Santa Maradona y El estadio de Wimbledon, películas de la competencia que no han llegado

De regular, califican la calidad de las cintas exhibidas en Mar del Plata

The cat's meow, de Peter Bogdanovich, trata un asesinato que no fue incluido en el guión de Ciudadano Kane En el lugar conocido como La Feliz aún no se mira a la pobreza extrema

FABRIZIO LEON DIEZ ENVIADO

Mar del Plata, Argentina, 12 de marzo. A la mitad del desarrollo del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (FICMP) se puede pronosticar que, salvo alguna sorpresa dentro de la sección oficial de competencia, la calidad de las cintas exhibidas es regular, juicio que puede desprenderse de los comentarios que los críticos de cine exponen de manera informal al término de las funciones. De la misma manera ha sido el de las notas periodísticas de los principales diarios argentinos, como Página 12, La Nación y El Clarín. No obstante, han sido notorios la asistencia del público a las salas y el aplauso casi siempre al término de las funciones.

La organización de este encuentro ha sido mejor, independientemente de que todavía es fecha de que no han llegado dos de las cintas que competirán por el Ombú de Oro: Santa Maradona, del italiano Marco Ponti, y El estadio de Wimbledon, dirigida por el francés Mathieu Amalric.

Al inicio de semana fueron exhibidos los trabajos del estadunidense Tim McCann llamado Revolución 9, que relata la historia de un hombre paranoico que trata de encontrar significados en los mensajes subliminales de la televisión, luego de haber sido dado de alta de un hospital público. Relato medio alucinante y deprimente que intrega el estilo documental como denuncia al trato en los hospitales y varias referencias al poder de los medios de comunicación en la intimidad. Seguramente para quien sabe criticar cine no le gustará el término, pero ésta película está dos dos.

Historia de un asesinato

También fue presentado el filme The cat's meow, de Peter Bogdanovich (1939), viejo historiador del cine y de la vida de Orson Welles, Hitchcock y Fritz Lang, entre otros. Fue actor y ha dirigido varios filmes, pero destaca uno considerado de culto titulado Targets. En esta ocasión su historia de basa en un acontecimiento que no fue incluido en el guión final del Ciudadano Kane, de Welles: el asesinato del productor Thomas H. Ince, a manos del magnate William Hearst, cuando éste enloquece de celos al descubrir que su amante Marion Davis tiene un affaire con Charles Chaplin durante una fiesta que él organiza en un yate.

Thomas H. Ince, con tal de obtener la venia del potentado editor para producir sus filmes, consigue las pruebas documentales del engaño, en medio de una fiesta a la que están invitados varios personajes de la industria cinematográfica de los años 20, los cuales se la pasan hablando de frivolidades, bebiendo, comiendo, cojiendo y fumando mota. Entre ellos el maestro Chaplin, que aparece como un pacheco tranquilón, pero enloquecido por la actriz Marion, quien se ha encumbrado gracias al amasiato con Hearst. Cuando el magnate busca a Chaplin para matarlo, encuentra a un hombre de espaldas platicando con su querida y le dispara en la cabeza, sólo que lo confundió, pues se trataba de Thomas, quien jugaba con el sombrero clásico del comediante que minutos antes había dejado a un lado a la cortejada.

El asesinato nunca se descubrió y fue solapado por las autoridades, dado el inmenso poder de Hearst. Ambientada correctamente, la anécdota es más fuerte que la película.

Cuanto cuesta Argentina

A Mar del Plata se le conoce como La Feliz (švayámos a La Feliz loco!), pues es el centro vacacional más importante de Argentina, y durante muchos años, a partir de los años cincuenta, era la referencia turística por excelencia.

A sólo seis horas de Buenos Aires, viajar a ese lugar en tren cuesta 90 pesos mexicanos. En avión (50 minutos) vale 500 pesos y un taxi cobra 20 en promedio por dejada. Comer y beber tiene varias opciones: en un restaurante caro una persona gastará 130 pesos por una empanada, un corte de extraordinaria carne (un vacío, un bife) y una botella de vino. Pero lo mismo puede conseguirlo en un restaurante del centro de la ciudad por 80 pesos.

Para hospedarse, por ejemplo, el hotel Iruña, donde están los periodistas invitados, la habitación más económica cuesta 270 pesos y la suite 500. El hotel más lujoso sobre el malecón (Costa Galana) tiene un precio promedio de 900 pesos, pero la suite cuesta mil 250. Un café exprés cinco pesos, una cerveza siete; un sándwich 15 pesos, y el agua un peso. Los periódicos cuestan 7 pesos y una botella de champagne Moet Chandon, puesta en su habitación, tiene un costo de 90 pesos.

Cuando usted elogia a La Feliz durante un viaje en taxi, el chofer de inmediato le contestará sin falla: "Nos han robado todo. Son unos chorros", refiriéndose a la situación actual y a la tremenda devaluación de su moneda, aunado a la imposibilidad de disponer de sus ahorros en cuenta fija, lo cual se refleja, en lo general, porque la gente no gasta como estaba acostumbrada. Si bien prácticamente todo ha subido de precio hasta en 50 por ciento, todavía no se ven por las calles las escenas de miseria a las que estamos mal acostumbrados a mirar en cualquier puerto de México.

Mar del Plata es una ciudad muy limpia y sólo en la esquina de la calle Corrientes y Nuro un grupo de jóvenes se dedica a limpiar. Por la noche, en algunas puertas de negocios duermen vagabundos, pero no hay quien pida dinero en las calles, salvo algunos niños gitanos, que por su hermosura en el rostro, parecen parte de la escenografía vieja Mar del Plata.