MONTERREY 2002
La problemática argentina tuvo un efecto de contagio, señala José Antonio Ocampo
América Latina dejará de recibir ''por un buen tiempo'' capitales del exterior: Cepal
Empero, el organismo no prevé una nueva crisis de la deuda externa, como la de los 80
ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADO
Monterrey, NL, 19 de marzo. En América Latina, región del mundo que realizó en la pasada década una amplia reforma de apertura y liberalización económica, el ingreso de inversión extranjera apenas es suficiente para compensar la salida de capitales de la región por concepto de pago de deuda externa y de utilidades que son remitidas por empresas trasnacionales a sus países de origen, aseguró la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
''Los naciones de América Latina van a a tener que prepararse para estar por un buen tiempo sin recibir capitales del exterior'', estimó José Antonio Ocampo, secretario ejecutivo de la Cepal, en entrevista con La Jornada en el marco de la Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, convocada por la ONU, y que se realiza en esta ciudad desde el lunes pasado.
Ocampo consideró que la crisis que se vive actualmente en Argentina, cuya recesión de cuatro años fue agravada por el crecimiento del déficit fiscal y la confiscación temporal de los ahorros bancarios, comenzó a ser vista por inversionistas internacionales como un factor de riesgo que limitará en el futuro los flujos de inversión a la zona.
''Hay un efecto de contagio causado por la crisis argentina con consecuencias que sólo se verán en el mediano plazo'', manifestó Ocampo.
Explicó que la crisis de Argentina se suma a toda la ''secuencia de crisis'' que se inició en Asia, en 1997, siguió con Rusia y Brasil, ''que ha dejado una percepción de riesgo hacia el mundo en desarrollo, que hace que los inversionistas privados tengan algún grado de aversión a invertir en naciones emergentes''.
El secretario ejecutivo de la Cepal, organismo que participó activamente en la discusión y elaboración del Consenso de Monterrey, documento que será adoptado por esta cumbre, descartó que América Latina pueda vivir una nueva crisis de la deuda externa, como la de los 80, que canceló por varios años la entrada de los países de la región a los mercados internacionales de capital.
En cambio, sostiene que la crisis argentina tendrá un efecto negativo sobre los flujos de inversión a la región.
El fenómeno de contagio provocado por Argentina se está dando ''y esta crisis va a ayudar para echar más leña a esa candela''. Considera que ''la escena riesgo'' va a continuar y América Latina va a tener que prepararse para estar un tiempo sin recibir altos montos de capitales.
''Ojalá que los flujos de inversión no se vuelvan negativos al compararlos con las salidas de recursos de la región. En 2002 vamos entrando al cuarto año sin recursos de capital. En otras palabras, las entradas de capital que vienen hoy en día, esencialmente de inversión extranjera directa, a duras penas alcanzan para compensar el pago de los intereses de la deuda externa y las utilidades de las empresas que se remiten al exterior'', apuntó el funcionario de la Cepal.
José Antonio Ocampo aseguró que no hay recursos netos que se queden en América Latina desde hace cuatro años. ''Ha sido ligeramente negativo el saldo entre entrada de inversión y salida de recursos para deuda y transferencia de utilidades, y será un poco más negativo. No es una situación que lleve a una nueva crisis de la deuda, pero sí es una situación que significa que la abundancia de capitales es por ahora un tema del pasado.''
Un informe de la Cepal indica que en 2000 el ingreso de inversión extranjera directa (IED) a la región fue de 74 mil millones de dólares, 20 por ciento menos que en 1999. Los flujos de IED en todo el mundo fueron, ese año, de 1.1 billones de dólares, de los que sólo 190 mil millones de dólares tuvieron como destino los países en desarrollo.
Ocampo consideró que Argentina ha recibido un amplio respaldo de los países latinoamericanos para buscar soluciones a la crisis económica y de pagos de ese país. Y no sólo por las eventuales consecuencias que un mayor deterioro provocaría sobre los países de la región, en especial los vecinos Uruguay, Brasil y Chile.
''América Latina respalda fuertemente a Argentina. Tengo la impresión de que ese respaldo ya está, ese no es el problema. El problema son las dificultades que enfrenta el propio Fondo Monetario Internacional para dar el apoyo que requiere ese país (por unos 12 mil millones de dólares). El FMI quiere evitar ser acusado de haberse equivocado anteriormente, entonces anda con pies de plomo en esta negociación'', comentó.