MONTERREY 2002
Atentos saludos de ambos recibió Ernesto Zedillo
Castañeda y Paredes departieron con ''el invitado''
de la mesa dos
JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADO
Monterrey, NL, 21 de marzo. En
la mesa número dos instalada en la explanada Sopladores,
del Parque Fundidora de Monterrey, apareció el invitado que no quiso
oficializar ni publicitar su presencia aquí, en la cumbre mundial
para el desarrollo: el ex presidente Ernesto Zedillo. Y apenas lo ubicó,
pronto, hasta él se dirigió el canciller Jorge G. Castañeda.
Francas sonrisas hicieron notar que era amena su conversación.
Con esa imagen, entre otras, pocos minutos después
?cerca de las 21 horas? sería servida la cena que el presidente
Vicente Fox y su esposa, Marta Sahagún, ofrecerían este jueves
a los jefes de Estado y de gobierno que se dieron cita en la Conferencia
Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo.
Y destacó aquella imagen por los hechos que se
dieron en la tarde, durante la sesión plenaria de la cumbre, y los
antecedentes del ex mandatario y el canciller.
Los hechos: el presidente de Cuba, Fidel Castro, abandonó
el encuentro acusando que su participación ''creaba una situación
especial''. Enseguida, una serie de versiones y contraversiones de que
tras la intempestiva partida del jefe del Estado cubano estarían
las presiones de Washington hacia el gobierno de Fox.
Los antecedentes de los personajes: con Ernesto Zedillo,
las relaciones México-Cuba llegaron a su nivel más bajo desde
el triunfo de la Revolución cubana. Con Castañeda al frente
de la política exterior mexicana, la frialdad en la relación
con la isla parece, incluso, superar al sexenio zedillista.
Ahí estaban pues a carcajada abierta Zedillo y
Castañeda, en el ambiente previo a una cena a la que ?como dato
a destacar? no asistió el presidente de la Asamblea Nacional del
Poder Popular de Cuba, Ricardo Alarcón, a quien Castro ''en su despedida
de la cumbre'' designó ''jefe de la delegación cubana''.
Nadie del gobierno mexicano quiso precisar si no fue invitado, o si e funcionario
cubano prefirió no asistir.
''Yo me reporto''
El ex presidente, quien compartiría aquella mesa
número dos con el secretario de Estado, Colin Powell, y el presidente
del Banco Mundial, James Wolfensohn, entre otros invitados, fue también
buscado, rápido, por la presidenta de la mesa directiva de la Cámara
de Diputados, Beatriz Paredes, derrotada en la contienda por el liderazgo
nacional del PRI por Roberto Madrazo.
Algo conversaron durante pocos minutos. Serios, la diputada
y el ex presidente. Al momento de la despedida, se alcanzó a escuchar
a la legisladora: ''Yo me reporto... sí, ¡yo me reporto!''.
Amenizarían la cena el cantante de ranchero Pedro
Fernández y la soprano Olivia Gorra. El menú: sopa de morillas,
dorado en hoja santa, un platón de quesos y frutas, verduras con
queso de cabra y, como postre, rosca de higos.
Desde la mesa uno, la de honor, teniendo al lado al secretario
general de la ONU, Kofi Annan, y al mandatario estadunidense, George W.
Bush, Fox diría a sus invitados: ''Vamos por un nuevo compromiso
para trabajar unidos a favor del desarrollo; puede y va a ser el principio
de una solución realista...". Y resumió el significado de
este encuentro en una palabra: ''esperanza''.