José Antonio Rojas Nieto
La marcha del mercado petrolero
La OPEP no sólo cuenta con 78 por ciento de las reservas mundiales de crudo, sino con los yacimientos más fértiles y de menor costo. Eso le permite captar los volúmenes más significativos de renta petrolera. Además, sus hoy más o menos disciplinados miembros poseen una reserva de producción de 6 millones de barriles al día y pueden disponer de ella de forma inmediata. En estas últimas semanas del primer trimestre de 2002, los 10 petroleros OPEP han producido cerca de 22 millones y medio de barriles al día (29 por ciento de la demanda mundial) y están listos para una expansión del consumo cercana a 6 millones diarios a fines de año, si como ya se dice las economías se reactivan. Si es así, en dos meses más se superará el panorama de casi 20 meses de debilidad, y a partir de mediados de mayo o principios de junio veremos una demanda fortalecida ya no sólo por el ascenso estacional hacia el invierno, sino un fortalecimiento estructural por la recuperación económica. Frente a tal expectativa los miembros de la OPEP han ratificado su objetivo de recuperar precios y, en consecuencia, mantener estable su producción tres meses más, tal y como lo habían firmado el primero de enero, en El Cairo.
Sin embargo, el ascenso esperado de la demanda pudiera llevarlos a caer en la tentación de abrir más sus llaves y tratar de cubrir ese incremento de poco más de 5 millones de barriles al día con base en esa preciosa reserva de capacidad de producción de 6 millones de barriles. Sería un grave error. Por fortuna así lo reconocieron este viernes en Viena, alentados por un optimismo soportado en tres importantes hechos: 1) la sostenida recuperación de precios que hoy representa casi 7 dólares por barril para el marcador West Texas Intermediate (WTI); 2) la significativa disposición de Noruega, Omán y México ( švaya! ) para colaborar en ese acuerdo; 3) la no menos importante decisión de Rusia de extender durante tres meses la reducción de 150 mil barriles al día en su producción.
En este contexto, conviene recordar que hace dos años los productores OPEP adoptaron un mecanismo de ajuste de su producción -la famosa banda de precios- que los conduce a elevar su producción en 500 mil barriles cuando el precio promedio de 20 días sobrepasa los 28 dólares, y a disminuirla en esos mismos 500 mil barriles cuando ese promedio de 20 días descienda por debajo de los 22 dólares por barril. Ciertamente, la severa caída económica obligó a mayores cortes, pero atendiendo a las observaciones del ministro de Petróleo de Argelia, una vez que el precio de la canasta OPEP ingrese a la banda se ratificará el mecanismo. Esto, por cierto, no deja de representar un problema para el segundo semestre del próximo año. El nivel promedio mensual de la canasta OPEP en estos días de marzo ha sido de 21 dólares por barril todavía un poco menor al límite bajo. Es muy probable que el precio supere ese límite en un par de meses y que a fines de junio -cuando se realice una nueva reunión OPEP-, se encuentre cerca de alcanzar los 24 o 25 dólares. ƑQué hacer en ese momento si, efectivamente, la demanda se elevó, pero el precio -como se espera- no supera los 28 dólares? ƑQué deberán hacer Noruega, Omán y México? ƑQué, asimismo, Rusia? ƑCómo cubrir ese incremento de demanda? El asunto será mucho más complicado de lo que fue en este momento en que, finalmente, la expectativa de mejora económica todavía hoy es eso, una expectativa. Y, sin embargo, el precio ya sube y puede inhibir un poco la recuperación.
Aunque no parezca, tenemos por delante uno de los momentos más delicados del mercado petrolero contemporáneo; se puede tornar todavía más complejo no sólo si Rusia pretendiera ganar más mercado, sino también si, como se espera, a fines de mayo Naciones Unidas sancionan a Irak y suspenden su programa "Petróleo por Alimentos". O, todavía, más, si una vez "resuelto" el asunto Afganistán, Estados Unidos decide atacar Irak, como, por desgracia, ya se empieza a comentar, con todos los terribles efectos que se desprenden de ello.
A pesar de la muy probable reactivación, no es un año fácil, No debiéramos descartar una guerra de producción durante el segundo semestre vinculada a ese ánimo por ganar participación en el mercado. Lo mejor que puede hacer este México petrolero que mañana -por fortuna todavía- celebra su nacionalización petrolera es continuar con la política seguida de enero para acá (no antes, por cierto): cuidar mucho el equilibrio de esa expansión esperada de la oferta, la de otros pero también la propia, para obtener un precio medio de nuestra mezcla muy superior al presupuestado: 15.50 dólares por barril. Sólo esto ya representa mucho trabajo para una Secretaría de Energía a la que una vez más conviene recomendarle la máxima del Evangelio: ser astutos como las serpientes, pero siempre prudentes como las palomas.
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