Algunos manifestaron desconocer a fondo la propuesta
antes de las votaciones
Obreros de VW aceptaron despidos porque la firma no
garantizó evitar recortes posteriores
La mano de obra mexicana es "cara", según la
empresa
LA JORNADA DE ORIENTE
Puebla, Pue., 21 de marzo. La competencia con empresas
automotrices que han rebajado sus precios y la situación económica
internacional ?que afectó al país sobre todo el año
pasado? son dos motivos que llevaron a Volkswagen a plantear una disyuntiva
a su sindicato: la reducción de la jornada laboral y de las percepciones
salariales ?hasta 12 por ciento?, junto con el adelanto en la revisión
contractual, o el despido de mil 350 obreros.
Para sorpresa del sindicato, que llevó a consulta
las propuestas empresariales, 6 mil 325 de los 9 mil 238 trabajadores participantes
votaron en favor del despido y no de la reducción en la jornada
laboral ni de adelantar la revisión del contrato colectivo de trabajo,
programada para agosto próximo.
Tras emitir su voto en las urnas instaladas en la planta,
algunos obreros dijeron que preferían correr el riesgo de ser despedidos
ahora y no después con un salario reducido, que se reflejaría
en el momento de su liquidación.
Otros manifestaron que mientras la empresa no les garantizara
su permanencia en la armadora, aun con la reducción de las jornadas
y el salario, preferían votar por el cierre de mil 350 plazas.
Añadieron que no contaron con información
suficiente para conocer a fondo la propuesta, la cual se difundió
el viernes pasado en una inusual conferencia de prensa presidida por empresa
y sindicato.
En la sala de juntas se presentaron el secretario general
del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz,
Similares y Conexos, Volkswagen de México (Sitiavw), José
Luis Rodríguez Salazar, y el director de Relaciones Laborales de
la firma, César Sotomayor Arechavaleta, así como el director
de Relaciones Públicas, Thomas Karig. Sotomayor aseguró que
el volumen de personal en la planta representaba un sobrecosto para la
empresa.
Al margen de la inconformidad de los obreros con su sindicato
y de cómo serán ahora las relaciones con la compañía,
la crisis económica también influyó para llegar a
esta situación, pues desde el año pasado las condiciones
del mercado estadunidense, al que se destina 80 por ciento de la producción
de Volkswagen, obligaron a la empresa a programar paros técnicos
con el objetivo de evitar pérdidas económicas adicionales
y la reducción de los puestos de trabajo.
A la situación en Estados Unidos se sumó
la crisis en Argentina, que se agudizó en diciembre pasado, lo que
implicó que 2 mil unidades de los modelos Beetle y Jetta no se exportaran
a esa nación este año, lo que afectó el crecimiento
programado por la planta de México.
Además de los paros, la falta de un acuerdo entre
las partes sobre el porcentaje de aumento salarial llevó a una huelga
que duró tres semanas y que concluyó luego de que los obreros
aceptaran un aumento directo al salario de 10.2 por ciento, y 3.5 por ciento
en prestaciones. Dicho incremento implicó que el salario más
bajo en la armadora se ubicara en 154.42 pesos y el más alto en
400.73.
Días antes de la huelga que comenzó el 18
de agosto pasado, el vicepresidente de Volkswagen de México Francisco
Bada Sanz, aseveró: "La mano de obra mexicana contratada por la
empresa es más cara que la del resto de Latinoamérica, y
sin embargo la planta está empeñada en mantenerse funcionando
porque está totalmente comprometida con la vida de este país".
Mientras esto sucedía en Volkswagen, en otras empresas
automotrices el despido era un hecho. En Dina Camiones la quiebra ocurrió
desde principios del año pasado y la relación con los trabajadores
concluyó el 11 de septiembre, lo que implicó el despido de
506 obreros.
La planta Composites, ubicada en Ciudad Sahagún,
Hidalgo, empresa perteneciente al Consorcio G de Guadalajara, que fabricaba
partes automotrices de fibra de vidrio, cerró en julio del año
pasado, con lo que se perdieron 120 empleos. A nivel internacional General
Motors anunció el despido de 3 mil 500 obreros, debido a la situación
económica.
Ante los resultados de la consulta, Bada Sanz, en entrevista
concedida a una estación radiofónica local, informó
que habrá reuniones internas para analizar las repercusiones de
la postura asumida por los trabajadores sindicalizados, pues la empresa
debe cuidar sus volúmenes de producción para no tener pérdidas,
sobre todo si se toma en cuenta que en los primeros dos meses se dejaron
de vender 2 mil autos en Estados Unidos, lo que implicará ajustes
a la producción adicionales a los que ya se habían comentado
con el sindicato.
