Novela escrita por Horacio Castellanos Moya
Baile con serpientes refleja la ansiedad de nuestras sociedades
ARTURO JIMENEZ
Una novela delirante, entonada en la desmesura, en la que aparecen víboras que hablan, se drogan y hasta se enamoran del protagonista, el sociólogo desempleado y sicótico Eduardo Sosa, es la que ofrece Horacio Castellanos Moya en Baile con serpientes.
Es una historia fantástica, policiaca y sarcástica, desarrollada en el contexto del caos urbano, la paranoia social y la decadencia institucional de cualquier gran ciudad. Baile con serpientes (Tusquets), expresa el narrador en entrevista, ''refleja el estado de ansiedad permanente en el que viven nuestras sociedades".
De obsesiones y pesadillas
Horacio Castellanos Moya, escritor y periodista salvadoreño radicado en México, es autor de las novelas El arma en el hombre, una historia sobre la violencia de posguerra en Centroamérica que fue bien recibida por la crítica de México, España y Argentina, y La diabla en el espejo, finalista del Premio Rómulo Gallegos 2001.
-En Baile con serpientes se observa una actitud de provocación literaria y un tono lúdico y de desmesura, pero verosímil.
-Es una historia fantástica y desconcertante. Y si es provocadora puede ser más bien como una gran carcajada sobre la realidad que refleja. En ese sentido es un poco satírica, sobre todo en relación con el poder político e institucional.
Acerca del trabajo creativo, Castellanos Moya explica: ''Para mí representó un ejercicio de creación que no había realizado: entrar al terreno resbaladizo y liberador de lo fantástico y romper con el realismo en el que me había movido, con el molde férreo de lo lógico, mezclado con una realidad política y social muy fuerte.
''Cuando terminé la novela me dejó sorprendido. Fue escrita de manera compulsiva, sin reflexionar sobre lo que hacía. No es un mundo creado a partir de un gran ejercicio de reflexión, al contrario."
Cuenta que al principio la escribía como un cuento, pero cerca de su domicilio anterior, en San Pedro de los Pinos, había un viejo coche cubierto con cartones. Se obsesionó tanto con la idea de qué habría adentro que una noche tuvo una pesadilla con serpientes. Y de ahí se desató la novela.
''Estoy contento con ella. Fue una experiencia de escritura chingona. Me gustaría poder escribir otra vez de esa manera. Todo lo que había escrito o escribo ahora es más dentro de mi estilo normal: más histórico, realista, apegado a la tradición, con ritmos más lentos de escritura", señala.
Transmutación y retorno
-ƑQué harás ahora que has encontrado una especie de segundo estilo mediante Baile con serpientes? ƑLos manejarás de manera alternada o buscarás la fusión de ambos?
-Lo ideal sería poder fundir los estilos o poder alternarlos. El trabajo de la novela convencional lo puedo hacer más a voluntad. Pero esta novela, que es profundamente anticonvencional, no se me da con la misma facilidad ni esfuerzo. Como que responde más bien a grandes acumulaciones: uno se comienza a cargar y a cargar y a cargar, y luego viene una explosión.
-Es también una historia cíclica, el protagonista realiza un círculo y regresa al lugar de partida.
-Sí, es como un viaje. Eduardo Sosa está en su casa, se transmuta en otra persona, en un monstruo, y regresa a ser lo que era.
''Es casi como Ulises yendo a la guerra y volviendo a Itaca, o como en El asno de oro, en el que Lucio se convierte en burro, realiza todo el viaje y finalmente regresa como Lucio.''
-Pese a ello, el final es abierto. ƑPodría haber una continuación, o una derivación?
-Creo que sí. Podría volver a aparecer por ahí este hombre con sus tres serpientes.