Paramilitares amenazan con venadear a
bases de apoyo del EZLN en Tila
Denuncian nuevas incursiones de soldados y policías
en municipios autónomos de Chiapas
Habría represalias del grupo Paz y Justicia,
inconforme con la aprehensión de su líder
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
San Cristobal de las Casas, Chis., 22 de marzo. Nuevos
y constantes patrullajes militares atraviesan a diario las comunidades
de Polhó y Francisco Gómez, según testimonio de observadores
civiles procedentes de ambos municipios autónomos.
Coincidentemente, la importante comunidad de Jolnixtié,
en las tierras bajas de Tila, ha denunciado patrullajes e incursiones en
su comunidad de soldados y policías judiciales, así como
reforzamiento de las posiciones militares existentes en la zona.
Estos nuevos movimientos de patrullaje, en Francisco Gómez
(La Garrucha) se repiten cinco veces al día, y en Polhó hasta
20, como ocurrió inmediatamente después de la visita de la
Comisión Internacional de Observación, a finales de febrero.
En Jolnixtié son cada dos o tres días. En los dos últimos
casos también participan policías judiciales.
En la zona norte, además, se han reactivado los
síntomas de paramilitarización, en los que se mezclan un
triunfalismo revanchista del PRI local, muy madracista, y las represalias
de un sector radical de Paz y Justicia por la aprehensión del dirigente
Diego Vázquez Pérez.
En su guerra de posiciones contra el gobierno de Pablo
Salazar Mendiguchía, los priístas y los paramilitares realmente
existentes dirigen sus amenazas y agresiones contra las comunidades en
resistencia, tanto de bases de apoyo zapatistas como de la llamada sociedad
civil.
Las bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN) de la zona norte denunciaron ayer que en la comunidad Wilis
segunda sección, un grupo de 14 personas, encabezado por Oscar Ramírez
Gómez, recibe adiestramiento militar. En el Anexo Pasijá
de Morelos (municipio de Sabanilla) los paramilitares hacen alarde de tener
"armas con altos calibres", y amenazan a los pobladores de Nueva Revolución:
"Que sólo nos van a venadear en nuestros trabajaderos,
que de la cárcel no vamos a salir", refieren los campesinos.
En la colonia Ocotal también entrenan paramilitares,
y por Monterrey segunda sección pasan ahora civiles armados interrogando
acerca de los zapatistas. En Nueva Esperanza, un grupo similar es encabezado
por el ex regidor Nicolás Gómez Alvarez y por Graciano Gómez
Pérez, miembro del actual ayuntamiento de Tila.
Repudian órdenes de aprehensión
En una denuncia particular del poblado Nueva Revolución,
las bases de apoyo del EZLN repudiaron las órdenes de aprehensión
giradas por el juez municipal de Tila, Nicolás Martínez Martínez,
contra pobladores de Tsaquil (Tila), colonia El Paraíso y Jesús
Carranza (Sabanilla).
Ante el Ministerio Público de Yajalón, el
magistrado acusó de "paramilitares" a Andrés Torres Pérez,
Manuel García Torres, Regino Torres Torres, Margarita Torres Torres,
Ildefonso Pérez Cruz, Francisco Hernández Pérez y
Alejandro López Gómez.
Los indígenas niegan que estas personas sean culpables.
Declaran: "Somos bases de apoyo del EZLN. ¿Cómo es posible
que el gobierno quiera regresar a la mesa de diálogo si permite
esta provocación contra nosotros, siendo que son ellos, los de Paz
y Justicia, los que andan armados en comunidades, carreteras, caminos de
herradura y veredas?"
El 25 de febrero, en las cercanías de Los Angeles
Anexo Jolsibaquil (Tila), los maestros que trabajan en la colonia Chilintiel
fueron asaltados por un grupo armado, cuyos miembros portaban mochilas
y uniformes. Más tarde, estos presuntos paramilitares fueron avistados
en la comunidad de Shoctic. Por los mismos días, en el Anexo Francisco
Villa (Sabanilla) fue visto un grupo de 15 encapuchados (algunos con pasamontañas
rojos) portando armas de alto calibre.
Apenas dos días antes, el 22 de febrero, a las
siete de la noche, fue asesinado Raúl Hernández López
en un camino cerca de Miguel Alemán, bastión de Paz y Justicia.
El pueblo de San José El Limar (que apenas una semana atrás
felicitaba ampliamente al gobierno estatal por la captura del líder
paramilitar Diego Vázquez Pérez), al exigir castigo a los
victimarios del menor, declaró en un comunicado:
"Este acto, que altera la paz social, prueba que el gobierno
federal no ha hecho absolutamente nada para desactivar al grupo paramilitar,
y es evidente que éste goza de total impunidad. ¿Hasta cuándo
piensa actuar eficazmente el gobierno? ¿Seguiremos viviendo bajo
el terror de un grupo que se hace llamar Paz y Justicia? ¿Cuánto
más tenemos que morir para que el gobierno detenga este baño
de sangre?"
En El Limar se acababa de firmar, el 27 de enero, un acuerdo
de paz y reconciliación entre organizaciones de distinto perfil
religioso y político, lo que también permitió la reapertura
del templo católico, clausurado por Paz y Justicia. Antes de un
mes después ya estaban acusando de asesinato a Paz y Justicia y
a miembros del ayuntamiento de Tila. Como en los viejos tiempos de 1995-96.
Precisamente ahora, cuando los paramilitares de la zona
norte lo desafían, el gobierno chiapaneco se abre infundados frentes
de pleito con diversos defensores de derechos humanos, como Miguel Angel
de los Santos, abogado de decenas de presos zapatistas y no zapatistas,
y miembro de la siempre crítica Red de Defensores Comunitarios para
los Derechos Humanos.
Pero incluso las organizaciones no gubernamentales que
le han sido más o menos afines tienen reclamaciones contra las autoridades
de Tuxtla Gutiérrez por los abusos de su policía en Marqués
de Comillas y San Cristóbal de las Casas, entre otros lugares.