"No veo por dónde la crisis ha tocado fondo, sobre
todo porque en Europa este trimestre será el peor de los recientes
cinco años en cuanto a ventas. Ojalá que en el segundo semestre
del año empiece a notarse un panorama diferente, pero hasta ahora
se ve que no hay medidas de recuperación en el corto plazo", externó
el directivo del consorcio alemán.
Aseguró que en el caso específico de la
industria automotriz, la crisis empezó a sentirse desde noviembre
de 2000. Por ello la recuperación tiene que ser sobre medidas de
empleo, ya que todavía no hay una reactivación en la demanda
todavía. Agregó que las actuales tasas de interés
en Estados Unidos no están generando consumo, lo que significa que
hay una saturación en los mercados que podría reducirse en
unos 12 a 15 meses, no antes.
Las condiciones del mercado estadunidense son las más
competidas, añadió. Honda recién ha lanzado el Honda
City, mil 800 dólares más barato que el anterior modelo.
Toyota también lanzó un nuevo modelo más económico.
Los incentivos de la industria estadunidense están
entre 2 mil y 2 mil 500 dólares por automóvil, lo que implica
una demanda más elevada que hace dos años, con precios muy
competitivos; por ello las empresas cuidan sus volúmenes de producción,
para no tener pérdidas.
"En el caso específico de nosotros, debemos actuar
con mucho cuidado porque nuestros productos se van agotando en el mercado
(...) y tendrán que venir los sustitutos para generar nuevas expectativas
en los clientes y el aumento de la demanda", dijo.
En Brasil, abundó, el mercado interno no se ha
reactivado, y debido a la crisis en Argentina, empresa y sindicato acordaron
un esquema como el que se propuso aquí, de reducir jornadas y salarios,
lo que permitió salvar 2 mil 500 puestos de trabajo.
Respaldo de STUNAM
PATRICIA MUÑOZ RIOS
El Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional
Autónoma de México (STUNAM) manifestó ayer su respaldo
a la posición asumida por los trabajadores de la armadora Volkswagen,
al sostener que su determinación, más que una defensa de
sus salarios, evidenció su lucha por impedir que se retroceda en
los logros alcanzados; además, si hubieran cedido ellos, se abriría
la puerta para que otras empresas trasnacionales que operan en México
pudieran pedir lo mismo a su planta productiva.
Es inaceptable, indicó el sindicato, que se ponga
reiteradamente a los trabajadores en disyuntivas que les son totalmente
desfavorables.
Planteó que el gobierno y el sector empresarial
asuman su responsabilidad para reactivar el mercado interno, pero, advirtió,
esta situación no se ha querido reconocer; por el contrario, se
opta por pedir cada vez más "sacrificios" a la clase trabajadora.
Las representaciones sindicales del país no conocen
la existencia de ningún plan gubernamental para sacar al país
de la recesión, en cambio, esta administración asume de manera
normal que este año habrá una bajísima creación
de empleos -300 mil plazas-, una marginal recuperación salarial
y pocas posibilidades de movilidad laboral, asveró el STUNAM.
Así, la determinación de los trabajadores
de la empresa alemana fue un ejemplo para todas las organizaciones sindicales
independientes de no ceder a las pretensiones patronales, las cuales están
más sustentadas en la presión laboral y sicológica
que en otros factores, expuso la representación.
Sindicalismo en peligro
El STUNAM se manifestó contrario a que se cierren
las empresas o a que se hagan ajustes, "sobre todo pretendiendo mantener
el nivel de ganancias a partir de la disminución de los salarios
o de la fuerza de trabajo; esa postura ha sido rechazada reiteradamente".
Resaltó que "la lucha de un sindicato es la lucha
de todos", por lo que el caso de la empresa Volkswagen no puede aislarse,
sino que el sector sindical debe estar muy pendiente de que no se le escatimen,
ni se le quiten, ni se borren las condiciones laborales que ha obtenido
mediante años de trabajo.
La situación económica, añadió,
no debe servir de pretexto para establecer medidas que perjudiquen exclusivamente
a los trabajadores, sobre todo porque se registra una recesión importante
en el país y existe un desempleo enorme.
Además, regiones productivas importantes, como
la fronteriza, tienen problemas de sobrevivencia, por lo que bajo esta
situación el sindicalismo nacional se encuentra en grave peligro,
puntualizó la organización.
La única buena noticia que el sector ha tenido
este año es que cuando menos "ya no hay una profundización
en el desempleo", pues ya se tocó fondo; sin embargo, la recuperación
de que habla el gobierno es tan ligera que todavía ni se alcanza
a percibir, dijo el sindicato universitario.