Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 22 de marzo de 2002
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Política

MONTERREY 2002

En el Congreso, "grupo de trabajo" contra el bloqueo

Bush evita a Castro mientras legisladores sugieren contacto

Fracasó esa política; es hora de intentar algo nuevo, dicen

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 21 de marzo. El presidente estadunidense, George W. Bush, arribó hoy lo suficientemente tarde a Monterrey para evitar toda posibilidad de contacto con su homólogo cubano, Fidel Castro, y los representantes de Washington en el foro oficial de la ONU abandonaron la sala durante el discurso del comandante, pero en el Capitolio un número creciente de políticos desea lo contrario: mayor acercamiento con La Habana y su gobierno.

Hoy, varios legisladores anunciaron aquí el establecimiento de un nuevo "grupo de trabajo" cuyo propósito es debilitar e incluso levantar el bloqueo contra Cuba. "Todos estamos de acuerdo en que la política actual ha fracasado y que es hora de intentar algo nuevo", declaró el representante federal republicano Jeff Flake, de Arizona.

El y otros 33 legisladores, demócratas y republicanos, presentaron una gráfica detallando los cientos de millones de dólares en productos estadunidenses que podrían ser exportados a Cuba si no existiera el bloqueo, y se declararon por la suspensión de todas las restricciones sobre viajes a la isla y el financiamiento de ventas de productos agrarios estadunidenses. Este grupo también tiene la intención de influir en la revisión interna de la política hacia La Habana anunciada hace un mes por la Casa Blanca.

El gobierno de Bush ha nombrado al cubanoestadunidense Emilio González asesor del Consejo de Seguridad Nacional para encabezar la revisión de la política hacia Cuba en coordinación con el Departamento de Estado y otras agencias federales. Se espera que esta revisión, según funcionarios y ex funcionarios aquí, produzca recomendaciones para apretar más el bloqueo. Sin embargo, aun dentro de las más altas esferas del gobierno de Bush no hay consenso pleno sobre el asunto.

Hace una semana el propio secretario del Tesoro, Paul O'Neill, afirmó durante un testimonio ante el Congreso que si él tuviese la facultad no aplicaría el embargo por completo.

No es sorprendente que O'Neill expresara esta posición, ya que al parecer lo que está impulsando este giro de opinión sería el interés comercial estadunidense. "En términos de comercio perdido, los costos directos del embargo para los granjeros estadunidenses es de 1.24 mil millones anualmente", afirmó hoy el representante federal Sam Farr, de California. Explicó que se dio cuenta del problema cuando visitó Cuba, el mes pasado junto con una delegación de granjeros de su estado, y se entrevistaron con el mandatario cubano.

"El presidente Castro indicó que está dispuesto a comprar mil millones de dólares en productos agrarios de Estados Unidos y preguntó a estos granjeros si contaban con una licencia para vender sus productos a Cuba. Castro agregó que si ya contaban con la licencia, él estaba preparado para concluir el trato en ese momento", explicó Farr.

Pero lamentablemente, agregó el legislador, por culpa de las leyes estadunidenses no se pudo concluir este contrato comercial con el líder cubano.

Varios de los legisladores que integran el grupo de trabajo contra el bloqueo refirieron anécdotas parecidas de oportunidades comerciales perdidas, desde el republicano de Mississippi que deseaba vender más arroz de su estado, hasta su correligionario de Arkansas que procuraba vender más soya. Pero además los legisladores calificaron al embargo de ilógico y poco útil.

"Un estadunidense puede viajar a Irán, a Corea del Norte, países que juntos representan dos tercios del 'eje del mal', pero no puede viajar a Cuba", explicó el demócrata Bill Delahunt, de Massachussetts. Dijo que 100 mil estadunidenses viajaron a la isla sin documentos el año pasado.

Hoy en día, según una encuesta realizada por Cuba Policy Foundation, 71 por ciento de la población estadunidense "cree firmemente" que este país debería vender alimentos y medicinas a La Habana, y otro 67 por ciento cree que a los estadunidenses se les debería permitir viajar libremente a la isla.

El año pasado, la Cámara de Representantes votó 240 contra 186 a favor de suspender las restricciones sobre los viajes a Cuba. El proyecto de ley fue enviado al Senado días antes del 11 de septiembre y por lo tanto nunca fue aprobado. Este nuevo grupo de legisladores confía en que podrá tener éxito en por lo menos este primer paso este año.

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