polaco
se ha convertido ya en un clásico del teatro del siglo XX.
La
calidad de la dramaturgia de Jarry es refrendada en este octavo Festival
Iberoamericano de Teatro de Bogotá por el director esloveno Vito
Taufer, quien logró provocar emociones diversas y a veces encontradas
entre el público bogotano.
En esta ocasión Taufer presentó la primera
parte del ciclo de piezas y escritos de Jarry sobre Ubú, descrito
por los del Mladinsko como un monarca desorbitante cuya saga tiene "algo
de la desmesura rabelesiana".
También representa, agregan, "el paradigma de la
escuela patafísica, que con humor muy en serio se aproxima a las
corrientes de la disidencia intelectual, especialmente en la Francia de
la primera mitad del siglo XX". Jarry, aseguran, "puede considerarse en
cierta forma como el precursor del surrealismo y del teatro del absurdo",
En su versión, Taufer realiza una recreación
de personajes esperpénticos, quienes desarrollan acciones subversivas
por su ridiculez, actitudes y comportamientos escatológicas, así
como conmovedoras "regresiones" infantiles, como el sueño delirante
y lleno de miedo de Ubú en una cueva, tras huir de los rusos.
A lo largo de dos horas, los asistentes al bello Teatro
Colón del histórico barrio de La Candelaria fueron llevados
a diversas regiones de reflexión acerca de la problemática
"exterior" de la obra: el autoritarismo, los abusos de poder, la avaricia,
la traición.
Pero también a zonas inquietantes de la psique
debido al cinismo, la gula y otros excesos de unos personajes que lo mismo
increpaban al público, lo aporreaban o lo llamaban a participar
en un golpe de Estado. La llamada "cuarta pared" hecha añicos.
Once cuadros balcánicos
Otra obra que destaca en este festival es Barril de
pólvora, ya conocida en su versión cine y ahora puesta
por la compañía Yugoslav Drama Theater. Escrita por Deyan
Dukovski y dirigida por Slodovan Unkovski, esta versión demostró
además la generosidad ya conocida del público local, que
ayer aplaudió de pie al final de la representación en el
Teatro Nacional La Castellana.
Con ingeniosos y versátiles recursos escenográficos,
Unkovski presenta 11 cuadros en apariencia independientes para igual número
de historias. El común denominador: el patetismo, la irascibilidad,
el odio, la violencia y el humor negro, todo con el trasfondo de la tragedia
de los Balcanes.
En esta obra "no se puede hablar de una linealidad tradicional,
ni es fácil seguir el desarrollo de una fábula concreta,
pero sí de las relaciones que identifican a un grupo humano que
en este caso está particularizado en los Balcanes", escribe en El
Tiempo el crítico y hombre de teatro Fabio Rubiano.
Una ciudad posible
Todos estos mundos creados en la metarealidad del teatro
vienen a sumarse a la atmósfera más tranquila ?real y posible?
de una ciudad de Bogotá que en estos días vive un relativo
descanso por el éxodo de más de medio millón de habitantes
debido a las vacaciones de Semana Santa.
Aquí en la capital continúa la alternancia
de aire fresco y bochorno propio de un valle rodeado de montañas
verdes coronadas por nubes y ubicado a 2 mil 600 metros de altura sobre
el nivel del mar, entre el Caribe y el comienzo de los Andes.
Continúan también la vigilancia de las calles
por cuerpos especiales de la policía y del ejército; el esfuerzo
civil por normalizar una vida cotidiana afectada por la inseguridad, la
real y la imaginada por la paranoia; y la desazón alimentada por
la noticia que hoy confirma la existencia de 162 nuevos cárteles
de la droga en el país.