Autora de la novela Todo lo hacemos en familia

Espejo borda el tapiz de su vida con las puntadas de cada palabra

FABIOLA PALAPA QUIJAS

Todo lo hacemos en familia, libro de Beatriz Espejo (Aldus) que nos transporta a los años 20 y 30 del siglo pasado, es una reflexión de lo que se está perdiendo en México. Antes, las personas podían sentarse a bordar el tapiz de su vida: recuerdo a recuerdo, comentó este jueves la escritora Ethel Krauze, en Casa Lamm, durante la presentación del texto.

Espejo explicó que su obra es complicada debido a que su estructura se basa en narraciones que emergen de la historia de una mujer dedicada a bordar un tapiz para reflexionar sobre su propia vida.

Espejo alude a dos anécdotas biográficas. La primera es cuando la niña Leticia, fresca, espontánea y graciosa, aparece encerrada en un convento, a los 16 años, y otra, cuando después de viajar a Veracruz, conoce al hombre de su vida. ''Todo este pasaje amoroso, en el que recreo el Veracruz de los años 30, con Agustín Lara y Toña la Negra, sus canciones, serenatas y bailes, es en realidad la historia del romance de mis padres'', explicó la autora.

Sobre el trabajo de Espejo, Ethel Krauze aseveró: ''Su prosa es elegante y fina, como aquella hermosa platería que se hacía antes para ser expuesta como una joya. La pluma de Beatriz tiene la sabiduría para entrar y salir de cada episodio en cualquier momento de la historia''.

''Realismo milagroso''

René Avilés Fabila dijo que ''no hay mujer en México que escriba con la prosa de Espejo, de una asombrosa perfección de imágenes bien logradas, de diálogos inteligentes, de reflexiones que nos dan personajes de carne y hueso, y cuya fantasía concibe una literatura que en México apenas tiene antecedentes''.

Definió la obra de Espejo como ''realismo milagroso, donde los elementos realistas se conjugan con los mágicos y de esa manera la novela es un viaje, una jornada hacia historias llenas de encanto.

''Se ha puesto a bordar. Cada palabra tiene el valor de una puntada dispuesta, dibujada de antemano como se trazaba antaño en la tela blanca los contornos para llenar con hilos de colores'', concluyó.